PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

jueves, 23 de diciembre de 2010

Las proposiciones generales no deciden casos concretos

Las proposiciones generales no deciden casos concretos. Juez O.W. Holmes

Si seguimos siendo incapaces de reconocer lo que sucede en nuestro inconsciente, entonces nuestras racionalizaciones -por ejmplo la ocupación que queremos que se dedica el hijo porque es la que más le conviene- a menudo no son más que una tenue capa que, pese a ello, esconde eficazmente la fuerza motriz que hay detrás de nuestro comportamiento: emociones poderosas tales como identificaciones egoístas, el deseo de retener nuestra superioridad, incluso los celos. Como deseamos tratar bien a nuestros hijos y ser unos padres inteligentes y responsables, nos dejamos seducir fácilmente por los aspectos razonables y hacemos caso omiso de las motivaciones emocotivas que hay detrás de nuestros actos. A pesar de ello, nuestros hijos, mucho más sensibles tanto a su inconsciente como al nuestro, y tan ajenos a las consideraciones racionales, se dan perfecta cuenta de que nuestras emociones están en juego; y a veces, cuando los méritos objetivos del asunto les parecen escasos, se quedan perplejos, lo cual es comprensible.
Si reconociéramos ante nosotros mismos que con frecuencia las emociones dictan nuestros actos en relación con el hijo, seríamos también mucho más sensibles a su respuesta emotiva a nosotros y nuestros deseos. Aunque en el calor del momento quizá no podamos reunir la paciencia y la comprensión que nos gustaría poseer, normalmente podemos alcanzar semejantes actitudes mucho antes si reconocemos que nos hemos dejado llevar por nuestros sentimientos. Pero, probablemente, el padre o la madre que insiste con firmeza en que debajo de su conducta no hay nada más que motivos lógicos y racionales seguirá siendo intratable.

Bruno Bettelheim, Capítulo: ¿Consejos de experto o experiencia interior?. Del libro "No hay padres perfectos".

No hay comentarios: