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Paz y Ciencia

domingo, 2 de septiembre de 2012

FORGES: La MEDIOCRIDAD de ESPAÑA




Forges es un artista, famoso por sus viñetas. Célebres e históricas para España. Es un hombre con talento, crítico y sensible a lo que pasa en el mundo. Sus viñetas son historias hermosas sobre la vida. Es muy célebre entre el público en general y entre los psicoanalistas, psicoterapeutas, psicólogos y psiquiatras. Su ironía no solo se expresa a través del dibujo, en Aragón tenemos a Supermaño, Alberto Calvo, un hombre especialmente interesante para conocer personalmente. Hemos tenido dos contactos, uno personal, donde hizo un retrato picassiano a una amiga y otros telefónicos y vía emai. Ponerse en contacto dos personas con formas tan bizarras de ver la realidad es, sencillamente una linda locura. Forges es un hombre, aparentemente más centrado, participa en tertulias radiofónicas, en televisión y escribe con agudeza vitalista y contundencia necesaria. Siempre ha defendido a quien tiene talento, fuera un deshauciado o un personaje célebre. No se casa con nadie, ni con la empresa que le paga. Ahora es momento de alzar un grito global al cielo, pero Dios no puede hacer por nosotros lo que estamos pensando, en tertulias con amigos, quejas en la consulta y comentarios al respecto, tratos desalmados en las empresas, chantajes, despidos injustificados, EREs y bajar el aporte económico y respaldo a lo que es el futuro de un país: educación, sanidad, derechos sociales, libertades. Además, están imponiendo una moral del OPUS DEI, y la mayoría de la población no es del OPUS DEI. Aunque muchos de los miembros del partido que gobierna, sí lo sean. La gente está harta y yo contengo a las personas que comentan este tipo de aspectos surrealistas, si se permite el eufemismo. Lo del gobierno no es surrealismo, son demasiado listos y excesivamente fracasados en su inteligencia. Primero, criticaban lo que ahora, están haciendo con más crudeza, dureza, vehemencia y violencia. Prometían que eran la redención. El pueblo, con ansia de recuperarse se creyó el humo, además el fenómeno 15M diversificó más el voto de la izquierda y hubo más abstención. El resultado, carta blanca para hacer las leyes para y por sus amigos: la Iglesia, los Bancos, el Mercado, Merkel, Europa y sus intereses con respecto al Euro y un mundo globalizado, donde lo global es la indignación. Se me quedó grabada una frase del uruguayo Eduardo Galeano: "El mundo está dividido entre indignos e indignados". Quienes veo en twitter, quizá no son una muestra representativa del universo, pero no hace falta recurrir a la redes sociales. Los pacientes, los familiares, los amigos, los conocidos, los vecinos de "Qué tiempo hace" y cualquier persona, incluso las fruteras de mi barrio están/estamos indignados. Ahora es muy fácil decir que sean "los jóvenes" los que luchen. Galeano ya tiene su edad, Stéphane Hessel estuvo en la Resistencia contra los nazis y Jose Luis Sampedro es octogenario, la edad, dicen las leyendas de la medicina basada en la evidencia, disminuye el rendimiento cognitivo. Solo se/sabemos que esas personas que han vivido guerras y muertes violentas, así como golpes de estado, saben que esto huele mal. Y no es precisamente propio de la erudición o de la sabiduría. Se trata de prestar atención e interés por nuestros hijos. Una persona, una paciente muy sensible, como es natural en el mundo "psi", los indolentes de corazón helado ni sienten ni padecen, las personas con el corazón candente, a veces recurren al psicólogo porque quieren mejorar y crecer. Aunque, exista una cultura soterrada que parece indicar que la salud es no tener síntomas, con lo cual hay más supervivientes que gente que vive. Estas últimas palabras pueden ser el preámbulo al texto del gran Forges. Disfruten. Rodrigo Córdoba Sanz.



Escribe   Forges:

"Quizá ha llegado la   hora de aceptar que nuestra crisis es más que económica, va más allá de estos   o aquellos políticos, de la codicia de los banqueros o la prima de riesgo.   Asumir que nuestros problemas no se terminarán cambiando a un partido por   otro, con otra batería de medidas urgentes o una huelga general. Reconocer que   el principal problema de España no es Grecia, el euro o la señora Merkel.   Admitir, para tratar de corregirlo, que nos hemos convertido en un país   mediocre.
Ningún país alcanza   semejante condición de la noche a la mañana. Tampoco en tres o cuatro años. Es   el resultado de una cadena que comienza en la escuela y termina en la clase   dirigente. Hemos creado una cultura en la que los mediocres son los alumnos   más populares en el colegio, los primeros en ser ascendidos en la oficina, los   que más se hacen escuchar en los medios de comunicación y a los únicos que   votamos en las elecciones, sin importar lo que hagan. Porque son de los   nuestros.
Estamos tan   acostumbrados a nuestra mediocridad que hemos terminado por aceptarla como el   estado natural de las cosas. Sus excepciones, casi siempre reducidas al   deporte, nos sirven para negar la evidencia.
- Mediocre es un   país donde sus habitantes pasan una media de 134 minutos al día frente a un   televisor que muestra principalmente basura.
- Mediocre es un   país que en toda la democracia no ha dado un presidente que hablara inglés o   tuviera unos mínimos conocimientos sobre política   internacional.
- Mediocre es el   único país del mundo que, en su sectarismo rancio, ha conseguido dividir   incluso a las asociaciones de víctimas del terrorismo.
- Mediocre es un   país que ha reformado su sistema educativo tres veces en tres décadas hasta   situar a sus estudiantes a la cola del mundo desarrollado.
- Mediocre es un   país que no tiene una sola universidad entre las 150 mejores del mundo y   fuerza a sus mejores investigadores a exiliarse para   sobrevivir.
- Mediocre es un   país con una cuarta parte de su población en paro, que sin embargo, encuentra   más motivos para indignarse cuando los guiñoles de un país vecino bromean   sobre sus deportistas.
Es mediocre un país   donde la brillantez del otro provoca recelo, la creatividad es marginada   -cuando no robada impunemente- y la independencia   sancionada.
Un país que ha hecho   de la mediocridad la gran aspiración nacional, perseguida sin complejos por   esos miles de jóvenes que buscan ocupar la próxima plaza en el concurso Gran   Hermano, por políticos que insultan sin aportar una idea, por jefes que se   rodean de mediocres para disimular su propia mediocridad, y por estudiantes   que ridiculizan al compañero que se esfuerza.
Mediocre es un país   que ha permitido, fomentado y celebrado el triunfo de los mediocres,   arrinconando la excelencia hasta dejarle dos opciones: marcharse o dejarse   engullir por la imparable marea gris de la mediocridad.

FORGES.

4 comentarios:

Silvia Parque dijo...

Cuánto me suena a México.

chonchi dijo...

La mediocridad de España la estimula perfectamente el gobierno.

Adri! dijo...

El gran fragmento aquí recogido sobre la situación vivida en España, se le atribuye a Forges en muchos espacios que he visitado. Siendo así he de decir que no es suyo, si no de Mario Vargas LLosa, contenido en su obra "La civilización del espectáculo"

Anónimo dijo...

Pues creo que no tampoco es de Vargas Llosa. Es de David Jimenez, corresponsal de El Mundo y escritor.

http://davidjimenezblog.com/2012/07/25/el-articulo-que-crei-haber-escrito/