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Paz y Ciencia
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domingo, 30 de noviembre de 2014

Friedlander: Vaciarse y Trascender

FRIEDLANDER: "Indiferencia Creativa"

Poco se sabe de este autor y de su obra, desaparecida en la Segunda Guerra y hoy muy difícil de encontrar. 
C. Naranjo ha ido recuperando algunos escritos y datos después de ardua búsqueda, y aquí resumo sus hallazgos. Salomon Friedlander nació en 1871. Nunca se interesó en los estudios escolares; comenzó Medicina por voluntad de su padre, abandonando estos estudios por los de filosofía. En 1897 atravesó una transformación durante la cual pasó largos períodos sin alimentarse y tuvo acceso a estados de éxtasis. En este tiempo descubrió ese punto medio entre el sí y el no de la voluntad que llamó al principio una «indiferencia viviente hacia la polaridad del mundo».
Escribió Kant para niños donde interpreta el idealismo kantiano según su propia intuición de un sujeto puro como realidad trascendente y su experiencia de la toma de conciencia del yo profundo como liberación. Las obras que él mismo consideró más importantes son "Al yo mágico" y "El Experimento Hombre", si bien escribió más de cuarenta libros y fue calificado en vida como un «Voltaire alemán», «un Charlie Chaplin de la filosofía», «el único heredero de Nietzsche», así como «un profeta» y «el prototipo del cínico». Tras la llegada del nazismo se trasladó a París donde vivió años de gran miseria. La Gestapo le mantuvo prisionero en el sótano de su casa, ya que su vejez le impedía ser transportado, mientras que sí se llevaron a su anciana esposa. Murió en 1946 a los setenta y seis años. Perls en su primer escrito declara su intención de revisar el psicoanálisis:
a) Reemplazando el concepto psicológico por un concepto organicista:
b) Reemplazando la psicología asociacionista por la psicología de la forma (gestalt).
c) Aplicando el pensamiento diferencial, basado en la indiferencia creativa de Friedlander.

Se apoya en Friedlander para reaccionar contra el pensamiento lineal (causa-efecto) en favor de un pensamiento que tiene en cuenta los opuestos desde una posición de neutralidad: 

Todo evento se relaciona con un punto cero a partir del cual se realiza una diferenciación 
en opuestos. Estos opuestos manifiestan, en su concepto específico, una gran afinidad entre sí. Al permanecer atentos al centro, podemos adquirir una capacidad creativa para ver ambas partes de un suceso y complementar una mitad incompleta. Al evitar una visión unilateral logramos una comprensión mucho más profunda de la estructura y función del organismo. (1947, p 17)
Esta cita de "Indiferencia creativa", expuesta por Perls en el primer capítulo de "Yo, hambre 
y agresión" sustenta la teoría gestáltica de las polaridades (en lugar de la dicotomía del pensamiento dual). Al establecer un puente entre los extremos o polos, la gestalt acentúa el valor de la diferenciación y la posibilidad de la síntesis. Hasta aquí parece llegar la influencia explicita de Friedlander en Perls, pero Naranjo rescata otros aspectos espirituales de ese libro: la conciencia indiferenciada es una expresión de la nada, una conciencia que no diferencia siquiera sujeto de objeto, conciencia pura. A esta indiferencia creativa Friedlander la llama también individualidad: es el verdadero centro de la persona, es decir que lo más personal e individual es al mismo tiempo nada, como en el budismo mahayánico. Friedlander filosofa sobre lo dionisíaco, estableciendo un puente entre Nietzsche y Perls. Retoma la actitud rebelde de Nietzsche (que oponía a la voluntad castrada su «voluntad de poder») señalando además que C. Naranjo, "Noticias de un genio olvidado"; Boletín de Psicoterapia Integrativa Transpersonal, núm. 2, Barcelona, primavera, 1995. la verdadera voluntad es interdependiente con la indiferencia creativa: ese no importarle a uno las consecuencias de su acción, esa suprema indiferencia con que uno puede ponerse más allá del mundo, es la que permite una verdadera libertad y aquella en que puede apoyarse la voluntad. Friedlander va más allá afirmando que esa voluntad es divina, que si logramos trascender el mundo podemos contactar con una voluntad, en lo más íntimo de nosotros; que es más bien una voluntad del cosmos. Individualidad y voluntad a la vez que no voluntad (indiferencia) y totalidad, como dice Friedlander: «Indiferencia creativa, pero no equivocarse con esa expresión, no se trata de individuos aislados... sino del todo vivido subjetivamente. De una conexión subjetiva con el todo. Un pathos creadon. Y en otro momento dice: «Pongámonos de acuerdo: "individuo", pero digamos de partida que el sí mismo es ilusorio», lo cual resuena con el budismo donde no se formula un self sustancial, aunque, como afirma Naranjo, es muy improbable que Friedlander tuviera conocimiento del budismo, sino que haya sido a través de su experiencia interna. 

sábado, 22 de junio de 2013

Teoría de la Indiferencia Creativa


 
TEORIA DE LA INDIFERENCIA CREATIVA

 

La polaridad de la conciencia queda reflejada en la anatomía de nuestro cerebro. Unidos por el cuerpo calloso tenemos dos hemisferios cerebrales, distinguidos por su naturaleza y por sus propias funciones, y que gobiernan el lado contrario del cuerpo.

El hemisferio izquierdo se encarga del pensamiento lógico y el lenguaje, lectura y escritura, es analítico y racional, se encarga del tiempo, del cálculo y de los números. Es la capacidad analítica del “hemisferio verbal”.

En el hemisferio derecho tenemos las facultades opuestas, aquí concebimos un todo partiendo de una pequeña parte, es la concepción de ideas y estructuras complejas, pensamiento analógico, imaginación,  y capacidad creativa. Según la actividad predomina uno u otro.

Esta especialización de los dos hemisferios nos explica la polaridad; el izquierdo es masculino, yang, sol, es la actividad. El hemisferio derecho es yin, receptivo y femenino, es lo lunar, el lado nocturno e inconsciente, y rige el lado izquierdo del cuerpo.

Para integrar el concepto de polaridades Perls utiliza la teoría de la indiferencia creativa de Sigmund Friedlaender. Filosofía basada en la afinidad de los contrarios, plantea que cada acontecimiento consta de un punto cero a partir del cual surge la diferencia de estos contrarios, los cuales demuestran en su contexto específico una gran afinidad el uno por el otro. Encontramos ese punto cero a partir de confrontar la diferencia de los contrarios y descubrir su simetría invisible. Su punto de unión, el lugar en que ambos se neutralizan, el punto medio.

 

• Si permanecemos atentos al centro, podemos adquirir la capacidad creativa para observar ambas caras de los sucesos y para completar la mitad incompleta. Si evitamos una visión unilateral, alcanzamos una comprensión mucho más profunda de la estructura y de la función del organismo. (Perls)

 

• Aquello cuya identidad, unidad y totalidad no podemos distinguir, se manifiesta como fenómeno en antagonismo polar. No es posible percibir la unidad, la identidad de lo claro y de lo oscuro como fenómeno diferencial. La unidad de la diferenciación polar es simultáneamente su centro, la indiferencia, en ella se esconde el verdadero misterio, la voluntad creativa, aquello que polariza, que objetivamente no es nada y sin la cual nada existe en el mundo. (Frambach)

 

• El arte de la vida que nace del centro indeferenciado, surge principalmente del balanceo entre opuestos polares, de un movimiento que tiende hacia el equilibrio. Se trata de no dejarse atraer de forma unilateral y sesgada por uno de los polos respectivos, sino en centrarse libremente en su centro y moverse de la misma manera hacia ambos, como si fueran alas (El ángel medio burlón de Friedlaender). Equi-disposición imparcial y ecuanimidad. No se trata de aislar los opuestos como excluyentes entre sí, sino de de centrarnos con flexibilidad en su centro indiferente, son una unidad de contrarios, diferenciados polarmente, siendo la indiferencia creativa la que proporciona el magnetismo de los extremos. (Frambach)

 

En terapia gestalt las polaridades están profundamente arraigadas en el funcionamiento del organismo. Estos dualismos son disposiciones de conducta y pensamiento. Las polaridades están relacionadas con la historia particular de cada uno de nosotros y con la percepción de nuestra realidad interior. Esta realidad determina que se desarrollen polaridades cuyas características pueden ser, ego sintónicas o aceptables para la conciencia, y ego distónicas o inaceptables para el sí mismo. A partir de polaridades en pugna se generan conflictos polares que pueden ser tanto intrapersonales como interpersonales.

 

La terapia gestáltica busca la integración armónica de las polaridades complementarias de cualquier comportamiento humano (por ejemplo: agresividad y ternura) más que la eliminación de una en provecho de la otra, intentando lograr una solución que una ambos polos para formar una figura más importante que la simple combinación de los opuestos: una creación nueva.

En este contexto las cualidades no son contradicciones irreconciliables, sino distinciones que serán integradas en el proceso de la formación y destrucción de la gestalt. Un concepto importante retomado del psicoanálisis Freudiano y que sirve para entender las polaridades es el de catexis.

• "La catexis se refiere a la actitud repelente / atrayente del individuo sobre las cosas de su deseo, por un lado, y miedo, por otro. Que esta catexis sea positiva o negativa depende solamente del concepto mental de la persona o de su percepción" (Castanedo,).

 

Desde el punto de vista de la actitud del terapeuta, Freud recomendaba a los analistas “atención flotante” y “escepticismo benevolente”. El gestaltista combina una implicación activa y a la vez una permanencia en ese punto 0, lo cual no es nada fácil. Fritz era un buen ejemplo de ello, como atestigua Claudio Naranjo:

• “Perls mostraba un grado asombroso de indeferencia creativa como psicoterapeuta por su capacidad de quedarse en el punto cero sin verse atrapado en los juegos de sus pacientes. Pienso en el punto cero como el refugio del terapeuta gestáltico en medio de una participación intensa, no solo como una fuente de fortaleza, sino como su último apoyo.”

