PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

domingo, 9 de febrero de 2014

Analfabetismo Emocional

Analfabetismo Emocional

Emociones, Alexitimia, Dra. Aida Bello Canto, vínculos
Con alta frecuencia nos encontramos con personas que poseen dificultad a la hora de nombrar emociones. A esta dificultad, con variantes en intensidad, la he denominado analfabetismo emocional. Se refiere a la dificultad en nombrar emociones sentidas, confundir una emoción por otra, creer que se carece de ciertas emociones ( la mayoría de las veces a causa de mandatos y/o creencias).

No estoy haciendo referencia a la "Alexitimia" aunque podría confundirse, ya que también el sujeto posee una incapacidad para detectar sus emociones y en los demás y nombrarlas, mas la alexitimia es un trastorno neurológico.

El analfabetismo emocional no significa que la persona no sienta las emociones, sino que no puede nombrarlas; no posee un registro que unifique lo que siente con la conciencia, y por ende con la expresión verbal; aparece un escaso darse cuenta de qué es lo que siente. Esto conlleva también a una pobre expresividad emocional, lo cual incide en los vínculos. Además, su registro emocional puede ser muy recortado, nombrando varias emociones, de muy diferente cualidad, con el mismo nombre.

Veamos un ejemplo:
María dice que siente celos en muchas oportunidades, llevándola al padecimiento y a frecuentes peleas con su pareja. Cuando siente celos dice que necesita explotar con gritos y se enoja. Le pido que ofrezca situaciones donde se hacen presente los celos: "Juan se fué a una cena que lo invitaron unos amigos. Yo me quedé en casa: a mí nadie me llama para salir. ¡Me muero de celos! Me parece bien que él vaya a su salida; con eso no tengo problema". Otro ejemplo de María: "Susana se gastó un montón de dinero en algo superficial, para nada imprescindible. Y yo vivo haciendo cuentas para llegar a fín de mes. ¡Estallé de celos! cuando me fui de regreso a casa, me puse a gritar en la calle hasta el llanto. No es el dinero en sí mismo lo que me molesta, sino la libertad que tiene para gastarlo".
Le pido que defina "celos" para ella: "es la emoción que siento cuando otra persona hace algo que yo quiero para mí".

¿A qué les suena esto? Vemos que María confunde celos con envidia. Le pedí que buscase en el diccionario ambas palabras y reflexionara sobre el contenido de las mismas. a través de ejercicios de sensibilización, comprensión de ambas emociones y sus diferencias, María puedo empezar a reconocer la presencia de la envidia en su vida. Esta emoción estaba prohibida para ella, pues sólo la sienten las malas personas.

Cuando María pudo empezar a registrar su envidia, aprender a captar esta emoción como una oportunidad para apropiarse de sus deseos que el otro le servía de espejo, sentirla sin juzgarse una mala persona y averiguar qué pasos podía implementar para alcanzar su objetivo, ella se abrió una puerta para elegir qué hacer o no hacer en cada situación. Disminuyeron sus celos, se apropió de su envidia y liberó el vínculo de su pareja de sus estallidos.

¿Cuánto de esto nos puede pasar a nosotros? ¿Qué emociones podemos estar anulando, confundiendo, anestesiando?

Otro ejemplo es llamar tristeza a toda conmoción emocional: sea de alegría, de enojo, alta afectividad. Personas que se emocionan ante una situación, un abrazo, una mirada ... se conmueven profundamente y el nombre que le dan es tristeza. No pueden discriminar la variedad emocional, y en este caso puntual llega a convencerse de que es "depresivo/a", por la reiterada presencia de la tristeza: es la única que nombran. Algunos ya conocen una de mis frases: Tú eres lo que tú dices (¡el cerebro se lo cree!).

El cuerpo siempre está presente. A veces podemos ignorar lo que sentimos, mas nuestro cuerpo lo registra. Tratamos de evitar sentir lo que estamos sintiendo, mas eso que nos está surgiendo dentro no desaparece, sólo desaparece para nuestra conciencia, se escapa de nuestro darnos cuenta.

El trabajo en sensibilización es el pertinente. Si les interesa, les regalo en la próxima un ejercicio especial y fácil.

Éste tema abre un abanico para profundizar en: cómo ubicamos en el otro las emociones que no podemos registrar en nosotros, de qué nos estamos perdiendo al no detectar señales emocionales, cuán anestesiado podemos tener el "disfrute" o confundido con otro nombre, la alexitimia propiamente dicha y un largo etc.

Por hoy me parece suficientemente rico el que podamos revisar nuestro alfabeto emocional y distinguir qué emoción es la menos presente en nuestras vidas. A veces, y lo digo con mucho cuidado, a veces la mirada de personas queridas de nuestro entorno puede ayudarnos a detectar ciertas emociones ausentes en nuestro repertorio, o marcarnos reacciones no coherentes con los hechos en sí mismos (como los celos en el ejemplo de María).

Cuanto más rico es nuestro repertorio emocional, emociones primarias y de desarrollo, mayor grado de vivencia y experiencia vital poseemos, profundo contacto y calidad en el encuentro.

¿Te animas a realizar tu propia revisión? ¿Compartes tu hallazgo?

De www.eltornilloflojo.blogspot.com.ar

No hay comentarios: