Ése niño que fuimos sigue morando en nuestro interior. Un hombre de 70 años tiene 60, 50, 40, 30, 20, 10, y en parte tiene ciertas necesidades de un bebito.
Seguimos siendo los adolescentes que fuimos, los niños que fuimos, los bebés que fuimos.
Anidan en nosotros los niños que alguna vez fuimos...
Pero...
Estos niños pueden hacernos dependientes.
Porque estoy asustado.
Porque algo me pasa.
Porque tengo una preocupación.
Porque tengo miedo.
Porque me perdí.
Por esto, necesitamos a otro que nos sirva de apoyo y nos guie.
Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta
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