 

Con la polaridad, a través de la afirmación vamos creando un “yo idealizado”, y a la vez,  negamos aspectos propios del organismo que al tomar conciencia de ellos, nos conectan con lo que evitamos, “yo negado”. Mantener esta negación implica un gran esfuerzo organísmico, tensión interna, ya que hay en nosotros capacidades, características propias que no nos permitimos usar.

 

De esta forma, ante necesidades que van apareciendo en el campo, y que necesitan de recursos de los cuales disponemos, el organismo va a tratar de "negarlos" y buscar una solución neurótica, que signifique manipular el entorno para dotarse de recursos del mismo, en vez de usar recursos propios incorporados a su “yo negado”.

Es de esta manera que el organismo pierde la capacidad de autorregulación, ya que no solamente somos un proceso mental de conceptos y teorías aprendidas, sino que somos organismo y de él bloqueamos nuestras capacidades sensitivas, musculares, y la manifestación de emociones, evitando el darnos cuenta de aspectos propios que no queremos reconocer en nuestro organismo.

 

• Perls dice que los opuestos existen por diferenciación de “algo no diferenciado” y que el punto 0 es el punto donde comienza la diferenciación. En la aplicación terapéutica esta diferenciación es importantísima: la llamamos polarización, es decir, que los opuestos se definan con claridad, que extremen sus posiciones para poder reconocer estos contendientes, para poder establecer un diálogo entre ambos, donde se reconozcan, se escuchen, se entiendan y puedan llegar a algún tipo de acuerdo (Peñarrubia).

La diferenciación en opuestos es “una propiedad esencial de nuestra mente y de la vida misma. Polaridades básicas son:

• Integración / Desintegración.  

• Deseo /aversión.

• Los principios polares del intercambio energético del organismo.

• Apego  / Desapego.

• Alegría / Tristeza.

• Contacto / Retirada.

• Top Dog / Under dog.  (Opresor / Oprimido). (Dominancia / Sumisión)

• Presente / Futuro, siendo el presente el centro del tiempo existencial y creativo.

• Necesidades sociales / necesidades biológicas.

• Lado derecho / Lado izquierdo.

• Parte superior (contacto) / Parte inferior (apoyo).

• Autoestima elevada (delirio de grandeza)….vanidad, orgullo, gloria,  / Baja autoestima (sentimiento de pequeñez).

• Sádico / Masoquista.

• Masculino / Femenino.  

• Ir  / Venir  (aquí / allí).  

  Polaridades

  Culpa / Responsabilidad.

• Exceso de control / Impotencia.

• Apoyo / Confrontación (Frustración)

 

Figura y fondo también son polos de una polaridad, como delante y detrás. La diferenciación polar en figura-fondo encuentra su indiferencia en su propia base. No hay que confundir la base con el fondo. El fondo es difuso mientras que la base es indiferente. Es en filosofía Budista la séptima conciencia, el manas, que tiene dos aspectos, uno inferior, referido al mundo de los sentidos, el fondo de donde surge la experiencia, y uno superior, iluminado por la intuición, que corresponde en Gestalt a la formación de la figura. El manas actúa como transmisor de la experiencia sensorial al octavo nivel de conciencia.

No se trata de un fenómeno diferenciado ni perceptible. Es aquello que se diferencia, el punto medio creativo y origen de toda diferenciación.. Perls se refiere a la base indiferente como “el vacío fértil” o “la nada”, es en filosofía Budista la octava conciencia, la conciencia universal, alaya-vijñana.

El sí mismo se encuentra, espontáneamente, en el modo de en medio, integra los polos actividad y pasividad, hacer y padecer, en la medida en que ofrece una base para el sentir, pensar y hacer, libres y espontáneos, como una imparcialidad relativa a partir de su indiferencia y de su centro.

• Pero el sí mismo es en realidad el integrador, es la unidad sintética, como lo llama Kant. Es el creador de la vida. Este sí mismo, que podemos relacionar en el modo del medio (como el no hacer de la filosofía oriental), es creativo, y lo podemos considerar como semejante al yo de la indiferencia creativa de Friedlaender. “No se trata de la Gestalt que forma, sino de la formación de la Gestalt, es decir, el sí mismo es la relación dinámica entre el fondo y la figura, que deben entenderse como polaridades.  Estableciéndose el vacío fértil cuando esta polaridad de la figura es la base, no el fondo, la base indiferente que ni diferencia, ni se posiciona en la percepción. (Frambach)

