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Paz y Ciencia

viernes, 28 de septiembre de 2012

La locura como construcción social y negocio

 
 
 
"Las prisiones castigan a quienes se niegan a portarse como los demás; los manicomios controlan a quienes se niegan a pensar como los demás."

LA SIGNIFICACIÓN

Si el hombre no puede soportar una insignificante, y si un sentido de la significación es lo mismo que "una perspectiva religiosa" ante la vida, entonces la salud mental se convierte en una búsqueda de significación. Esto lo comprendió Jung: "Durante los últimos treinta años me han consultado personas de todos los países civilizados... Entre todos mis pacientes en la segunda mitad de la vida -es decir, de más de treinta y cinco años de edad- no ha habido ni uno solo cuyo problema no fuera esencialmente el de encontrar una perspectiva religiosa ante la vida. Puede decirse que todos ellos se sentían enfermos porque habían perdido lo que las religiones vivas de todas las épocas han dado a sus seguidores, y ninguno de ellos se ha curado realmente sin haber recuperado su perspectiva religiosa". [Carl Gustav Jung, Modern man in search of soul].
Con todo, es curioso que incluso Jung llame "enfermos" a estas personas que acudieron a él con sus problemas. Pero precisamente el vocabulario técnico de la medicina y la psiquiatría es lo que obstaculiza la tarea de reconocer y poner remedio a estos problemas morales.


El tema dramático central de la vida puede reducirse a la siguiente exigencia que las personas se hacen unas a otras: "¡Acepta, haz válida y refuerza mi fantasía acerca de mí mismo! Si no, no te amaré, te castigaré, te dejaré, te mataré". Resumiendo: "¡Certifica mi autenticidad, o ya verás!"

En la vida de muchas personas la necesidad de atención es el motivo dominante. Esto explica por qué a menudo defienden ahora una opinión y poco después defienden ahora una opinión y poco después defienden otra contraria: no importa lo que digan, siempre y cuando llame la atención sobre ellas. Tolstoi era un ejemplo manifiesto de ello.
En su biografía de Tolstoi, Henri Troyat comenta que la familia y las amistades del escritor "... no podían comprender cómo se había casado con una muchacha de clase alta después de declarar ´casarse con una mujer de sociedad es tragarse todo el veneno de la civilización´".
Los psicoanalistas interpretan este tipo de comportamiento como expresión de la ambivalencia. Los moralistas lo llaman hipocresía. Puede que sea ambas cosas. Pero con frecuencia es sencillamente el resultado de un deseo apasionado de atención, un deseo que no puede satisfacerse con tanta facilidad por medio del comportamiento consecuente.


Lo que los psiquiatras llaman"delirio de grandeza" consiste en asumir una identidad superior a la verdadera. La persona que asume esta identidad falsa se empeña en afirmarla, y quienes la rodean muestran el mismo empeño en repudiarla. El rechazo de este tipo de impostura suele expresarse con el lenguaje de la psiquiatría y se dice que el impostor "delira" y es "psicótico", con lo cual se oculta tras un diagnóstico el amargo conflicto entre sus afirmaciones y las contraafirmaciones de los demás.

Lo que los psiquiatras llaman "manía persecutoria" es una de las defensas más dramáticas que utilizan los seres humanos contra la sensación de insignificancia personal, de no valer nada. De hecho, a nadie le importa un comino lo que haga Jones. Es una extra de la película de la vida. Pero él quiere ser un astro. No puede llegar a serlo ganando una fortuna en la Bolsa o recibiendo el premio Nobel. Así que afirma que el FBI o los comunistas vigilan todos sus movimientos, tiene intervenido su teléfono, etcétera. ¿Harían esto si Jones no fuera una persona importantísima? En resumen, el delirio paranoico es un problema para la familia, el patrono y los amigos del paciente; para el paciente es una solución del problema relativo al sentido (falta de sentido) de su vida [...]



Thomas Szasz: "El Segundo Pecado". Prólogo Fernando Savater. Ed. Alcor. Colección Agramante, 1973, Barcelona.

