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domingo, 30 de enero de 2022

LA NO-DUALIDAD ☯️

 


Sri Nisargadatta Maharaj nació en Mumbai (o Bombay) en 1897. Sus padres, que le dieron el nombre de Maruti, poseían una humilde granja cerca del pueblo de Kandalgaon, y en ella pasó Maruti los primeros años de su vida, alternando la escuela primaria con la ayuda en las labores del campo.

Al morir su padre en 1915, el joven Maruti tuvo que salir para Mumbai donde tras un corto periodo como empleado abrió un pequeño comercio de bidis (cigarrillos liados a mano) casándose en 1924 con Sumatibai, quien le dio un hijo y tres hijas.

A los 34 años un amigo le presentó a quien sería su gurú: Sri Siddharameswhar Maharaj. Este encuentro cambiaría su vida para siempre. Tras un corto período de visiones y trances realizó el Ser, única Realidad y fuente del Amor que todo lo abarca.

Tomando entonces el nombre de Nisargadatta, decidió en un principio retirarse a los Himalayas pero pronto abandonó esta idea. Desde ese momento todo sucedió en su vida de un modo espontáneo, sin esfuerzo consciente alguno. Se ocupaba de su humilde negocio y en el tiempo que tenía libre hablaba a los buscadores que comenzaban a sentirse atraídos hacia él. Más tarde construyó una habitación para meditar encima de su tienda, por la cual, hasta el día de su muerte ocurrida en 1981, desfilarían miles de personas llegadas de todas las partes del mundo.

Vivió en Mumbai durante el resto de su vida, vendiendo cigarrillos en una tienda que había sobrevivido a su ausencia. Un pequeño grupo de personas se reunía a menudo en la tienda para escucharle hablar de la naturaleza no-dual de la realidad. Y, después de retirarse en 1966, daba charlas en su apartamento dos veces al día. Muchas de esas conversaciones fueron grabadas y transcritas, y unas cuantas fueron filmadas.

Maurice Frydman tradujo 101 Charlas y las publicó en la India en 1973 como YO SOY ESO. La temprana asociación de Frydman con Gandhi y Ramana Maharsi le había hecho famoso en los círculos espirituales, y a través de la promoción de sus libros introdujo a Nisargadatta a la gente de habla inglesa en todo el mundo. La aparición de este libro extraordinario, con una profunda resonancia, atrajo a tanta gente a Mumbai, que Nisargadatta decía con alguna exageración, "Solía llevar una vida muy tranquila, pero YO SOY ESO ha convertido mi casa en el andén de una estación de tren."

La maravillosa sencillez de su enseñanza ha convertido a Sri Nisargadatta Maharaj en uno de los principales maestros de la filosofía Advaita del siglo XX.

El amor dice: "Yo soy todo".
La sabiduría dice: "Yo soy nada".
Entre ambos fluye mi vida.

(Nisargadatta Maharaj: yo soy eso)

