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Paz y Ciencia

miércoles, 5 de junio de 2013

Oscilaciones del estado de ánimo



Mi querido DSM, ese manual que se utiliza para catalogar a las personas como si fueran frutas y verduras de la verdulera de la esquina ha provocado un tumulto que en la clínica evidencia su fraude y estulticia. Ese invento amparado por la Industria Farmacéutica tiene estigmatizadas a miles de millones de personas en este mundo. Curiosamente, cuanto "más" civilizado es un país más diagnósticos de "enfermedad mental", por cierto, expresión incorrecta. Trastorno no Enfermedad, en definitiva un eufemismo significativo, no se le dice enfermedad porque no hay pruebas orgánicas.
Dentro de la Inestabilidad Emocional podemos encontrar un Océano, algunas personas de unas costas necesitarán anticomiciales, otras litio, otras antipsicóticos, otras combinaciones en función del Druida que les atienda.
La psiquiatría es una ciencia Subjetiva. Un psiquiatra psicoanalista NO medicará igual que un psiquiatra de la "medicina basada en la evidencia", invento pomposo, fallido y fraudulento. O un psiquiatra de la medicina conductual, que dirá a su paciente deprimido que tiene que hacer ejercicio y tomar el sol, dar paseos y cambiar sus pensamientos. La "locura" no es lógica ni racional. Enseñar a cambiar esquemas cognitivos es correcto, fundamental en muchos casos, pero escoger como eje de un tratamiento la instrucción se llama dominación.
Así como a los nenes se les está atiborrando de medicación por supuestos TDAH, a los mayores se les da medicación por estar tristes. Maticemos, estar triste puede hacer grande, puede hacer mejor a una persona, si supera la tristeza, se engrandece, si se le seda se envilece. Soy defensor de la medicación. Entre otras cosas porque he visto sufrir a muchas personas lo indecible, ya no sabían qué hacer o dónde meterse. Pero si esas personas no asumen su responsabilidad y enfocan su vida hacia su potencial humano innato, serán siempre carne de psiquiatra y sus pócimas.
Astérix y Obélix se beneficiaron del Druida del poblado, les daba energía para dar mamporrazos a esos extraños romanos.
Nosotros, desde el ámbito de lo psico(pato)lógico tenemos que enseñar el camino hacia lo hermoso que hay dentro de esa persona. Eso de mejorar la autoestima no se hace leyendo 40 libros de autoayuda, se hace de dentro hacia fuera, tomando conciencia, ése es nuestro papel. Asistir en que la persona se de cuenta, sin instruir, sin mandar, sin tomar una posición de supuesto saber por llevar bata blanca o cobrar unos honorarios. Tengan feliz día.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Zaragoza.

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