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viernes, 23 de diciembre de 2016

Primeros padres-que-no



Albert Rams describe el funcionamiento de hijos, padres y vínculos en su libro: "Ser Padre hoy. Terapia Gestalt y paternidad".
Con el epígrafe primeros padres-que-no, trata el tema del padre ausente, autoritario, intermitente y narcisista.
Haré un retrato del retrato que presenta Albert Rams, un hombre genial, curtido, experimentado y especial. Rodrigo Córdoba Sanz.

El padre ausente
Sin lugar a dudas, es el tipo de padre que más veremos en la consulta: "mi padre... no estuvo". Y sobre ese vacío van a estructurarse muchas cosas. Dice Peñarrubia: "El padre suele ser el ausente, así que hay que inventarse otros modelos, más soñados que reales, buscar identidades orientadoras, espejos que salven de averiguar qué es eso de ser hombre: ¿es un rol, una estrategia, una verdad o un fraude?
Dice un paciente: mi padre era una sombra. No estaba nunca. Trabajaba mucho, viajaba mucho, y cuando estaba en casa siempre estaba cansado. Yo le hacía dibujitos y esperaba con ansia que volviera... Cuando le enseñaba mis dibujos casi le pasaban desapercibidos... Hoy en día me gano la vida como dibujante, y me parece como si todavía siguiera dibujando para él... "
Este gran problema de ausencia por excesivo trabajo se llama workaholismo o adicción a lo laboral.
Con una buena organización y situar una escala de valores amorosos, esto se puede revertir.
También hay ausencia por dependencia excesiva de la madre, tal vez la Sobreprotección materna sirve para cubrir el vacío de papá.

El padre autoritario
Cuando confundimos la autoridad con lo autoritario. Cuando confundimos patriarcado con la hombría.
"Para comenzar, es fundamental señalar un factor clave, a mi entender poco analizado, y que marca la realidad psíquica de la vida de los hombres: la identidad masculina se configura en la necesidad de separarse / distanciarse de la madre [...] de modo defensivo, en oposición a,  y por tanto dominado por la negación de la dependencia, la fragilidad, la vulnerabilidad que representan los sentimientos más primitivos de todo ser humano y que se vivencian de modo más acusado en los primeros años de la vida [...] Con la negación de tales sentimientos, al colocarse del lado de un presunta potencia, seguridad, fortaleza, independencia, el varón rehúye la introspección, la atención a la subjetividad (la propia y la de los otros) porque la "mirada hacia dentro" le descubriría la falacia de su posición".
"La ley del pacto simbólico, por su parte, se aplica a todas las partes, les pone límites a todas las partes [...] Según el pacto simbólico, mis promesas me compremeten a mí tanto como a mi hijo. Si hago todas las excepciones que yo quiero, nada queda como regla, y el niño -al considerar que soy mi propia ley-aspira simplemente a destronarme y convertirse a su vez en su propia ley".
Es de vital importancia hacer mención a Lacan: el padre simboliza la Ley. Pero nadie hace lo que le da la gana. Ni siquiera el padre, desde luego.

El padre intermitente
Se da en el hijo un proceso confusional, ansioso y ambiguo. ¿Está? ¿No está? ¿Estará?
Más de 500 estudios (sintetizados en el National Fatherhood Iniciative) soportan el mayor impacto del rechazo en relación con sus consecuencias. Algunos resultados de este metaanálisis arrojan que crecer sin un padre:
- 5 veces más propensión a ser pobres durante la adultez
- 20 veces más propensión a trastornos de conducta
- 14 veces más propensión a violar a una persona
- 10 veces más propensión a adicciones
- 20 veces más propensión a la depresión
- 5 veces más propensión al suicidio
- 32 veces más propensión a escapar del lugar.
Datos más que alarmantes y contundentes, deslizan, sin lugar a dudas que los padres son esenciales para un crecimiento armónico.

El padre narcisista
Roba la identidad del hijo y lo devora, como Saturno.
Quien no haya caído en alguna de estas perversas inclinaciones: ausente, autoritario, intermitente, narcisista, "que tire la primera piedra", dice Rams con acierto y humildad. Claro, hay diferentes tipos de piedras.
Necesitamos como Hombre/Padre a un líder con testimonio que se muestre como persona, con Falta, con sus propios defectos y límites, no un ideal inalcanzable e inexistente.
"El arquetipo paterno nos permite cortar con lo que amamos, nos apegamos y nos identificamos. El padre corta con el vínculo con la madre y le marca una dirección al hijo. El padre nos da un referente: un hacia dónde quiero ir. El padre es el que corta, y este corte nos permite ir más allá de lo desconocido por nosotros, esto implica conocer nuestra parte divina. Cuando no sabemos vivir en lo desconocido, es porque nos quedamos atrapados en nuestra zona de confort, es porque no tenemos bien instalado el arquetipo del padre, que es el que nos permite cortar esto. Es el que nos permite poner corte a cualquier situación que no nos guste en nuestras vidas, es el que nos da el poder de poner límites. Con la madre tenemos el talento, la fuerza, y con el padre tenemos la dirección desde donde queremos proyectar esto, tenemos el referente, el adónde quiero o no quiero llevarlo. Te permite poner un adónde quiero o no quiero llevarlo. Te permite poner un adónde de todo lo que hemos conseguido desde la madre".

Bellísimo
Albert Rams Terapeuta gestáltico
Rodrigo Córdoba Psicólogo y Psicoterapeuta integrador

lunes, 21 de noviembre de 2016

La Tragedia del Padre



O peor...

Despertar a la persona del goce de la repetición, de lo que no cambia, del quedarse ahí, del Thanatos freudiano. Ése es el objetivo. Despertar de una vida de repetición. Dice Fritz Perls:
"Yo hambre y agresión": Perls empezaba por señalar lo obvio: cómo la propia conservación (hambre) prevalece sobre la conservación de la especie (sexo) y cómo nuestras actitudes hacia el alimento - los esquemas de comportamiento que rodean la actividad de comer - sientan, respecto de las maneras en las que nos rodeamos con el mundo, un precedente más básico que las motivaciones sexuales, que se desarrollan después".

Crecer es pasar del temor a la experiencia, de lo viejo y primitivo (Matrix) a lo nuevo (Neo).
"La prueba consiste en crisis y observación".

Pues tal como apunto en la cita, yo creo que es el lugar-lo-femenino, la falta de lo masculino, lo no padre, o donde-no-hay-padre. "O peor...", dirá Lacán en uno de esos últimos textos al referirse a esa ausencia. Es, por tanto, el corte, la forclusión del nombre del padre. Cuando no hay función paterna (psicosis, adicción, toxicomanía, narcisismo. patológico... ).
Función paterna, que recordemos, puede ejercer tanto el Padre Biológico, la Madre Biológica. Y también cualquiera de los padres adoptivos, o, con matices- el tío, la abuela, el abuelo, etcétera. O una institución. No es un lugar, es una función. Y algo así ocurre con la función materna.

La tragedia del padre

"¿Escuchaste las lágrimas en tu voz...?  ¿Podrías bailar la timidez...?
Fritz Perls

"En el pasado, la paternidad ha contado con todo el apoyo legal y consuetudinario [...] que supondría que suponía un reconocimiento / refrendo de la posición incuestionada del poder paterno / masculino dentro y fuera de la familia. Pero, con el decaimiento del modelo del patriarcado, ha emergido la dificultad de buena parte de los padres para:

1) adaptarse a la pérdida de la autoridad absoluta y redimensionar su papel en consonancia con las reales aportaciones de ambos padres en el plano doméstico, económico, laboral y emocional, y para ser capaz de sustituir el autoritarismo con los hijos por la firmeza, 2) acomodarse a los cambios (valores, aficiones, reivindicar los derechos) que le plantean la mujer, hijos e hijas y 3) integrarse en la dinámica familiar no tanto con el mando como con la cooperación, la responsabilización, la cercanía emocional, el asesoramiento no coercitivo".

