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Paz y Ciencia

jueves, 9 de junio de 2016

Trastorno de Inestabilidad Emocional. TLP

La vivencia del TLP con respecto a cómo se piensa, se concibe, se valora y se identifica como sujeto en el mundo está distorsionada por una grave ruptura con la realidad.
El TLP transita en una "ensalada de emociones" indigestas. Estas emociones colapsan el aparato psíquico. La capacidad de digerir y metabolizar afectos, emociones y vínculos con el otro.
La desesperación no alcanza sólo al propio sujeto que vive la angustia inquietante e insostenible. La pareja, la familia, andan perdidos en esas reacciones hipersensibles. La persona con TLP y su "angustia impensable" necesita ser contenida y sostenida. No es extraña la paradoja según la cual, estas personas viven en familias con alta emoción expresada. Una "locura familiar" que no se puede discernir si es causa o efecto. Probablemente las dos cosas.
La sensación de impotencia contamina su entorno y éste refleja la desesperación.
El o la TLP es, ante todo, una persona. Algunos pacientes necesitan identificarse con un diagnóstico e investigar en busca de una maltrecha identidad, pilar fundamental del equilibrio y la tranquilidad.
Existe otro pilar que es la medicación. Esto supone, por lo general, más sedación, anergia y menos recursos energéticos para gestionar con vigor las fluctuaciones diarias, en muchos casos, horas o días.
Existe un cierto "despiste histórico" en el tratamiento de esta hipersensibilidad. Hay que realizar una firme psicoterapia, con un vínculo cálido. Apoyado con la medicación pertinente en el momento adecuado: "menos es más".
Finalmente, despejar fantasmas sobre la inconsistencia de estos pacientes en consulta: La incomprensión, la transferencia-contratransferencia negativa, los propios mitos asimilados por terapeutas y pacientes. La impulsividad, el aburrimiento, la búsqueda de sensaciones que nos indica que es difícil que se lleve su vacío. Son muchas variables, indicó un breve esquema a modo de aproximación. Esto lo tengo muy claro, el TLP, se puede curar o al menos aliviar. La esperanza está fundamentada. No lo olviden.
Rodrigo Córdoba Sanz
Núm. Col: A-1324
Zaragoza

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