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Paz y Ciencia
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domingo, 6 de agosto de 2017

El yo separado

[...] La aparición de ese yo separado es el origen de las neurosis y, por tanto, no se trata de mirar la neurosis en la especificidad, como de ver su misma y aparente existencia, igual que ese yo creado es aparente, separado. El mensaje de la no dualidad es sencillo: no hay dos :: solo Uno :: "yo" no existo.
El yo parece existir al apropiarse de este cuerpo, de estos pensamientos actuales y de otros cristalizados y trenzados con un tiempo más lejano. Los pensamientos simplemente surgen, filtrados, por supuesto, pero aparecen sin que tenga un control sobre ellos, si lo tuviera podría escogerlos. Aun así, aparece el afán de apropiarme de ellos, de confundirme y fundirme con ellos. El yo aparece en un intento de mejorar mis ventajas adaptativas y ahora ese mejorar toma la forma de búsqueda espiritual.

La Estructura de la Nada. Antoni Llorens. 2016. La Llave. Barcelona. Páginas 31-32

Rodrigo Córdoba Sanz
Psicólogo

jueves, 3 de agosto de 2017

Eneatipos y Neurosis

Según Cláudio Naranjo; los eneatipos o formas de neurosis, se tratan de disfraces que llevamos dentro sin saber que estamos disfrazados. Una vez disfrazados somos el disfraz, el disfraz nos es. El artista de teatro que lleva su disfraz no se deja condicionar por él más que para representar ese papel durante la obra, es un papel de forma consciente.
El neurótico no representa el papel, es el papel en el que cree, se olvida de cómo y para qué lo construyó.
El personaje no recuerda su afán manipulativo o contramanipulativo a la hora de hacerlo, pagando por ello el precio del olvido: la búsqueda de algo mejor y el sufrimiento que conlleva el desprecio de eso que no necesita mejora. Busca mejora que eso a lo que llama lo que es, sin darse cuenta que aquello es lo que verdaderamente es, más la distorsión añadida de la presencia del disfraz.
No se trata pues de mejorar nada, sino de apartar el velo que deforma para que sea visto por primera vez que lo buscado siempre ha sido lo que es, sólo que hacemos esa búsqueda desde una creencia de carencia, propia del disfraz. Sin disfraz, sin personaje, no hay búsqueda porque no hay pérdida; no hay olvido.

Rodrigo Córdoba Sanz.
Psicólogo y Psicoterapeuta

martes, 25 de julio de 2017

Claudio Naranjo y Antoni Llorens

Naranjo nos recuerda que "cualquiera que reconozca plenamente la esclavitud psicológica a que someten las pasiones, sentirá un deseo de liberación alentado por la intuición de una libertad espiritual. En otras palabras, rezará o aspirará íntimamente a liberarse del reino de las pasiones para respirar un aire más elevado".

Me gusta llamar a esta respiración " respirar desde el corazón", pues conlleva acabar con el encierro al que le somete el miedo que nos lleva al disfraz. Se trata efectivamente de respirar un aire más elevado, y para esa inspiración es necesario vaciarse de todo aire tóxico con el que se ha formado el personaje. Paradójicamente, el que aspira a liberarse de sí mismo, y ofrece esa nada resultante a quien estuvo esperando pacientemente el sacrificio, el acto sacro, del reconocimiento del único sujeto por parte del objeto del funcionamiento.

Nos dice también Cláudio Naranjo que "las pasiones surgen de oscurecimiento óntico, que la pérdida de -yo soy- mantiene el anhelo de ser que se manifiesta en las formas diferenciadas de las nueve emociones básicas del ego".

Antoni Llorens La estructura de la nada
Una raíz común en el Eneagrama y el Árbol de la vida