Después del nacimiento, la muerte es el suceso más importante de nuestra vida. Es la consumación de nuestro nacimiento. No nos sometemos a la muerte cuando morimos, nos sometemos al seguimiento de la vida que no sabe detenerse.
Vida y muerte son únicamente en apariencia, opuestos que se excluyen mutuamente. En realidad son dos aspectos diferentes de la misma dinámica de la vida, como los polos positivo y negativo de la corriente eléctrica. La inexistencia de uno de los dos significaría la desaparición del otro. Al morir no es que perdamos algo, ganamos algo; volvemos a ganar el universo entero, que se esconde detrás de nuestro yo o, utilizando términos religiosos, volvemos a ganar a Dios enteramente, sin que el yo lo tape. No se cierra una puerta cuando morimos, se abre una puerta.
Willigis Jäger: "La vida no termina nunca". Desclée de Brouwer
Antes de existir en este mundo jardín, vid o uva, nuestra alma ya estaba ebria del vino de la inmortalidad. Rumi
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