ReBelarse Vende


" Los científicos, los burócratas y las compañías farmacéuticas conspiran entre sí para controlar a la población valiéndose de ungüentos y poción. Engatusados por la falsedad y el artificio de la vida moderna, los individuos consumirán todo tipo de productos. Si eso falla, siempre les quedara el Prozac para evitar el sufrimiento. Y quienes no consigan disfrutar ni entender el significado de la vida, pueden probar el Holaperidol (Fármaco indicado en casos de psicosis aguda, esquizofrenia, estados maníacos e hiperactividad) .
La Idea de que la locura es una forma de subversión ha calado hondo, y las ideas locas, sea cual sea su contenido, se consideran subversivas. Del mismo modo que un psicoanalista interpreta la furia y el rechazo de un paciente como una señal de que la terapia "funciona", el el sociólogo decide que si le llaman loco es porque sus preguntas y teorías han sacado a la luz ciertas verdades desagradables. La reacción adecuada seria ahondar más en esos mismos temas, en vez de dejarse achantar."

Libro "Rebelarse Vende". Cap 5: La Rebeldía Radical "No será una revolución social. Su objetivo no será acabar con el gobierno, sino con la base económica y tecnológica de la sociedad actual"



Decenas de profesionales de la salud mental en la Argentina suscribieron un “manifiesto” contra “la patologización y medicalización de la sociedad, en especial de los niños y adolescentes”, cuestionando el “trastorno por déficit de atención” y otros “etiquetamientos”, y rechazando el célebre “DSM” (Manual de “Desórdenes Mentales” producido por la Asociación de Psiquiatras de Estados Unidos).
La declaración cita el “Consenso de Expertos del Area de la Salud sobre el llamado trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad” (2005) para advertir sobre “una multiplicidad de ‘diagnósticos’ psicopatológicos que simplifican las determinaciones de los trastornos infantiles. Son enunciados descriptivos que se terminan transformando en enunciados identificatorios“, ya que “un etiquetamiento temprano, enmascarado como ‘diagnóstico’, puede condicionar el desarrollo de un niño, en tanto él se ve a sí mismo con la imagen que los otros le devuelven de sí, construye la representación de sí mismo a partir del espejo que los otros le ofrecen. Y a su vez será mirado por los padres y maestros con la imagen que los profesionales den del niño“. Por eso, “un diagnóstico temprano puede orientar el camino de la cura de un sujeto o transformarse en invalidante. Esto implica una enorme responsabilidad para aquél que recibe la consulta por un niño“.
En ese sentido –continúa–, el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Desórdenes Mentales de la American Psychiatric Association), en sus diferentes versiones, no toma en cuenta la historia ni los factores desencadenantes, ni lo que subyace a un comportamiento, obtura las posibilidades de pensar y de interrogarse sobre lo que le ocurre a un ser humano“. “Con el argumento de una supuesta posición ateórica, el DSM responde a la teoría de que lo observable y cuantificable pueden dar cuenta del funcionamiento humano, desconociendo su profundidad y complejidad, así como las circunstancias histórico-sociales en las que pueden suscitarse ciertas conductas. Más grave aún, pretende hegemonizar prácticas que son funcionales a intereses que poco tienen que ver con los derechos de los niños y sus familias“.
Los firmantes señalan que “el DSM en las últimas décadas ha ocupado el lugar de la definición, rotulación y principal referencia diagnóstica de procesos de padecimiento mental. Parte de la idea de que una agrupación de síntomas y signos observables tiene de por sí entidad de enfermedad, una supuesta base ‘neurobiológica’ que la explica y genes que, sin demasiadas pruebas veraces, la estarían causando. El manual intenta sostener como ‘datos objetivos’ lo que no son más que enumeraciones de conductas sin sostén teórico ni validación clínica, obviando la incidencia del observador en la calificación de esas conductas“.