domingo, 12 de julio de 2015

Rimpoché sobre el ego


“El libro tibetano de la vida y de la muerte” Sogyal Rimpoché.
“P. 156…….Mientras no desenmascaremos al ego, este seguirá engatusándonos…..
P.157. Si emprendemos el camino espiritual es para terminar con la grotesca tiranía del ego, pero la capacidad de este para encontrar recursos es casi infinita y en cada etapa es capaz de sabotear y batir nuestro deseo de vernos libres de él. La verdad es sencilla, las enseñanzas son muy claras, pero, como he podido observar con gran tristeza en numerosas ocasiones, en cuanto empiezan a influir en nosotros y a motivarnos, el ego intenta complicarlas porque sabe que lo amenazan en lo más fundamental.
Al principio, cuando empezamos a sentirnos fascinados por el camino espiritual y todas sus posibilidades, hasta es posible que el ego nos aliente: ‘Esto es maravilloso, ¡es justo lo que te conviene! ¡Esta enseñanza es muy sensata!’.
Luego, cuando decimos que queremos probar la práctica de la meditación o hacer un retiro, el ego canturrea:’!Qué gran idea!, Yo también iré contigo. Los dos podremos aprender algo’. Durante el periodo de luna de miel de nuestro desarrollo espiritual, el ego no cesará de estimularnos: ‘Es maravilloso. Qué sorprendente, que enriquecedor…..’
Pero cuando entramos en el período que yo llamo de ‘fregadero de cocina’ del camino espiritual y las enseñanzas empiezan a hacernos profundo efecto, es inevitable que nos veamos cara a cara con la verdad de nosotros mismos. Cuando el ego queda al descubierto, se le pone el dedo en la llaga, comienzan a surgir toda clase de problemas. Es como si nos pusieran delante de un espejo del que no podemos apartar los ojos.
El espejo está absolutamente limpio, pero en él hay un rostro feo e iracundo que nos devuelve la mirada: el nuestro propio. Empezamos a rebelarnos, porque nos disgusta lo que vemos; incluso es posible que nos volvamos contra el espejo y lo rompamos en pedazos, pero sólo conseguiremos que haya cientos de caras feas que siguen mirándonos.
Cuando llega ese momento nos enfurecemos y protestamos amargamente; y ¿dónde está nuestro ego?. Montando guardia fielmente a nuestro lado, azuzándonos: ‘tienes toda la razón, esto es indignante e insoportable. No tienes por qué aguantarlo’. Y mientras lo escuchamos cautivados, el yo sigue conjurando todo tipo de dudas y desvaríos emocionales, arrojando leña al fuego. ‘¿Todavía no te has dado cuenta de que esta enseñanza no es para ti?. ¡ya te lo había dicho! ¿No ves que este maestro no te conviene? Después de todo, eres una persona occidental moderna, inteligente y culta, y las doctrinas exóticas como el zen, el sufismo, la meditación y el budismo tibetano pertenecen a otras culturas. ¿De qué te sirve a ti una filosofía que nació en el Himalaya hace dos mil años?’
Mientras el yo contempla regocijado como nos vamos enredando cada vez más en su telaraña, aprovechará el dolor, la soledad y las dificultades que sufrimos cuando empezamos a conocernos a nosotros mismos, para culpar a las enseñanzas e incluso al maestro.
………Sin embargo por mucho que se esfuerce el ego en sabotear el camino espiritual, si nos mantenemos firmes en él y trabajamos a fondo en la práctica de la meditación, poco a poco iremos descubriendo lo embaucados que estábamos con las promesas del ego, sus falsas esperanzas y sus falsos temores. Poco apoco empezamos a comprender que tanto la esperanza como el temor son enemigos de nuestra paz mental; las esperanzas nos engañan y nos dejan vacíos y decepcionados y los temores nos paralizan en la estrecha celda de nuestra falsa identidad. Asimismo vamos viendo cuán absoluto ha sido el dominio del ego sobre nuestra mente y advertimos que el ego, como un timador chiflado, nos ha estado estafando durante muchos años…….”

15 Características del la Personalidad Egocéntrica


Personalidad egocéntrica: 15 rasgos para detectar el egocentrismo

La personalidad egocéntrica y el conjunto de conductas egocéntricas suelen estar vinculadas a ciertos patrones comportamentales, como la ambición, la arrogancia o el exhibicionismo. Ser capaz de reconocer los rasgos de personalidad y las manifestaciones conductuales de la personalidad egocéntrica te dotará de recursos para identificar a este tipo de personas.
Habitualmente, las personas egocéntricas emplean esta característica como una barrera psicológica que les impide actuar teniendo en cuenta las consecuencias de sus acciones en los demás. Frecuentemente, el origen de este rasgo puede encontrarse en su experiencia familiar, generalmente en un entorno integrado por padres de poca afectividad, que proyectan en el niño sus deseos de grandeza y omnipotencia.
Pero, ¿cómo es exactamente la personalidad egocéntrica? Los siguientes 15 rasgos son característicos de las personas egocéntricas.

Autoimagen distorsionada

  1. Sentimientos de grandeza

A pesar de que la imagen externa del egocéntrico puede aparentar una gran confianza en sí mismo, la realidad es otra. Las personas egocéntricas suelen ser, en realidad, inseguras. Según el psicólogo alemánErich Fromm, esto se debe a un mecanismo de defensa (1991). Proyectan una autoconfianza artificiosa y parecen convencidos de todo lo que dicen, es por ello que pueden resultar persuasivos y ser capaces de actuar como si tuvieran una gran autoestima.
  1. Exceso de autoestima

Se observa que se valora excesivamente a sí mismos. No obstante, el investigador D.M. Svarkic sostiene que esta actitud puede indicar justo lo contrario: una autoestima frágil que intenta compensar mediante esfuerzos para ser respetado, reconocido y admirado por las demás personas.
  1. Los sentimientos de grandeza

