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Paz y Ciencia

jueves, 20 de junio de 2013

Viviendo el embarazo como una etapa feliz

Viviendo el embarazo como una etapa feliz

Estar embarazada es una situación nueva y diferente, implica un cambio en la vida de la mujer y de la pareja. Este cambio se da en varias áreas: cuerpo, afectos, familia.

Por Eleonora Lotersztein
 
Durante el embarazo se produce una reactivación de los aspectos infantiles, y del vínculo con la propia madre. Eso explica porqué la mujer embarazada quiere ser atendida, y ser el centro y privilegio del placer. Sabemos que en esta etapa, todo está autorizado.

La información que se posee en el embarazo es buena y útil, siempre que se pueda elaborar y metabolizar a través de la historia personal de cada miembro de la pareja. Por eso, sería apropiado charlar con un terapeuta acerca de esta información, para aspirar a lo óptimo, y también para poder elaborar todos los miedos básicos, fantasías y ansiedades que giran en torno de esta etapa.
Los tres miedos básicos y universales que poseen las embarazadas son:
1.Miedo a la malformación del bebé.
2.Al dolor en el momento del parto.
3.A la muerte en el momento del parto.
Es bueno saber, que estos miedos forman parte del proceso de la gestación.
También sería interesante y enriquecedor, si la pareja lo requiere, optar por algún dispositivo terapéutico, que puede ser individual (donde concurra sólo la mujer embarazada), de pareja o grupal. Y debe estar coordinado por un terapeuta idóneo.
El hecho de realizar la consulta en pareja, ayuda a prepararse para la maternidad-paternidad, a tener mayor conciencia de las vicisitudes de este período, tan importante en la vida del vínculo. También sirve para elaborar los conflictos que devienen de las diferencias y malos entendidos que puede haber entre el hombre y la mujer.
La función masculina, debe ser pensada también, y por supuesto, tenida en cuenta: en el rol de acompañante, como sostén emocional, tranquilizando a la mujer, y, eventualmente, recordando las indicaciones de los especialistas en los momentos de duda.
El dispositivo grupal es bueno para que se cuenten todo lo que les pasa, y así, se produce un aprendizaje en conjunto, fruto de la solidaridad, que permite una elaboración adecuada de todo lo que les vaya sucediendo.

Por último, me parece de suma importancia rescatar el curso de pre- parto, que deben realizar todas las embarazadas primerizas a partir del séptimo mes de gestación. En este curso hay charlas con obstetras, pediatras y neonatólogos. También puede haber una charla con un psicólogo/a.
Mi experiencia como psicóloga en la Maternidad Sarda fue muy rica, y, de todas las situaciones de aprendizaje que viví, una me resultó la más conmovedora, y fue la del curso de pre- parto. En la cuarta reunión la psicóloga se presentaba ante todas las parejas, les preguntaba su nombre, si era el primer embarazo, qué nombre le pondrían al bebé y qué fantasías, ansiedades o miedos poseían. Pero lo más importante, es que los hacía representar dramatizando, en subgrupos, lo que ellos se imaginaban del momento del parto.
La verdad es que salieron cosas muy interesantes para seguir trabajando con cada uno, ya que el momento del parto, dispara fantasías, miedos y ansiedades características. Por eso es importante la elección de un obstetra de confianza
que pueda explicarle a la embarazada, todo lo que le va a ir pasando mes a mes, y, que le despeje las dudas de lo que sí es normal que suceda, y lo que no, para que la paciente se vaya tranquila, y con conocimientos, de cuáles pueden ser también las señales de alarma ante que preocuparse.
Por eso el lema debería ser : “Parto sin temor y, con conocimientos, parto sin dolor”.
Me parece de suma importancia, tomar estas representaciones, de cómo cada uno se imagina el momento del parto, como motivadoras, para seguir trabajando y elaborando terapéuticamente, con la pareja, en forma individual o grupalmente. Y, por supuesto, el psicólogo/a deberá trabajar en forma interdisciplinaria, en equipo con los médicos, que sigan cada caso en particular.
Pero también pienso, que el curso de pre- parto debería darse, desde antes del séptimo mes, para abordar más tempranamente todas las dudas, miedos y ansiedades que puedan surgir, y que de hecho surgen, a partir del momento de la gestación. Y, de esta manera, conociendo más, y haciendo conscientes todos los aspectos reprimidos, podemos metabolizar mejor las ansiedades, fantasías y temores que despierta esta etapa tan trascendente, que debería ser vivida como la más feliz.

http://www.elpsitio.com.ar/Noticias/NoticiaMuestra.asp?Id=1539
http://www.youtube.com/watch?v=8SbUC-UaAxE&feature=share&list=RD02SUMcA--ejOc

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