PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

lunes, 17 de junio de 2013

Ciencia y Psicoanálisis

ANTECEDENTES CIENTÍFICOS Tempranamente en su obra, Freud descubre la perturbación infantil. Habla, en sus Estudios sobre la histeria y en otras obras, de trastornos como la neurosis de angustia traducido en los niños, como terrores nocturnos. En la Interpretación de los sueños plantea que los niños tienen producciones oníricas menos elaboradas que las de los adultos, describe que son meros cumplimientos de deseos sin ninguna elaboración, aparte de comenzar a describir lo que más tarde se llamaría la tendencia polimorfa perversa del goce en los niños. Freud introduce en el segundo capitulo del trabajo Mas allá del principio del placer, ciertas puntualizaciones acerca del carácter del funcionamiento anímico en una de las más tempranas actividades normales y en "los juegos infantiles" teniendo en cuenta el punto de vista económico, es decir, la consecución de placer, lo cual considera de vital importancia. En El Malestar en la Cultura se refiere a la agresividad como algo pulsional: "Tras todo esto, es un fragmento de realidad efectiva lo que se pretende desmentir; el ser humano no es un ser manso, amable, a lo sumo capaz de defenderse si lo atacan, sino que es lícito atribuir a su dotación pulsional una buena cuota de agresividad. En consecuencia, el prójimo no es solamente un posible auxiliar y objeto sexual, sino una tentación para satisfacer en él la agresión, explotar su fuerza de trabajo sin resarcirlo, usarlo sexualmente sin su consentimiento, desposeerlo de su patrimonio, humillarlo, infligirle dolores, martirizarlo y asesinarlo. {Homo Homini Lupus}" 1 En La organización sexual infantil de 1923, Freud describe, refiriéndose a comportamientos de tipo exhibicionista y agresiones, que muchas de ellas, las que en una edad posterior se juzgarían como inequívocas exteriorizaciones de lascivia, se revelan al análisis como experimentos puestos al servicio de la investigación sexual. Actos que en últimas deben ser reprimidos por la educación, o la ética, etc. Finalmente Freud reconoce la agresión como tensión del lado del instinto de muerte, pero no admite una pulsión particular de agresión, a diferencia de Alfred Adler quien propone, según Freud, una imagen de la vida fundada íntegramente en la pulsión de agresión; no dejando espacio alguno al amor. En Más allá del principio del placer 1920: Propone que habiendo partido de la gran oposición entre pulsiones de vida y pulsiones de muerte, nunca ha descuidado la polaridad que media entre amor (ternura) y odio (agresión). Se pregunta "¿cómo podríamos derivar del Eros conservador de la vida la pulsión sádica, que apunta a dañar el objeto? Lacan realizó también un avance con su trabajo del estadio del espejo y la agresividad, así como con la diferenciación entre agresión y agresividad. Es importante tener en cuenta los modos de anclaje de goce y deseo entramados a la manera de una trenza en la medida en que el sujeto atraviesa los diferentes avatares y tiempos lógicos de su constitución determinando la intrincada relación del sujeto con el otro. Françoise Dolto, en su seminario de psicoanálisis de niños, describe la existencia de pulsiones agresivas asociadas con las pulsiones orales agresivas o por ejemplo el golpear con pulsiones anales. También propone que existen las pulsiones agresivas de expresión libidinal pasiva; no desconociendo la trama especular y el juego de la identificación como parte de la emergencia de estas manifestaciones en la infancia. Inclusive llega a hablar de un tipo de agresividad que denomina el "enfurruñamiento" 2 No escapa a su análisis la relación de esto con la pulsión de muerte, e inclusive lo lleva al plano de las agresiones de las que puede ser victima el niño y los síntomas que de allí se pueden desprender. Rosine y Robert Lefort hacen valiosos aportes al psicoanálisis de niños con trabajos con patologías graves en niños, inclusive autistas. Su trabajo apuntó a las preguntas por la constitución del Otro y del otro con la mediación del estadio del espejo, incluyendo la problemática de los celos y la llamada In -vidia por Lacan. Un ejemplo de esto es el trabajo con Nadia en El Nacimiento del Otro referido a la imposibilidad de la niña de concebir la separación entre el Otro y el otro, lo que la lleva a escenas violentas en las que se siente al estar en presencia de otro niño anulada y destruida. Ella inclusive describe las intervenciones clínicas seguidas en este caso. Jorge Fukelman en su seminario Ponerse en juego (Cartagena 1996), hace una puntualización acerca de la agresión: Plantea la diferencia que hay si un acto aparece en la pantalla del juego y los efectos que se producen si esto trasciende a esta pantalla. Es decir si esta ocurre entre el campo de lo imaginario y lo simbólico escénico del juego, o trasciende tal punto que pueda por ejemplo anular la distancia simbólica que debe haber entre un padre y el niño. El psicoanálisis se ha ocupado abiertamente de la problemática de la agresividad extensamente, muchos aportes han sido desplegados desde que su descubridor Sigmund Freud le dedicara un importante tiempo y análisis en su profunda obra. Sin embargo, en el psicoanálisis no todo está dicho, muchas preguntas surgen cuando se hacen coincidir significantes tales como un niño, la agresividad y su dialéctica. Ello abre el espacio para un nuevo interrogante, una falta en saber que permite una nueva articulación en el entramado clínica teoría.

No hay comentarios: