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Paz y Ciencia

miércoles, 31 de octubre de 2007

Victor Frankl: Un psicólogo en un campo de concentración

Victor E. Frankl (1905-1997): El hombre en busca de sentido.

La emoción, que constituye sufrimiento, deja de serlo tan pronto como nos formamos una idea clara y precisa del mismo. Ética, parte V, “Sobre el poder del espíritu o la libertad humana”. Spinoza.

Se trata de la “tercera escuela vienesa de psicoterapia”, después de Freud y Adler.
En el prefacio de Gordon W. Allport[1] se lee lo siguiente: El Dr. Frankl, psiquiatra y escritor, suele preguntar a sus pacientes aquejados de múltiples padecimientos, más o menos importantes: “¿Por qué no se suicida usted?”. Y muchas veces, de las respuestas extrae una orientación para la psicoterapia a aplicar…Tejer estas tenues hebras de vidas rotas en una urdimbre firme, coherente, significativa y responsable es el objeto con que se enfrenta la logoterapia, que es la versión original del Dr. Frankl del moderno análisis existencial.
La conmovedora historia de “Un psicólogo en un campo de concentración” relata experiencias de millones de seres humanos, profundizando en cómo incidía la vida diaria de un campo de concentración en la mente del prisionero medio.
Nietzsche queda citado unas cuatro veces de esta manera: “Quien tiene un por qué vivir, es capaz de soportar cualquier cómo”. Al mismo tiempo critica el nihilismo terapéutico y cultural así como el mecanicismo de la medicina, y por extensión de la psiquiatría, donde, a su entender se habían heredado aproximaciones de conocimiento estanco, despojando al paciente, Persona, de su existencia, su logos, esto es, sentido, significado, existencia, propósito, discurso que da razón a las cosas. Acordémonos de la expresión “aparato psíquico”, todavía utilizada por algunos incondicionales.
Sobre la vida en el campo de concentración nos cuenta: En un análisis último se hace patente que el tipo de persona en que se convertía un prisionero era el resultado de una decisión íntima y no únicamente producto de la influencia del campo…Es esta libertad espiritual, que no nos puede arrebatar, lo que hace que la vida tenga sentido y propósito.
Se refiere a la estancia en el campo en los siguientes términos: “una existencia provisional cuya duración se desconoce”. En relación a la despersonalización a la que se veían abocados por verse despojados de sus ropas, su cabello, la carne de sus huesos y la dignidad dice: “Ese ver nuestra existencia provisional como algo irreal constituía un factor importante en el hecho de que los prisioneros perdieran su dominio de la vida; en cierto sentido todo parecía sin objeto. Tales personas olvidaban que muchas veces es precisamente una situación excepcionalmente difícil lo que da al hombre la oportunidad de crecer espiritualmente más allá de sí mismo”.

¿Es la Logoterapia psicoanálisis?
-Dr. X: Veamos doctor, ¿usted es psicoanalista?
-No exactamente psicoanalista. Digamos que soy psicoterapeuta.
-Dr X: ¿A qué escuela pertenece usted?
-Es mi propia teoría, se llama logoterapia.
-Dr. X: ¿Puede definirme en una frase lo que quiere decir logoterapia?
-Sí, pero antes que nada, ¿puede definirme en una frase la esencia del psicoanálisis?
-Dr. X: En el psicoanálisis, el paciente se tiende en un diván y le dice a usted cosas que, a veces, son muy desagradables de decir.
-Pues bien, en la logoterapia, el paciente permanece sentado, bien derecho, pero tiene que oír cosas que, a veces, son muy desagradables de escuchar”.

Comparado con el psicoanálisis es un método menos introspectivo y menos retrospectivo. La logoterapia mira más bien al futuro, es decir, a los cometidos y sentidos que el paciente tiene que realizar en el futuro.
La logoterapia se centra en el significado de la existencia humana, así como en la búsqueda de dicho sentido por parte del hombre. De acuerdo con la logoterapia, la primera fuerza motivante del hombre es la lucha por encontrar un sentido a la propia vida. Por eso hablo de voluntad de sentido, en contraste con el principio de placer (o, como también podríamos denominarlo, la voluntad de placer) en que se centra el psicoanálisis freudiano, y en contraste con la voluntad de poder que enfatiza la psicología de Adler…Yo no considero que nosotros inventemos el sentido de nuestra existencia (como diría Sartre), sino que lo descubrimos.

Frustración existencial y Neurosis Noógena:
La voluntad de sentido del hombre puede también frustrarse, y en tal caso la logoterapia habla de la frustración existencial. El término “existencial” se puede utilizar de tres maneras: 1) existencia, es decir, el modo de ser específicamente humano; 2) el sentido de la existencia; y 3) el afán de encontrar un sentido concreto a la existencia personal, o lo que es mismo, la voluntad de sentido.
La frustración existencial se puede también resolver en neurosis. Para este tipo de neurosis, la logoterapia ha acuñado el término “neurosis noógena”. La neurosis noógena tiene su origen no en lo psicológico, sino más bien en la dimensión noólogica (del griego noos, que significa mente), de la existencia humana.
Aquí se habla de la incapacidad de ver el bosque de la realidad a causa de los árboles de símbolos e imágenes que un psicoanálisis antiguo encorsetó a un paciente. Es una expresión recogida y muy empleada por los teóricos de la comunicación, quienes también emplearán en su estrategia terapéutica la prescripción paradójica. Watzlawick y Haley son dos claros exponentes de esta propuesta.
La última parte del libro está dedicada a dar una versión sucinta de la técnica en logoterapia. Creo que es mejor acceder al texto directamente o bien extraerlo personalmente de la filosofía que propone el autor.
Sobre la técnica podemos realizar una mirada según Winnicott; David Warjach nos explica:

Winnicott plantea que pocas personas conservan su espíritu creador en ciertas situaciones de extensa opresión, haciendo mención explícita a esos sitios, típicos de nuestra época, denominados campos de concentración. En forma brutal el ambiente se muestra en estos casos distante de la madre suficientemente buena y su posibilidad de acoger al sujeto en su inconsistencia.

Pero no por ser más sutiles se encuentran menos alejadas de esta posibilidad aquellas formas de psicoterapia que, a causa del fervor interpretativo, encuentran la justa traducción a todo lo dicho por el paciente. [Lecturas de Winnicott. Lugar Editorial. 1996. Buenos Aires.pág 42.

Un saludo.

[1] Gordon W. Allport, antiguo profesor de Harvard, publicó numerosas obras originales sobre psicología y fue director del Journal of Abnormal and Social Psychology. A través de este autor la trascendental obra de Frankl se introdujo en Estados Unidos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy interesante..estoy haciendo un trabajo y m sirvio como anexo!gracias!! muy bueno =)ungsaco