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Paz y Ciencia

jueves, 20 de junio de 2013

Gestalt y polaridades



Concepción del individuo como una secuencia constante de polaridades (E. Y M. Polster). Este autor muestra que la terapia guestáltica reclama no sólo del paciente sino también del terapeuta una nueva forma de compromiso, cuyos rasgos esenciales son la espontaneidad, la creatividad y la fluidez.
La primera formulación de las polaridades tiene su origen en Friedlaender: “Todo evento se relaciona con un punto cero, a partir del cual se realiza una diferenciación en opuestos. Estos opuestos manifiestan una gran afinidad entre sí. Al permanecer atentos al centro, podemos adquirir una capacidad creativa para ver ambas partes de un suceso y complementar una mitad incompleta. Al evitar una visión unilateral logramos una comprensión mucho más profunda de la estructura y función del organismo”.
Esta cita de "Indiferencia creativa", expuesta por Perls en el primer capítulo de "Yo, hambre y agresión" sustenta la teoría gestáltica de las polaridades (en lugar de la dicotomía del pensamiento dual). Al establecer un puente entre los extremos o polos, la gestalt acentúa el valor de la diferenciación y la posibilidad de la síntesis.
Según Perls, los opuestos existen por diferenciación de algo no diferenciado (pre-diferente) y punto cero es aquel en que comienza la diferenciación.
Pensar en opuestos es la base del pensamiento diferencial y nos lleva a preguntar en términos de “cómo” más que en términos de “por qué” = pensamiento causal.
Al permanecer atentos al centro, podemos adquirir una capacidad creativa para ver ambas partes de un suceso y complementar una mitad incompleta.
Si no tomamos conciencia de esta dialéctica de los opuestos, nos estancamos. En términos de polaridades, los sentimientos negativos suelen coincidir con el opuesto que no logra emerger como figura y desequilibra la percepción de su otra polaridad.
Cuando se toma conciencia de las emociones negativas, éstas se transforman en energías cooperadoras, por ejemplo, la rabia se transforma en energía, el disgusto vía la codicia se transforma en discriminación; la ansiedad vía la excitación nos puede llevar a un interés sobre uno mismo; el miedo vía sospecha nos puede llevar a la experimentación y ampliación de órbitas de la propia vida; la vergüenza vía el exhibicionismo a la autoexpresión.
La filosofía básica de la terapia gestalt es la diferenciación e integración de la naturaleza. La diferenciación conduce por sí misma a polaridades. Como dualidades, éstas se pelearán fácilmente y se paralizarán mutuamente. Al integrar rasgos opuestos, completamos nuevamente a la persona. Por ejemplo, debilidad y bravuconería se integran en firmeza.
La toma de conciencia de los opuestos hace que la persona maneje sus propios recursos.
 

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