 

jueves, 20 de junio de 2013

Gestalt y polaridades



Concepción del individuo como una secuencia constante de polaridades (E. Y M. Polster). Este autor muestra que la terapia guestáltica reclama no sólo del paciente sino también del terapeuta una nueva forma de compromiso, cuyos rasgos esenciales son la espontaneidad, la creatividad y la fluidez.
La primera formulación de las polaridades tiene su origen en Friedlaender: “Todo evento se relaciona con un punto cero, a partir del cual se realiza una diferenciación en opuestos. Estos opuestos manifiestan una gran afinidad entre sí. Al permanecer atentos al centro, podemos adquirir una capacidad creativa para ver ambas partes de un suceso y complementar una mitad incompleta. Al evitar una visión unilateral logramos una comprensión mucho más profunda de la estructura y función del organismo”.
Esta cita de "Indiferencia creativa", expuesta por Perls en el primer capítulo de "Yo, hambre y agresión" sustenta la teoría gestáltica de las polaridades (en lugar de la dicotomía del pensamiento dual). Al establecer un puente entre los extremos o polos, la gestalt acentúa el valor de la diferenciación y la posibilidad de la síntesis.
Según Perls, los opuestos existen por diferenciación de algo no diferenciado (pre-diferente) y punto cero es aquel en que comienza la diferenciación.
Pensar en opuestos es la base del pensamiento diferencial y nos lleva a preguntar en términos de “cómo” más que en términos de “por qué” = pensamiento causal.
Al permanecer atentos al centro, podemos adquirir una capacidad creativa para ver ambas partes de un suceso y complementar una mitad incompleta.
Si no tomamos conciencia de esta dialéctica de los opuestos, nos estancamos. En términos de polaridades, los sentimientos negativos suelen coincidir con el opuesto que no logra emerger como figura y desequilibra la percepción de su otra polaridad.
Cuando se toma conciencia de las emociones negativas, éstas se transforman en energías cooperadoras, por ejemplo, la rabia se transforma en energía, el disgusto vía la codicia se transforma en discriminación; la ansiedad vía la excitación nos puede llevar a un interés sobre uno mismo; el miedo vía sospecha nos puede llevar a la experimentación y ampliación de órbitas de la propia vida; la vergüenza vía el exhibicionismo a la autoexpresión.
La filosofía básica de la terapia gestalt es la diferenciación e integración de la naturaleza. La diferenciación conduce por sí misma a polaridades. Como dualidades, éstas se pelearán fácilmente y se paralizarán mutuamente. Al integrar rasgos opuestos, completamos nuevamente a la persona. Por ejemplo, debilidad y bravuconería se integran en firmeza.
La toma de conciencia de los opuestos hace que la persona maneje sus propios recursos.
 

domingo, 26 de mayo de 2013

Indiferencia Creativa (Friedlander)

 

Polaridad y Gestalt

 
Desde el punto de vista gestáltico y según Celedonio Castanedo (Terapia Gestalt. Enfoque del aquí y ahora Editorial Herder, página 257) trabajar con las polaridades que presenta el cliente en su personalidad, es uno de los instrumentos por excelencia que conduce a la integración de la personalidad en una sola unidad que cuenta, en su esencia, con la fuerza ejercida por la unión de los opuestos. Esto significa lograr la configuración de la totalidad (significado de la palabra Gestalt), que las dos partes se relacionen una con otra en un proceso estructural. Para llegar a este proceso de integración se requiere explorar cómo el cliente percibe la existencia en al aquí y ahora, cómo presta atención al continuum de darse cuenta de la experiencia que está viviendo.


Indiferencia Creativa

Para integrar el concepto de polaridades Perls utiliza la influencia de la teoría de la indiferencia creativa de Friedlander. Esta teoría plantea que cada acontecimiento consta de un punto cero a partir del cual surge la diferencia de estos contrarios, los cuales demuestran en su contexto específico una gran afinidad el uno por el otro. Al permanecer atentos al centro, podemos adquirir una capacidad creativa para ver ambas partes de un suceso y completar una mitad incompleta. Al evitar una visión unilateral logramos una comprensión mucho más profunda de la estructura y función del organismo. En términos de polaridades, los sentimientos negativos suelen coincidir con el opuesto que no logra emerger como figura y desequilibra la percepción de su otra polaridad (la aceptada y aceptable).. Cuanto más intentamos identificarnos con uno de los lados, más vigilamos y ponemos energía en el otro.
Cuando frente a una situación determinada no reconocemos y aceptamos una de las partes, las respuestas son cada vez más rígidas y menos creativas, creando situaciones pobremente resueltas, inconclusas. Cuando la persona elige una de las partes, negando o rechazando su contraria, empobrece su capacidad de darse cuenta, pues mira las cosas desde un único sitio. Generalmente juzga que son incompatibles y que una parte ha de ganar a la otra, lo que además genera conflictos internos y externos. Encontramos ese punto cero a partir de confrontar la diferencia de los contrarios y descubrir su simetría invisible. Su punto de unión, el lugar en que ambos se neutralizan, el punto medio.
Perls dice que los opuestos existen por diferenciación de "algo no diferenciado" y que el punto 0 es el punto donde comienza la diferenciación.
En la aplicación terapéutica esta diferenciación es importantísima: la llamamos polarización, es decir, que los opuestos se definan con claridad, que extremen sus posiciones para poder reconocer quienes son estos contendientes, para poder establecer un diálogo entre ambos, donde se reconozcan, se escuchen, se entiendan y puedan llegar a algún tipo de acuerdo (P. Peñarrubia)
Se busca la integración armónica de las polaridades complementarias de cualquier comportamiento humano (por ejemplo: agresividad y ternura) más que la eliminación de una en provecho de la otra, intentando lograr una solución que una ambos polos para formar una figura más importante que la simple combinación de los opuestos: una creación nueva.
En este contexto las cualidades no son contradicciones irreconciliables, sino distinciones que serán integradas en el proceso de la formación y destrucción de la Gestalt.

