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Paz y Ciencia

jueves, 15 de noviembre de 2007

¿Por qué no te callas? Fdo.: J. Hold


¡Por qué no te callas! La actualidad ha traído, arrastrada por un cierzo imparable, una polémica digna de ser atendida por el gran Louis de Saint-Just, quien estableció la mejor y más precisa disección de la monarquía mediante escalpelo léxico que conozca. Reza así: “Todo rey es culpable por el hecho de serlo”, sentenció el filósofo con voz firme y segura en el siglo XVIII. La colisión dialéctica de dos patanes ilustres, que refleja la burda capacidad intelectual de ambos contendientes, protagonistas de un evento tan sólo equiparable al memorable suceso de Perejil, invita a la reflexión y a la denuncia de estos cuates por zotes, o viceversa. Ambos han protagonizado, en el contexto de una reunión internacional amparadora de medidas y acuerdos sociales, un gesto patético que pone nombre propio a sus autores: Chávez y el Borbón.
Titulares y comenzamos.

Mi tesis, susceptible de ser cuestionada por elevación, plantea, a partir del marco teórico winnicottiano, que el impulso espontáneo del Borbón, su grito primal, tuvo su sostén en el “rostro materno” de Chávez (lo que confirma la tesis: de que se trata de una función simbólica, no de una “madre real”. Algo impensable con la jeta de Chávez). Un encuentro, tal para cual, en el que cada uno dio lo peor de sí mismo, pero que, en el caso del Borbón (el hijo putativo de Franco, el que lloró tras el féretro del dictador), ofreció su costado más pusilánime, pues de cuna es ser máscara de emociones y, como se ve, estimulado por el “rostro de Chávez” desnudó su falso, su impostura crónica, su rigidez protocolaria, mostrando su peor costado: su magín desnudo, y la desnudez de sus ideas: en suma, un rey desnudo. Pero lo peor no acaba ahí, como en toda catástrofe, pues las huestes de corte, vasallos y siervos (reunidos por el denominador común de “curia de lameculos”, por prensa, radio y aire nos bombardean con su lectura babosa de “gesto épico”, “epopeya regia”, sumidos en el patético delirio generalizado del juancarlismo. Para aquellos que nos sentimos ciudadanos herederos de la Revolución Francesa y de su tríada inmortal: libertad, fraternidad e igualdad), nunca plebeyos, podemos, solidariamente asidos a la corona, acogernos al cri de révolte, al mejorgrito de guerra que puede acelerar la descomposición de la putrefacta monarquía, y ayudarles a salir de su marasmo, rigidez e impostura: “¡Marichalar, vitriolo, no te separes!”, afirmo en mi pensamiento célibe.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado la lectura, sobretodo la manera en que te expresas, muy cuidada y poética. Sin embargo, y aunque creo que no he entendido bien todo, no estoy muy de acuerdo con el análisis ya que (aunque no he escuchado todo el diálogo que tuvieron) creo que el señor Chavez no cedía la palabra a los demás, y llevaba mucho tiempo en posesión de la misma, y aunque el rey no debió perder los papeles ni la compostura, creo que fue como un desahogo, tal vez, como dices, por falta de argumentos, pero también quizá por un intento desesperado de hacer respetar los turnos de palabra.
Me encantó la frase: "..pues de cuna es ser máscara de emociones". Un saludo. (miguel3004@hotmail.com)

Alex dijo...

Mas que nada, yo creo que lo dijo para reprecentar el orgullo de los habitantes del país que gobierna. No quería que, por no tener argumentos sólidos para rechazar la tesis de Chavez,se acusara su gobierno de la forma en que él lo hizo,y tener que dar la cara, de alguna forma, era su deber.