Dice una mujer, y ahora sí insisto en el género de su autora, Francesa Caregnato:

"¿Cómo se destrona a un papá de su rol? Hay muchas maneras. Cuando hay una separación o un divorcio y "gracias" y casi asegurada la custodia de los hijos, es muy frecuente que estas madres transformen el enfado y la frustración por la ruptura -especialmente si ha ocurrido por infidelidad- en venganza, poniendo a los hijos en contra de su padre. Para su mujer (el padre) nunca lo hace suficientemente bien, y hasta le resulta un estorbo. En estas circunstancias, incomprendidos y desplazados, los padres desconfían de su instinto masculino y renuncian al ejercicio afectivo de la paternidad, o la mujer prescinde de su entorno efectivo de la paternidad, o la mujer prescinde de su concurso. Así, los hijos no pueden respetarlos ni querer ser como ellos.  |...] De manera más directa o más sutil, muchas veces la mujer va pillando al hombre a un rol satélite  que va tomando cada vez más distancia. Y para decir toda la verdad, para algunos hombres alejarse o ausentarse de sus hijos es un rol muy cómodo que el de exigir su derecho paterno".

Y, otra mujer, María Calvo:

"En este clima intenta sobrevivir toda una generación de padres que no saben muy bien cómo desenvolverse en una sociedad que los obliga a tergiversar su masculinidad y no les permite disfrutar de su paternidad en plenitud  [...] Hay matrimonios en el que la mujer exige al padre que se comporte como una "madre bis", lo cual no tiene sentido. La manera en que lo hacen los padres no es equivocada, es que no lo hacen de manera femenina. Nosotras somos las que, en ocasiones, les ponemos los les ponemos límites. Hay madres que renuncian a trabajar, a ir al gimnasio, a quedar un día con amigas porque piensan que sus maridos no van a cuidar bien a sus hijos. Sin embargo, si saben hacerlo, la cuestión es que no lo hacen como ellas quieren, sino desde su enfoque masculino, con su propio estilo paternal las mujeres a veces somos demasiado exigentes, y este modelo de madre dominante perjudica al niño porque los desequilibra en su desarrollo.

Albert Rams: "Ser padre hoy. Terapia Gestalt y Paternidad". Plataforma Actual. 2016. Barcelona

martes, 15 de noviembre de 2016

Estar femenino del padre



Albert Rams, en su recomendable libro: "Ser padre hoy. Terapia Gestalt y paternidad".

Un estar femenino del padre. Un gozo femenino, no vinculado al género, sino algo más estructural:
"Ser en lugar de no tener es la metáfora fálica de la mujer, uno de los caminos de la solución femenina [...] El no todo es la lógica que rige del lado femenino, mientras que del lado masculino rige la lógica del todo y la excepción. E implica el movimiento del hombre hacia una posición femenina donde él mismo estaría tomado en la lógica del "no todo", lo cual, no implica la desvirilización". 

Aquí estamos todas (mujeres y hombres) fuera de esa lógica. Es otro mundo.
Un estar que llamo femenino hablaría de ese goce paterno, porque es capaz de "no dirigirse a ningún lugar más que al que se está".

Dice Collieul:

"Podemos imaginar que una de las separaciones primordiales correspondería al desgarro primigenio de la unidad original. La tradición cabalística nos habla de un primer Adán constituido por una parte masculina y otra femenina cuya división estaría en la división de los sexos en la tierra: Adán y Eva. Se distingue el primer Adán, portador de la doble polaridad, del segundo Adán, portador de la identidad masculina".

Creo que la siguiente reflexión desde J.M. Coetzee puede ayudar:

"Si siguieras mi consejo, Fiódor Mijailóvich, cede a tu pena, no la resistas, llora como una mujer. Ese es el gran secreto de las mujeres, eso es lo que les da ventaja sobre los hombres como nosotros. Saben cuando ceder, cuando echarse a llorar. Nosotros, tú y yo, no lo sabemos. Aguantamos, embotellamos la pena dentro de nosotros, la encerramos a cal y canto hasta que se convierte en el mismísimo demonio. Y entonces nos da por cometer alguna estupidez, solo con tal de liberarnos de la pena, aunque sea un par de horas. Sí, cometemos alguna estupidez que luego habremos de lamentar durante toda la vida. Las mujeres no son así, porque conocen el secreto de las lágrimas. Tenemos que aprender del sexo débil, tenemos que aprender a llorar, Fiódor Mijailóvich, tenemos que aprender a llorar".

Habrá que llevar al niño de excursión para poner distancia con la madre. Así lo piensan dos gigantes, Jung y Lacan:

"En ausencia física y psíquica del padre, la relación madre-hijo funciona como un universo cerrado, una relación de pareja que se repliega sobre sí misma y perjudica el equilibrio de ambos. Ante esas circunstancias, si el padre no desempeña su papel de separador, que es el que, precisamente, permite al niño diferenciarse de la madre, entonces se produce una mutua e insana interdependencia madre-hijo".

No instala la segunda dimensión, la triangularidad, y condena al hijo a la eterna polaridad en la que vivimos, insostenible en el tiempo.

"La teoría clásica de la adicción viene de un experimento con una rata. A principios del siglo pasado se encerró a una rata en una jaula con dos recipientes. Uno contenía agua corriente. La otra agua con cocaína. La rata siempre prefería el agua con cocaína y se mataba de una sobredosis rápidamente.
Décadas después, Alexander pensó: "La rata sólo tiene dos opciones. Construyó una jaula a la que llamó Rat Park. Ahí, la rata tenía un montón de comida, bolas de colores  y otras ratas a las que hacerse amigas, jugar y con quien tener sexo. Contempló fascinado cómo las ratas pasaban olímpicamente de la droga. La adicción no la causa química de la droga. La causa es el aislamiento, la infelicidad y la desconexión del adicto con su entorno. No son las drogas, es tu jaula. Las drogas son sólo una adaptación al medio".



lunes, 14 de noviembre de 2016

Un padre humanista



Ser padre es aceptar y luchar contra la distancia estructural que supone. Aceptar y Luchar a la vez no es fácil.
Son dos polaridades que nos enseñó Friedlander, uno de los pocos maestros que aceptó Fritz Perls:
En su obra La indiferencia creativa, éste inició a Perls en la simplicidad, esto es, el equivalente germano del taoísmo:

"Los opuestos se definen entre sí y existe, en el centro, un punto de reposo que abarca ambas polaridades. Friedlander entendía que solo si permanece en ese indiferente punto central y acepta las actitudes bivalentes, puede el hombre alcanzar un correcto equilibrio".

Dice Antonio Gala de su padre, uno de esos padres de una o dos generaciones atrás:

"Y mi padre estaba en Córdoba y había caído en la enfermedad absolutamente tradicional en la familia, que es el alzhéimer. Me vine a cuidar a mi padre. Fue muy doloroso porque no me reconoció y me habló durante cuatro meses a mí...sólo a mí...sólo de mí... Sólo me hablaba de su niño, de su niño pequeño que cuando tenía dos años...que cuando cumplió tres. Era una verdadera, y extraña y sorprendente -porque la disimulaba-pasión por mí, preferencia por mí".

Para nosotros, los padres, no es así. Claro que el tiempo nos consuela con aquel mentón que es como nuestro, con aquellos ojos, con aquel carácter más o menos difícil.
Serrat lo dice bien hermoso en, nunca mejor dicho, esos locos bajitos:

"Cargan con nuestros dioses y nuestro idioma,
con nuestros rencores y nuestro porvenir.
Por eso nos parecen que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos
para dormir.
Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación.
Les vamos transmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada
y en cada canción.
Nada ni nadie puede impedir que sufran,
que las agujas avancen el reloj,
que decidan por ellos, que se equivoquen,
que crezcan y que un día
nos digan adiós".

El sufrimiento de un hijo es una de las cosas más difíciles de soportar, de sostener. Impotencia, la conocida y dura impotencia.
Como decía Saramago: "ser madre o padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, porque es exponerse a todo tipo de dolor".