Así –explican– el movimiento de un niño puede ser considerado normal o patológico según quién sea el observador, tanto como el retraso en el lenguaje puede ser ubicado como ‘trastorno’ específico o como síntoma de dificultades vinculares según quién esté ‘evaluando’ a ese niño“.
Esto se ha ido complicando a lo largo de los años. No es casual que el DSM-II cite 180 categorías diagnósticas; el DSM-IIIR, 292; y el DSM-IV, más de 350. Por lo que se sabe, el DSM V, en preparación, planteará, gracias al empleo de un paradigma llamado ‘dimensional’, muchos más ‘trastornos’ y también nuevos ‘espectros’, de modo tal que todos podamos encontrarnos en alguno de ellos“.
Consideramos que este modo de clasificar no es ingenuo, que responde a intereses ideológicos y económicos y que su perspectiva, en apariencia ‘ateórica’, oculta la ideología que subyace, la concepción de un ser humano máquina, robotizado, con una subjetividad aplanada, al servicio de una sociedad que privilegia la eficiencia. Esto también se expresa en los tratamientos que suelen recomendarse en función de ese modo de diagnosticar: medicación y tratamiento conductual, desconociendo nuevamente la incidencia del contexto y el modo complejo de inscribir, procesar y elaborar que tiene el ser humano“.
Los firmantes entienden el diagnóstico “a partir de un análisis detallado de lo que el sujeto dice, de sus producciones y de su historia. Desde esta perspectiva el diagnóstico es algo muy diferente a poner un rótulo; es un proceso que se va construyendo a lo largo del tiempo y que puede tener variaciones. Todos experimentamos transformaciones y, en los niños y adolescentes, estructuraciones y reestructuraciones sucesivas determinan un recorrido en el que se suceden cambios, progresiones y retrocesos. Las adquisiciones se van dando en un tiempo que no es estrictamente cronológico. Por eso los diagnósticos dados como rótulos pueden ser nocivos para el desarrollo psíquico de un niño, en tanto lo deja siendo un ‘trastorno’ de por vida“.
El sufrimiento infantil suele ser desestimado por los adultos y muchas veces se ubica la patología allí donde hay funcionamientos que molestan o angustian, dejando de lado lo que el niño siente. Es frecuente así que se ubiquen como patológicas conductas que corresponden a momentos en el desarrollo infantil, mientras se resta trascendencia a otras que implican un fuerte malestar para el niño mismo“.
En ese marco, afirman, “predomina la medicalización de niños y adolescentes: con una pastilla suelen silenciarse conflictivas y acallarse pedidos de auxilio que no son escuchados como tales. Práctica que es muy diferente a la de medicar criteriosamente, cuando no hay más remedio, a fin de atenuar la incidencia desorganizante de ciertos síntomas mientras se promueve una estrategia de subjetivación que apunte a destrabar y potenciar, y no sólo suprimir. Un medicamento debe ser un recurso dentro de un abordaje interdisciplinario que tenga en cuenta las dimensiones epocales, institucionales, familiares y singulares“.
Firman: Beatriz Janin, Juan Vasen, Gisela Untoiglich, Leon Benasayag, Juan Carlos Volnovich, Alicia Stolkiner, Hugo Urquijo, Virginia López Casariego, Gilou García Reinoso, Ana Berezin, Juan José Calzetta, Gabriela Dueñas, Carina Kaplan, Osvaldo Frizzera, Elsa Kahansky, José Kremenchusky, Silvia Morici, Mabel Rodríguez Ponte, María Cristina Rojas, Rosa Silver, Luis Horstein, Ruth Kuitca, Miguel Tollo, Susana Toporosi, Pedro Boschan, Jorge Cantis, Gabriel Donzino, Ruth Harf, Alicia Hasson, Norma Filidoro, Alicia Levin, Isabel Lucioni, Graciela Rajnerman, Mariana Rodríguez Ponte, Sara Suzman de Arbiser, Jaime Tallis, Flavia Terigi, Felisa Widder, Alicia Fernández, Enrique Carpintero, Alejandro Vainer, César Hazaki, Alfredo Caeiro, Carlos Barzani, Susana Ragatke, Marina Rizzani, Isabel Costa, Rosalía Schneider, Cecilia Kligman, Ricardo Gorodisch, Eduardo Müller, José Cernadas, Magdalena Echegaray, Mónica Favelukes, Griselda Santos, Clara Schejtman, Alicia Gamondi, Elina Aguiar, Mercedes Cicalese, Alicia Grillo, Nilda Neves, Mirta Pipkin, Marina Blasco, Irene Chelger, Alfredo Tagle, Daniel Slucki, Mariana Wikinski, Graciela Guilis, Marcos Vul. Se reciben adhesiones de profesionales e instituciones en www.forumadd.com.ar.