La persona egocéntrica cree ser poseedora de grandes talentos y habilidades especiales, y piensa que sus problemas y necesidades solo pueden ser atendidos por personas con gran capacidad y prestigio.
  1. Ambición y expectativas desmedidas

A consecuencia de sus sentimientos de grandeza, las personas egocéntricas pueden estar focalizadas constantemente en sus fantasías de poder, éxito, amor, sexo, etcétera. No es raro que piensen que en cualquier momento su vida profesional eclosionará y se convertirán en millonarios.
  1. Distorsión de la realidad

El egocéntrico solo acepta la realidad que encaja con sus ensueños de grandiosidad. Tiende a no dar crédito o simplemente rechaza aquellos aspectos de su vida que ponen en tela de juicio su prestigio y su imagen de persona perfecta.

Nula empatía

  1. No es capaz de reconocer los sentimientos de los demás

La pobre manifestación de sentimientos y gestos afectivos hacia las personas de su entorno (mostrarse sensible le haría sentirse inferior) contrasta con la necesidad del egocéntrico de ser admirado, halagado y respetado.
  1. Dificultad para valorar las características personales de las persona de su entorno

Este punto genera una falta total de compromiso, empatía y afectividad entre la persona egocéntrica y sus allegados.

Hipersensibilidad a la evaluación de los demás

  1. Reacciona de forma excesiva ante las críticas que recibe

    Personalidad egocéntrica. Camisetas de uno mismo.
    Personalidad egocéntrica. Imagen: [https://www.flickr.com/photos/u_nite/]
Aunque pueda no expresarlo de forma directa, el individuo con personalidad egocéntrica es muy proclive asentirse ofendido ante cualquier crítica (Kohut, 1972). Considera que los demás no tienen suficiente nivel o autoridad para juzgarle, y que probablemente las críticas se deban a la envidia que despierta.
  1. Se compara con los demás y siente envidia

Le preocupa sentirse valorado como mejor que los demás. De forma indirecta, la persona egocéntrica expresa sentimientos de envidia, ya que no es capaz de aceptar el éxito ajeno. Tampoco son capaces de aceptar la ayuda de otra persona. Este último punto es paradójico, puesto que a pesar de que necesitan recibir elogios y respeto por parte de los demás, se muestran incapaces de aceptar ninguna clase de ayuda.

Dificultades en las relaciones interpersonales

  1. Exhibicionismo

La personalidad egocéntrica también se manifiesta en ciertas actitudes como la motivación por el placer de sentirse halagado y admirado. Esto suele observarse en el deseo excesivo de esperar ser recompensado con halagos por los demás, y también una necesidad permanente de acaparar la atención. Por este motivo suelen mostrar mucha tendencia a ocupar cargos de repercusión pública, a partir de las cuales puedan ser objeto de atención y admiración (Akhtar y Thompson, 1982).
  1. Sentimiento de tener derecho sobre otras personas

Esto implica que la persona egocéntrica se cree con derecho a un trato preferente y a privilegios respecto a los demás. Esto se manifiesta en las muestras de orgullo, vanidad y en los momentos en que se exige que se le otorguen ciertos privilegios.
  1. Maquiavelismo

El Maquiavelismo se define como la tendencia a utilizar a las demás personas en beneficio propio. Este comportamiento refuerza en la persona egocéntrica fuertes sentimientos de envidia, y solo se interesa por las demás personas en la medida en que puede emplearlas para obtener algo a cambio.
  1. El control sobre los otros (manipulación)

La personalidad egocéntrica precisa de una alta cuota de poder para poder compensar el sentimiento de inseguridad de fondo. El invididuo egocéntrico trata de forzar a otras personas a que les ofrezcan su admiración incondicional a través del control sobre sus ideas, acciones o comportamientos; a través de lamanipulación.
  1. Distorsión en la expresión verbal

Es habitual referir esta característica como “egocentrismo del lenguaje”. El objetivo fundamental del lenguaje basado en el yo es tratar de impresionar e incrementar su propia autoestima. La función comunicativa del lenguaje pasa a un segundo plano. El estilo comunicativo se caracteriza por una focalización constante en uno mismo, y por ser incapaz de escuchar al interlocutor.
  1. Solitario y pesimista

La persona egocéntrica, por último, se caracteriza por sufrir sensaciones de vacío existencial y tristeza. La soledad es uno de los peajes de la personalidad egocéntrica, puesto que poco a poco van siendo rechazados por las personas próximas (amigos, familiares, compañeros).