Desde el punto de vista de la actitud del terapeuta, Freud recomendaba a los analistas"atención flotante" y "escepticismo benevolente". El gestaltista combina una implicación activa y a la vez una permanencia en ese punto 0, lo cual no es nada fácil.
Con la polaridad, a través de la afirmación vamos creando un "yo idealizado", y a la vez, negamos aspectos propios del organismo que al tomar conciencia de ellos, nos conectan con lo que evitamos, "yo negado", mantener esta negación nos implica un gran esfuerzo organísmico, tensión interna, ya que hay en nosotros capacidades, características propias que no nos vamos a permitir usar. De esta forma, ante necesidades que nos van apareciendo en el campo, y que necesitan de recursos de los cuales disponemos, el organismo va a tratar de "negarlos" y buscar una solución neurótica, que signifique manipular el entorno para dotarse de recursos del mismo, en vez de usar los propios incorporados a su "yo negado".
Es de esta manera que el organismo pierde la capacidad de autorregulación, ya que no es solo cognición, un proceso exclusivamente mental de conceptos y teorías, sino que es organísmico, bloqueo en la capacidad sensitiva y muscular y manifestación de emociones ligadas a lo que es bueno, a lo aceptado. Así evitamos el darnos cuenta de aspectos propios que no queremos reconocer en nuestro organismo.

Trabajo con polaridades

El trabajo con polaridades en Terapia Gestalt facilita la capacidad creativa para ver ambas partes de un suceso y completar una mitad incompleta. Al evitar una visión unilateral logramos una comprensión mucho más profunda de la estructura y función del organismo.
Si el individuo no se permite ser malvado, tampoco será genuinamente bondadoso.
Debo enseñarme a invadir aquella parte de mi que no apruebo, poniéndola al descubierto y después entrar en contacto con la parte que no asumo. Este es el primer paso, ponerme en contacto con la forma en que mantengo en secreto algo de mí mismo.
Cuando me siento más amable con mi secreto, porque he llegado a comprenderlo mejor, puedo llegar a relacionarme con otra persona que procura penetrar en ese territorio interior o amenaza parte de mi mismo. Zinker llamó a este proceso Estiramiento del autoconcepto, pues crea más espacio en la imagen que uno tiene de sí mismo Zinker (1999)

En el abordaje de las polaridades muchas veces los adelantos se hacen examinando lo obvio desde las características personales que reconocemos en nosotros mismos, otras veces es necesario recurrir a trabajos más profundos con la "sombra" que está presente en nuestra vida para llegar al "darse cuenta" y producir transformaciones.
La filosofía básica de la terapia Gestalt es la diferenciación e integración de la naturaleza. La diferenciación conduce por sí misma a polaridades. Como dualidades, estas polaridades se pelearán fácilmente y se paralizarán mutuamente. Al integrar rasgos opuestos, completamos nuevamente a la persona. Tal persona tendrá la posibilidad de ver la situación total (una Gestalt) sin perder los detalles. De este modo, obtiene una mejor perspectiva que le permite enfrentar la situación mediante la movilización de sus propios recursos.
El trabajo con polaridades permite el contacto con diferentes partes de uno mismo, para ampliar la visión y el concepto que se tiene de sí e integrar las diferencias en conflicto.
Perls dice que sentirse bien significa para la persona identificación, es decir, ser uno consigo mismo. Sentirse mal significa alienación, alejarse de sí mismo. Cuando definimos lo que somos o no, estamos discriminando, y esta discriminación se llama en Gestalt límites del yo. Este límite del yo, o concepto del yo, es flexible. En estados patológicos, moralidad rígida o miedo rígido al cambio, este límite demasiado estrecho provoca conflictos y empobrecimiento, poca tolerancia a los cambios y las diferencias.

Fases del proceso

- Cuando en el individuo se da un conflicto entre partes diferentes , a menudo ninguna de ellas deja expresarse con claridad a la otra. Lo primero que necesita cada una de estas partes es diferenciarse y expresarse. Es decir, polarizarse; que cada uno de los polos opuestos se defina con claridad. Permitir que el conflicto que está sucediendo se muestre a la conciencia y que se exprese ampliamente qué está provocando ese conflicto. Esta diferenciación es importante, pues si se está indiferenciado y se boicotea la expresión y la información, no puede haber dialéctica, ni conciencia ni integración.
-Tomar conciencia de qué aporta/limita cada parte y cómo se están relacionando entre ellas. Es probable que se peleen entre sí y se polaricen mútuamente.
- Facilitar que las partes en conflicto establezcan un diálogo entre ellas y lleguen a pactos.

Al integrar rasgos opuestos, completamos nuevamente a la persona.
El crecimiento, por tanto, depende de que se renueven y dinamicen las posibilidades de contacto entre polaridades:

- Viviendo plenamente cada polaridad, no retrayéndola al fondo si antes no se ha completado como figura
- Facilitándole el contacto con su opuesto

Algunos abordajes prácticos en el trabajo terapéutico (P.Peñarrubia)

- Convertir un mecanismo en su opuesto.- La sustitución del "pero" (o el "o") por el "y". La conjunción adversativa señala una dualidad, mientras que la ilativa favorece la aceptación de opuestos.
- La sustitución de la pregunta "por qué" por la observación del "cómo". El pensamiento diferencial a través del "cómo" ayuda a percibir las diferencias, los opuestos.
- La congruencia, o coherencia en la expresión. Es decir, la adecuación de la forma y el contenido. Cualquier desequilibrio en este sentido puede señalar una polaridad rechazada.
- La expresión de los sentimientos negativos. Clarifica zonas de ambigüedad (o te quiero o te odio) que tienden a rigidizarse en dicotomías y permite el fluir creativo de las polaridades.
- El desdoblamiento (silla). Técnica que consiste en poner en la silla de enfrente cualquier parte no reconocida por el individuo, facilitando el desdoblamiento y los diálogos entre opuestos.
- La teatralización de una polaridad. Se trata de jugar un rol con el máximo de implicación para así descubrir y reconocer las propias partes proyectadas o inexploradas. Es especialmente eficaz para atravesar barreras emocionales como la vergüenza, la ansiedad, el disgusto…
- El juego de la reversión o inversión. La persona explora aspectos que teme vivir o que rechaza jugando roles que generalmente tiene rechazados por introyectos.
- La exageración, amplificación, repetición. Como forma de ampliar el darse cuenta o permitir un sentido diferente del original, induciendo un opuesto sobre el que trabajar.

Polaridad

POLARIDAD

En Los Hemisferios

La polaridad de la conciencia queda reflejada en la anatomía de nuestro cerebro. Unidos por el cuerpo calloso tenemos dos hemisferios cerebrales, distinguidos por su naturaleza y por sus propias funciones, y que gobiernan el lado contrario del cuerpo. El hemisferio izquierdo se encarga del pensamiento lógico y el lenguaje, lectura y escritura, es analítico y racional, se encarga del tiempo, del cálculo y de los números. Es la capacidad analítica del "hemisferio verbal". En el hemisferio derecho tenemos las facultades opuestas, aquí concebimos un todo partiendo de una pequeña parte, es la concepción de ideas y estructuras complejas, pensamiento analógico, imaginación, y capacidad creativa. Según la actividad predomina uno u otro. Esta especialización de los dos hemisferios nos explica la polaridad; el izquierdo es masculino, yang, sol, es la actividad. El hemisferio derecho es yin, receptivo y femenino, es lo lunar, el lado nocturno e inconsciente, y rige el lado izquierdo del cuerpo.
 

Unidad y diferenciación

Cuando nace un bebé, éste vive en unidad con su madre, no hay nada que se diferencie de la madre tierra, él es UNO con ella. A medida que el bebé se va desarrollando se hace necesario que el bebé empiece a distinguirse como una realidad diferente a su madre para poder desarrollarse. Esto hace que la concepción del mundo para el bebé pase a ser bipolar YO-TÚ (bebé-madre), luego vendrán madre-padre, derecha-izquierda, delante-detrás y otras muchas polaridades que ayudarán a la persona a situarse en el entorno y a relacionarse con él, haciendo que se sienta como un ser diferenciado y autónomo. Esta concepción del mundo no será completa sino sesgada, ya que el ser implicará un no-ser.
Todas las concepciones religiosas o existenciales mayoritarias conocidas han desarrollado un conjunto de dogmas o creencias acerca de la divinidad o normas morales que apuntan hacia la concepción del mundo como una UNIDAD como la vía para acercarse a la divinidad.
Así, las teorías desarrolladas para que la persona se acerque a la divinidad comprenden de alguna manera u otra la integración de su personalidad para llegar a la UNIDAD.
Polaridad y unidad
 