30 de Julio de 2010 – Desde que en 1952 se publicara la primera versión del Manual de Desórdenes Mentales (DSM, del inglés) de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), considerado la biblia de esta especialidad, unos 170 nuevos trastornos se han incorporado a su lista. Este aumento incesante del territorio de lo patológico no gusta a todos los especialistas, como explican dos psiquiatras británicas en un artículo publicado en el último número de Journal of Mental Health.
Es poco útil, ya que convierte a cada vez más gente en personas con problemas mentales“, alerta a Público una de las autoras, la investigadora del King’s College de Londres (Reino Unido) Felicity Callard.
Este fenómeno implica que “la piscina de la normalidad se reduzca a un simple charco“, alega el artículo. La APA, que espera publicar la quinta versión del manual en mayo de 2013, ha propuesto como nuevos trastornos la hipersexualidad y el desorden de excitación en mujeres. Otros trastornos presentes en la edición actual del DSM también son criticados por los expertos, como es el caso de la ansiedad social, al compartir rasgos con lo que podría ser sólo “timidez“, explica Callard.
Además, según el texto, los umbrales del DSM para diagnosticar un trastorno mental son cada vez menos exigentes. Las autoras consideran que este fenómeno genera falsos positivos y sugestiona a pacientes que, aunque presentan riesgos de padecer un trastorno, pueden no desarrollarlo jamás. “Es como decir a diez personas con gripe que tienen riesgo de padecer neumonía cuando sólo uno tiene un verdadero riesgo“, afirma el texto.
El ‘lobby’ farmacéutico
Entre las causas del aumento de los tipos de síndromes y la rebaja de sus requisitos para padecerlos se encuentra “la estrecha relación entre las empresas farmacéuticas y los dirigentes del sistema psiquiátrico“, denuncia Callard. Durante 2008, las ventas de medicamentos para el síndrome de déficit de atención considerado un trastorno menor en EEUU superaron los 3.600 millones de euros. Además, la investigadora asegura que “la corriente dominante actual tiende a medicalizar los rasgos del carácter humano“.
El catedrático de psiquiatría de la Universidad de Sevilla, José Giner, defiende el criterio del DSM: “Existen trastornos que se consideran menores, pero que son capaces de provocar suicidios“. “El aumento de los tratamientos médicos se debe a la menor tolerancia de la sociedad al sufrimiento“, opina. En cambio, según Callard, “la medicación puede acarrear serios problemas de efectos secundarios, sobre todo cuando es poco necesaria“.
El aumento de los diagnósticos y de la medicalización provoca que se reste atención a analizar por qué la gente padece trastornos mentales“, concluye Callard.
Fuente: Público.es

REPORTAJE SOBRE EL MANIFIESTO A FAVOR DE UNA PSICOPATOLOGÍA CLÍNICA, QUE NO ESTADISTICA Y STOP DSM COMO ÚNICO CRITERIO DE DIAGNOSIS CLÍNICA.


Publicación original en portugués, traducción del español por Sara E. Hassan, en la Revista Pulsional ,
www.pulsional.com.br, de San Pablo. Brasil, semana del 22 al 28/3/2012



Entrevista a Carlos Rey, psicoanalista en Barcelona, España. Miembro de la Comisión de Espai Freud, por Sara Elena Hassan, psiquiatra y psicoanalista en San Pablo, Brasil.


[i]Sara E. Hassan: Podrías relatarnos como surge la idea de elaborar este manifiesto, en qué circunstancias, donde, porqué, etc.



Carlos Rey: Espai Freud es el nombre de una comisión gestora que cuenta con el apoyo de todos los diferentes grupos e instituciones psicoanalíticas de Barcelona. Los fines de Espai Freud son promover y organizar actividades de debate y difusión del psicoanálisis a través de jornadas, mesas redondas, exposiciones, ciclos de cine, etc. Espai Freud quiere mantener un diálogo permanente con la cultura y entorno en el que trabaja.



En febrero del 2010 Espai Freud llevó a cabo una campaña de sensibilización para detener la incorporación en el nuevo Código Civil Catalán de el TAI: tratamiento ambulatorio involuntario, es decir, obligatorio y por supuesto farmacológico.



Dado que conseguimos que el parlamento catalán rechazara el TAI, nos animamos para iniciar una campaña contra la obligatoriedad de utilizar el DSM como único criterio de diagnosis clínica. Como en el 2013 se supone que aparecerá el DSM-V pensamos que teníamos tiempo para frenar su imposición y crear alternativas clínicas.



En Abril del año de 2011 dimos a conocer el Manifiesto a favor de una psicopatología clínica, que no estadística. Fue el comienzo de una campaña de sensibilización en la que seguiremos hasta el 2013.



Al internacionalizarse la campaña, colegas argentinos y brasileños se nos han unido en el camino y elaboraron sendos manifiestos. Con lo que actualmente tenemos tres manifiestos que se firman conjuntamente. Actualmente hemos reunido casi 6000 firmas y 155 asociaciones de profesionales psi apoyan los citados manifiestos.



Sara Hassan: Cual sería la idea principal del manifiesto?