Rodrigo Córdoba Sanz, seleccionando fragmentos del amplio y brillante Albert Rams: "Ser Padre Hoy. Terapia Gestalt y Paternidad". Plataforma Editorial, 2016. Barcelona

martes, 8 de noviembre de 2016

La patología en el lugar adecuado es pedagogía



Con esta cita de Guillermo Borja empiezo este texto inspirado por el gran polifacético Albert Rams
En la revista de la AETG dice Enrique de Diego: "Preguntarme qué pasará hoy es el equivalente a:...  y si mi abuela tuviera ruedas, ¿sería un tranvía? "

La culpa tiene mala prensa puesto que puede ser un aliado, como el miedo.
Si el miedo como aliado es precaución a un cierto temor que nos mantiene despiertos y alerta, "mi miedo me protege", dice el reportero y valiente Jon Sistiaga.
La ausencia total de culpa es peligrosa y conduce a la psicopatía, por eso hay que poner límites a los hijos y no darles todos los caprichos. En la psicopatía hay negación del dolor y del dolor del otro, en el mejor de los casos. 

Por otra parte, el exceso de culpa es "un cuento", que está hueca, que es como una nube de humo que cuando lo intentas tocar se desvanece. Guillermo Borja decía que podía ser muchas veces la racionalización de la vergüenza o del pudor. 

Si tomamos la metáfora freudiana de la cebolla, la primera capa es la rabia, por debajo está el dolor.
Dice Braunstein:
Ahora bien si con Freud, se retorna a la tesis de que hay una sola líbido, la masculina, y un solo genital, el viril, que organiza la genitalidad infantil en torno a lo fálico / castrado [...] no se puede tardar en reconocer que en el corazón de esta teoría subyace un tremendo agujero por el que se escapa ese flujo de goce que no admite el yugo común de la palabra y el falo. En síntesis, que hay del lado de las mujeres un goce suplementario al goce fálico".

Epicuro de Samos, decía: "Siento el gozo de mi cuerpo al alimentarme de pan y agua, y escupo sobre los placeres de la suntuosidad, no por ellos mismos, sino por las trampas que nos tienden".
La vida nos pone delante de lo que "nos toca aprender". Albert Rams
O, en otra versión, la del maestro Serrat, a raíz de un cáncer de próstata: "No es lo que la vida nos pone delante, sino cómo nos la tomamos".

Epicuro de Salmos nos explicaba hace 2300 años en la carta a Meneceo: "Parte de nuestros deseos son naturales, y otra parte son vanos deseos, entre los naturales, unos son necesarios y otros no, y entre los necesarios, unos lo son para la felicidad, otros para el bienestar del cuerpo y otros para la vida misma".

En otra capa de esa misma cebolla,  un poco más adentro, más sutil:
"No es que piense que el placer sea en sí mismo malo - todo lo contrario, es lo único bueno -,  sino porque casi todo placer lleva consigo, como compañero inseparable, su posición de dolor. Propone el tetrafármaco, el cuádruple remedio, para sanar la propensión humana a caer en una vida  generalmente atravesada por el dolor. No temas a dios, no te preocupes por la muerte, lo bueno es fácil de conseguir, lo malo es fácil de soportar ".

Para terminar la presentación de Albert Rams, donde abre su corazón y nos explica la muerte de su hija Anna en un paso de cebra y el tumor que superó otro hijo, además de resaltar el amor que siente por sus ex-parejas, uno casi queda abrumado por su honestidad, por su amor.

Dice Michel Onfray, al hilo de Epicuro como precursor de la terapia Gestalt, según Albert Rams, un investigador y buscador incansable.
Vuelvo a Onfray: "En la Villa de los Papiros, un jardín filosófico epicúreo situado en la Campania, junto al Golfo de Nápoles, los filósofos no daban lecciones a nadie. Se negaban a tener poder sobre otra persona, a dominarla, porque lo que buscaban era la capacidad de dominarse a sí mismos. |...] El filósofo del Jardín enseñaba a los individuos a ser soberanos de sí mismos".

Albert Rams: "Ser Padre Hoy. Terapia Gestalt y Paternidad".
Interpretación, selección y sinopsis de Rodrigo Córdoba Sanz