En cualquier aspecto de la naturaleza, y en cualquier forma de nuestro organismo todo tiene su opuesto, noche-día, Yin-Yang, bueno-malo, claro-oscuro, fuerte-débil.....Todas, formas polares, son parte de nuestra naturaleza, y en si mismas no son incompatibles, somos nosotros quienes a través del juicio previo limitamos nuestra conciencia considerando adecuada una de las partes. Los seres humanos tendemos a conocer y valorar en parejas de contrarios, tendemos a fraccionar la realidad en pedazos, para poder analizarla. Nuestro proceso de conciencia, tras percibir la sensación que origina cualquier fenómeno, elabora un proceso mental de análisis, desmenuzando la realidad en dos partes, esto nos plantea un conflicto porque nos obliga a diferenciar y a decidir, sobre la bondad de una de ellas, eligiendo un lado y rechazando el otro, el contrario, a través de esta primaria discriminación rechazamos el todo, la unidad, y polarizamos nuestro existir. Si nos quedamos en esta primera fase de análisis "desintegrativa" y caemos en la exclusión incurrimos en una carencia. Por ejemplo en el dibujo de la copa de Rubin , se puede experimentar claramente el problema de la polaridad que este caso plantea, concretamente, caras/copa en figura /fondo. En esta imagen el negro depende del blanco. Esta interdependencia de los contrarios nos indica que, en el fondo de cada polaridad, existe una unidad que nosotros, los humanos, no podemos aprehender con nuestra conciencia, incapaz de percepción simultanea. Es decir, tenemos que dividir toda la unidad en dos polos, a fin de poder contemplarlos sucesivamente. Lo polar entonces no es el fenómeno, sino el conocimiento que tenemos de él a través de nuestra conciencia. En el caso de nuestra respiración: podemos dividirla en dos componentes, inhalación y exhalación, siendo la exhalación el contrario, el polo opuesto a la inhalación. No podría existir inhalación si no existiera su contrario la exhalación, si así fuera el proceso respiratorio, como lo conocemos, no existiría. Así que un polo, para su existencia, depende del otro polo. En la unidad, todo y nada se fusionan en uno, la nada no tiene manifestación o límite con lo que no es polar, en la unidad no hay reconocimiento, no hay discriminación posible, no hay empeño ni objetivo, solo hay ser porque no hay un algo externo que añorar, La relación de los opuestos consiste en que la existencia de uno necesariamente exige la existencia del otro; la interacción de los mismos funciona como un proceso dialéctico (Castanedo)
Las polaridades están relacionadas con la historia particular de cada persona y con la percepción de su realidad interior. Esta realidad determina que se desarrollen polaridades cuyas características son egosintónicas o aceptables para la conciencia de la misma y egodistónicas o inaceptables para el sí mismo. A partir de polaridades en pugna se generan conflictos polares que pueden ser tanto intrapersonales como interpersonales.
 

 

Eclipse


 

Cuando el Sol y la Luna se encontraron por primera vez, se apasionaron perdidamente y a partir de ahí comenzaron a vivir un gran amor.
Sucede que el mundo aun no existía y el día que Dios decidió crearlo, les dio entonces un toque final... ¡El brillo!
Quedó decidido también que el Sol iluminaría el día y que la Luna iluminaría la noche, siendo así, estarían obligados a vivir separados.
Les invadió una gran tristeza y cuando se dieron cuenta de que nunca más se encontrarían, La Luna fue quedándose cada vez más angustiada. A pesar del brillo dado por Dios, fue tornándose Solitaria.
EL Sol a su vez, había ganado un título de nobleza "Astro Rey", pero eso tampoco le hizo feliz.
Dios, viendo esto, les llamó y les explicó: - No debéis estar tristes, ambos ahora poseéis un brillo propio. Tú, Luna, iluminarás las noches frías y calientes, encantarás a los enamorados y serás frecuentemente protagonista de hermosas poesías. En cuanto a ti, Sol, sustentarás ese título porque serás el más importante de los astros, iluminarás la tierra durante el día, proporcionaras calor al ser humano y tu simple presencia hará a las personas más felices.
La Luna se entristeció mucho más con su terrible destino y lloró amargamente... y el Sol, al verla sufrir tanto, decidió que no podría dejar abatirse más, ya que tendría que darle fuerzas y ayudarle a aceptar lo que Dios había decidido.
Aún así, su preocupación era tan grande que resolvió hacer un pedido especial a Él: - Señor, ayuda a la Luna por favor, es más frágil que yo, no soportará la soledad...
Y Dios...en su inmensa bondad... creo entonces las estrellas para hacer compañía a la Luna.
La Luna siempre que está muy triste recurre a las estrellas, que hacen de todo para consolarla, pero casi nunca lo consiguen.
Hoy, ambos viven así... separados, el Sol finge que es feliz, y la Luna no consigue disimular su tristeza.
El Sol arde de pasión por la Luna y ella vive en las tinieblas de su añoranza. Dicen que la orden de Dios era que la Luna debería de ser siempre llena y luminosa, pero no lo consiguió.... porque es mujer, y una mujer tiene fases.
Cuando es feliz, consigue ser Llena, pero cuando es infeliz es menguante y cuando es menguante ni siquiera es posible apreciar su brillo.
Luna y Sol siguen su destino. El, solitario pero fuerte; ella, acompañada de estrellas, pero débil.
Los hombres intentan, constantemente, conquistarla, como si eso fuese posible. Algunos han ido incluso hasta ella, pero han vuelto siempre solos. Nadie jamás consiguió traerla hasta la tierra, nadie, realmente, consiguió conquistarla, por más que lo intentaron.
Sucede que Dios decidió que ningún amor en este mundo fuese del todo imposible, ni siquiera el de la Luna y el del Sol... Fue entonces que Él creó el eclipse.
Hoy Sol y Luna viven esperando ese instante, esos raros momentos que les fueron concedidos y que tanto cuesta, sucedan.
Cuando mires al cielo, a partir de ahora, y veas que el Sol cubre la Luna, es porque se acuesta sobre ella y comienzan a amarse. Es a ese acto de amor al que se le dio el nombre de eclipse.
Es importante recordar que el brillo de su éxtasis es tan grande que se aconseja no mirar al cielo en ese momento, tus ojos pueden cegarse al ver tanto amor.
 
 
 
 
Y dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
Gioconda Belli
 

Friedlander y el pensamiento diferencial

 
FRIEDLANDER Y EL PENSAMIENTO DIFERENCIAL

Poco se sabe de este autor y de su obra, desaparecida en la Segunda Guerra y hoy inencontrable. C. Naranjo ha ido recuperando algunos escritos y datos después de ardua búsqueda, y aquí resumo sus hallazgos28. Salomon Friedlander nació en 1871. Nunca se interesó en los estudios escolares; comenzó Medicina por voluntad de su padre, abandonando estos estudios por los de filosofía. En 1897 atravesó una transformación durante la cual pasó largos períodos sin alimentarse y tuvo acceso a estados de éxtasis. En este tiempo descubrió ese punto medio entre el sí y el no de la voluntad que llamó al principio una «indiferencia viviente hacia la polaridad del mundo».
Escribió Kant para niños donde interpreta el idealismo kantiano según su propia intuición de un sujeto puro como realidad trascendente y su experiencia de la toma de conciencia del yo profundo como liberación. Las obras que él mismo consideró más importantes son "Al yo mágico" y "El Experimento Hombre", si bien escribió más de cuarenta libros y fue calificado en vida como un «Voltaire alemán», «un Charlie Chaplin de la filosofía», «el único heredero de Nietzsche», así como «un profeta» y «el prototipo del cínico». Tras la llegada del nazismo se trasladó a París donde vivió años de gran miseria. La Gestapo le mantuvo prisionero en el sótano de su casa, ya que su vejez le impedía ser transportado, mientras que sí se llevaron a su anciana esposa. Murió en 1946 a los setenta y seis años. Perls en su primer escrito declara su intención de revisar el psicoanálisis:
a) Reemplazando el concepto psicológico por un concepto organicista:
b) Reemplazando la psicología asociacionista por la psicología de la forma (gestalt).
c) Aplicando el pensamiento diferencial, basado en la indiferencia creativa de Friedlander.

Se apoya en Friedlander para reaccionar contra el pensamiento lineal (causa-efecto) en favor de un pensamiento que tiene en cuenta los opuestos desde una posición de neutralidad: evento se relaciona con un punto cero a partir del cual se realiza una diferenciación en opuestos. Estos opuestos manifiestan, en su concepto específico, una gran afinidad entre sí. Al permanecer atentos al centro, podemos adquirir una capacidad creativa para ver ambas partes de un suceso y complementar una mitad incompleta. Al evitar una visión unilateral logramos una comprensión mucho más profunda de la estructura y función del organismo.
(1947, p 17)
Esta cita de "Indiferencia creativa", expuesta por Perls en el primer capítulo de "Yo, hambre y agresión" sustenta la teoría gestáltica de las polaridades (en lugar de la dicotomía del pensamiento dual). A1 establecer un puente entre los extremos o polos, la gestalt acentúa el valor de la diferenciación y la posibilidad de la síntesis. Hasta aquí parece llegar la influencia explicita de Friedlander en Perls, pero Naranjo rescata otros aspectos espirituales de ese libro: la conciencia indiferenciada es una expresión de la nada, una conciencia que no diferencia siquiera sujeto de objeto, conciencia pura. A esta indiferencia creativa Friedlander la llama también individualidad: es el verdadero centro de la persona, es decir que lo más personal e individual es al mismo tiempo nada, como en el budismo mahayánico. Friedlander filosofa sobre lo dionisíaco, estableciendo un puente entre Nietzsche y Perls. Retoma la actitud rebelde de Nietzsche (que oponía a la voluntad castrada su «voluntad de poder») señalando además que 28 C. Naranjo, "Noticias de un genio olvidado"; Boletín de Psicoterapia Integrativa Transpersonal, núm. 2, Barcelona, primavera, 1995. la verdadera voluntad es interdependiente con la indiferencia creativa: ese no importarle a uno las consecuencias de su acción, esa suprema indiferencia con que uno puede ponerse más allá del mundo, es la que permite una verdadera libertad y aquella en que puede apoyarse la voluntad. Friedlander va más allá afirmando que esa voluntad es divina, que si logramos trascender el mundo podemos contactar con una voluntad, en lo más íntimo de nosotros; que es más bien una voluntad del cosmos. Individualidad y voluntad a la vez que no voluntad (indiferencia) y totalidad, como dice Friedlander: «Indiferencia creativa, pero no equivocarse con esa expresión, no se trata de individuos aislados... sino del todo vivido subjetivamente. De una conexión subjetiva con el todo. Un pathos creadon. Y en otro momento dice: «Pongámonos de acuerdo: "individuo", pero digamos de partida que el sí mismo es ilusorio», lo cual resuena con el budismo donde no se formula un self substancial, aunque, como afirma Naranjo, es muy improbable que Friedlander tuviera conocimiento del budismo, sino que haya sido a través de su experiencia interna. Volveremos a Friedlander al hablar de las polaridades en gestalt.


Francisco Peñarrubia: "Terapia Gestalt. La Vía del Vacío Fértil"