Carlos Rey: La idea principal es manifestar nuestro desacuerdo a que el DSM sea el único criterio de diagnosis clínica. Denunciamos que oficialmente se tenga que recurrir a una clasificación que no es científica como presume y ni siquiera es clínica sino política. Queremos trabajar con criterios de diagnosis exclusivamente clínicos.

Sara Hassan: ¿Porqué entonces la puntuación "StopDSM" y entre paréntesis (como criterio único de diagnosis clínica) del manifiesto original de Barcelona? O sea ¿porque entre paréntesis...cuando parece que es justamente el pensamiento único lo que se trata de frenar. Como ves el cuestionamiento del pensamiento único viniendo, en este momento, de psicoanalistas/instituciones psicoanalíticas ¿Cómo ves esa participación, desde el psicoanálisis, como campo externo a la medicina, que toma al DSM como blanco que lleva, precisamente a una acción política como es el Manifiesto?



Carlos Rey: Aclaro porque hemos puesto Stopdsm y entre paréntesis como único criterio de diagnosis clínica.



Cuando buscábamos un slogan para difundir el manifiesto a favor de una psicopatología clínica que no estadística, nos topamos con la idea Stopdsm, pero en seguida nos dimos cuenta que nosotros no queríamos hacer una campaña en contra del DSM-V ni de ningún DSM. Nuestra campaña quería ir a favor de..., no en contra de... Así que, ya que el manifiesto expresaba estar a favor de una psicopatología clínica, en Stopdsm (como único criterio de diagnosis clínica) queríamos expresar nuestro desacuerdo a que en la asistencia pública y en las mutuas de seguro médico, sea obligatorio diagnosticar según el DSM, porque el DSM no es clínico sino estadístico.



Los psicoanalistas, al menos aquí, somos los que más utilizamos una psicopatología clásica y psicoanalítica. Y efectivamente somos los que más nos oponemos a que el DSM sea de obligado cumplimiento por lo dicho, porque no es una psicopatología clínica sino estadística. Dicho de otra manera: nosotros no queremos reformar el DSM sino que, simplemente, no nos lo impongan.



Queremos promover que la psicopatología sea exclusivamente clínica, es decir que responda a teorías psíquicas. Nosotros tenemos una teoría y una práctica clínica llamada psicoanalítica. Que cada uno responda desde su teoría psíquica.



Sara Hassan: ¿Por qué supones que son los psicoanalistas quienes más se oponen al cumplimiento obligatorio del DSM? ¿Es que existen razones históricas y/o actuales para eso?

Carlos Rey: Pues no lo sé muy bien, pero supongo que porque los psicoanalistas, en general, hemos mantenido vivo el espíritu de la psicopatología clásica. De hecho la psicopatología psicoanalítica es un continuum del saber acumulado a lo largo de la historia que el DSM rompe. Ese saber continuum es un saber clínico que los psicoanalistas reivindicamos, porque la estadística no es clínica.



Sara Hassan: ¿Qué es lo que se pierde, entonces, de ese saber, en la ruptura producida por el DSM ( entiendo que esto ya viene anunciándose desde los DSM anteriores, III y IV); y que seria, en tu opinión, lo valorizado de la psicopatología clásica y de la psicopatología psicoanalítica, digno de ser reivindicado actualmente por los psicoanalistas?



Carlos Rey: Efectivamente ese continuum lo rompe la publicación del DSM-III. En ese momento, 1980, es cuando empieza la globalización del neoliberalismo. De esos polvos estos lodos. Todo ese modelo es el que ahora ha entrado en crisis y debemos aprovechar para decir que si el DSM no funciona, clínicamente hablando, pues que deje de ser de obligado cumplimiento.



La psicopatología clásica en general, y la psicopatología psicoanalítica en particular nos permite pensar al ser humano en su condición... humana y, por lo tanto, sujeto y determinado por su subjetividad. Los psicoanalistas reivindicamos la subjetividad y por lo tanto la diversidad de maneras de ser y estar en el mundo, de sentir, de pensar, en definitiva, de vivir, disfrutar y sufrir.



Reivindicamos la psique como sinónimo de mental pero no de cerebral.



Reivindicamos lo que el saber clínico nos dice: que no existe la normalidad sino lo normativo.



Reivindicamos el saber del paciente sobre las cosas que le pasan y su co-responsabilidad subjetiva en el por qué le pasan las cosas que le pasan.



Reivindicamos la causalidad psíquica en los conflictos, problemas y sufrimiento psíquico.



Sara Hassan: Algo que insiste en tus respuestas es la oposición de los criterios “estadísticos” versus “criterios clínicos”. Podrías ampliar un poco mas esos criterios tan diferentes?


Carlos Rey: Entiendo por criterios clínicos aquellos que se dan en la clínica, es decir en el trato y tratamiento de un paciente por un profesional psi. La clínica es la observación, estudio, análisis del paciente, de su historia y de su relato. Fruto de esa -para nosotros psicoanalistas- escucha en el trato, relación y -para nosotros psicoanalistas- transferencia, se obtiene un saber que nos trasmite -también- el propio paciente, así como su biografía -para nosotros psicoanalistas más importante que su biología- y sobre todo cómo ha vivido lo que ha vivido, es decir su experiencia subjetiva. Así es como el profesional psi obtiene un saber que se llama pronóstico. El saber clínico es el que se obtiene tanto del paciente como del profesional psi. Un saber fruto de la transferencia, del trabajo conjunto, de la elaboración del paciente, de la escucha del profesional. Ese saber que se obtiene de la clínica es de lo particular, del caso por caso.



Por otro lado están los criterios estadísticos que son una predicción matemática, por lo tanto no clínica.



El pronóstico es particular, del caso por caso. La estadística es de lo general y por lo tanto dará más falsos positivos.



La clínica es variada porque variadas son las teorías psíquicas existentes.

La psicoanalítica es una de las teorías psíquicas existentes que tiene una patología dinámica, es decir que no actúa como un manual fijo, de allí que se diga que es dinámica, porque no sitúa la normalidad como patrón de medida, sino el sufrimiento psíquico del que hace la demanda de ayuda.



Como el saber, como todo saber, la psicopatología psicoanalítica es incompleta, provisional, SUPUESTA, ya que varía en función del caso por caso, de la época y la cultura en la que le ha tocado vivir. En todo caso es una psicopatología exclusivamente clínica, es decir que empieza y acaba en la clínica, en el ahora, aquí y con este paciente.


Sara Hassan: La grande midia local ( de Brasil) viene haciéndose eco de otro cuestionamiento, también vinculado a la próxima aparición del DSM V. Así, el mes pasado fue publicado un artículo titulado: "Nuevo manual de diagnóstico provoca guerra en la psiquiatría" ( Folha.com del 4-5 /2/ 2012, San Pablo, Brasil), con mención a psiquiatras y psicólogos norteamericanos. En la página de Espai Freud también aparece un link con una petición de reformas del DSM V, promovido por la Asociación de Psicólogos de los EEUU. ¿Cómo entiendes este otro movimiento, simultáneo al StopDSM que también está solicitando firmas de adhesión para reformar el DSM antes de su lanzamiento en 2013?



Carlos Rey: Efectivamente, la división de Psicología humanista de la Asociación de Psicólogos norteamericanos ha publicado una Carta Abierta para reunir firmas a fin de incidir en las reformas del DSM-V. La diferencia con nuestro movimiento es que ellos son reformistas, es decir, quieren reformar en DSM. Quieren participar en las reformas que se llevan a cabo en la Asociación de psiquiatras norteamericanos.



Los manifiestos de Argentina, Brasil y España no quieren reformar nada, solamente que el DSM no sea obligatorio y que los diagnósticos con los que se trabajen sean exclusivamente clínicos y no estadísticos.


Sara Hassan: ¿A quién se dirige y como adherir al manifiesto StopDSM?.

Carlos Rey: El Manifiesto está dirigido a todo el mundo en general y en particular a los profesionales psi, a fin de que se tome conciencia de que tenemos que trabajar con criterios de diagnosis exclusivamente clínicos. Todos aquellas personas que quieran firmar los tres manifiestos que se firman conjuntamente -España, Argentina y Brasil- pueden hacerlo entrando en el link:







http://youtu.be/hAYTX3o_L9U Jorge Luis Borges -Poema a los Amigos-
http://youtu.be/IuLCpsgvIr4 Basado en William Shakespeare (Con el Tiempo)
http://youtu.be/MOrPnlEuLpo Gabriel García Márquez -La Marioneta-
http://youtu.be/5c7n86BDeGI Gabriel García Márque -Trece Líneas para Vivir-
http://youtu.be/sRBqTqtMncw Gabriel Garcia Márquez envió esta carta cuando le diagnosticaron el cáncer linfático que se le llevó
http://ensayoyerror1.blogspot.com.es/

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