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martes, 10 de agosto de 2021

Noam Chomsky sobre Internet

 


SOBRE LAS REDES SOCIALES

"La transición entre la comunicación que permitía la navegación a vela y la que permitió el telégrafo fue mucho mayor que la que generan las diferencias entre el correo tradicional e internet".

"Hace 150 años si mandabas una carta a Inglaterra, la respuesta podía demorar unos dos meses, porque viajaría en barco, y quizás ni siquiera llegaría a su destino".

"Cuando surgió el telégrafo la comunicación se volvió prácticamente instantánea, y ahora que tenemos internet es sólo un poco más rápida".

Internet vs. bibliotecas

"Hace un siglo, cuando se instalaron bibliotecas públicas en la mayoría de las ciudades estadounidenses, la disponibilidad de información y el incremento en la riqueza cultural fue ampliamente mayor que el que genera internet".

"Ahora no tienes que cruzar la calle para ir a la biblioteca, puedes tener acceso a información en tu propio living, pero la información ya estaba allí, cruzando la calle".

"La diferencia entre internet y una biblioteca es más pequeña que la diferencia entre la ausencia de una biblioteca y una biblioteca... En la biblioteca además al menos puedes confiar en que el material tendrá cierto valor porque pasó por cierto proceso de evaluación".

"Internet es una suma de ideas azarosas y es difícil distinguir entre lo que alguien pensó mientras cruzaba la calle y lo que otro estudió en profundidad".

¿Más unidos o más separados?

"Caminar hablando por teléfono es una forma de mantenerse en contacto con otros, pero, ¿es un paso adelante o un paso hacia atrás?"

"Yo creo que probablemente sea un paso hacia atrás, porque está separando a la gente, construyendo relaciones superficiales".

"En vez de hablar con las personas cara a cara, de conocerlas a través de la interacción, hay una especie de carácter casual de esta cultura en desarrollo".

"Conozco adolescentes que creen que tienen cientos de amigos, cuando en realidad están muy aislados".

"Cuando escriben en Facebook que mañana tienen un examen, alguien les responde 'espero que te vaya bien' y conciben eso como amistad".

"Todavía no he visto ningún estudio, pero pienso que la nueva tecnología está aislando a las personas en un grado importante, está separándolas unas de otras".

¿Más o menos abiertos de mente?

"Internet entrega acceso instantáneo a todo tipo de ideas, opiniones, perspectivas, información. ¿Eso ha ampliado nuestras perspectivas o las ha hecho más estrechas?"

"Yo creo que ambas. Para algunos las ha ampliado. Si sabes lo que estás buscando y tienes un sentido razonable de cómo proceder, internet puede ampliar tus perspectivas".

"Pero si te aproximas a internet de manera desinformada, el efecto puede ser el opuesto".

"La mayoría usa internet como entretenimiento, diversión. Pero de la minoría que la usa para adquirir información, lo que se puede ver es que las personas localizan muy rápidamente sus sitios favoritos y los visitan porque refuerzan sus propias ideas".

"Entonces te vuelves adicto a esos sitios, que te dicen lo que estás pensando y no miras otros".

"Eso tiene un efecto de auto reforzamiento; el sitio se vuelve más extremista, y tú te vuelves más extremista y te separas más de los demás".

Sin secretos

"Sólo por propósitos comerciales, Google, Amazon y el resto están coleccionando enormes cantidades de información de las personas; información que yo creo que no deberían tener".

"Rastrean tus hábitos, tus compras, tu comportamiento, lo que haces y están tratando de controlarte dirigiéndote en determinadas direcciones".

"Y creo que lo están haciendo en niveles que exceden a lo que el gobierno hace. Así que el gobierno les está pidiendo ayuda".

"Los más jóvenes, muy a menudo no ven ningún problema en esto. Viven en una sociedad y una cultura exhibicionistas, donde colocas todo en Facebook, donde quieres que todo el mundo sepa todo sobre ti. Así que el gobierno también sabrá todo sobre ti".

¿Una tecnología neutra?

"Cuando los medios para hacer algo están disponibles y son fáciles de acceder, son tentadores y la gente, especialmente la más joven, tiende a usarlos".

"Internet es una tecnología que está disponible, hay mucha presión por usarla, todo el mundo quiere decir 'yo esto, yo lo otro'. Hay un componente de autovaloración".

"Pero también hay toneladas de publicidad... Internet se mercadea a sí misma como un medio para comunicarnos y conectarnos, y hasta cierto nivel, eso es cierto: puedo contactar amigos auténticos en diferentes partes del mundo, en India, en Medio Oriente, en Chile, en cualquier lugar".

"Y puedo interactuar con ellos de una forma que sería muy difícil por correo".

"Pero por otro lado, Internet también tiene el efecto opuesto. Es como cualquier tecnología: es básicamente neutra, puedas usarla en formas constructivas o dañinas. Las formas constructivas son reales, pero muy pocas".

Noam Chomsky

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"Si no se sabe lo que se está buscando, si no se tiene idea de lo que es relevante, dispuestos a cuestionarse esta idea, si no se tiene eso, explorar en internet es sólo tomar al azar hechos no verificables que no significan nada." - Noam Chomsky


Por: Noam Chomsky

Si me lo permiten, quisiera comenzar con una breve alusión a un período que tiene inquietantes similitudes con la actualidad, en muchos y lamentables sentidos.

Estoy pensando en hace justo 80 años, casi exactos, el momento en que escribí por primera vez, que recuerde, sobre materia política. Es fácil ponerle fecha; fue justo tras la caída de Barcelona, en febrero de 1939.

En el artículo trataba de lo que parecía la inexorable expansión del fascismo por el mundo. En 1938, la Alemania nazi se había anexionado Austria; meses más tarde puso en sus manos a una Checoslovaquia traicionada en la Conferencia de Múnich. En España caía una ciudad tras otra bajo las fuerzas de Franco. En enero de 1939 cayó Barcelona.

Era el final de la Segunda República española. La notable revolución popular, una de carácter anarquista, que había florecido durante 1936, 1937, 1938… ya había sido aplastada por la fuerza. Parecía que el fascismo fuera a desplegarse sin límite.

No es exactamente lo que está ocurriendo en la actualidad, pero, si se me permite tomar prestada la famosa frase de Mark Twain “la historia no se repite, pero a veces rima”, lo cierto es que hay demasiadas semejanzas como para pasarlas por alto.

Tras la caída de Barcelona hubo una oleada de refugiados españoles. La mayor parte fueron a México, unos 40.000; algunos acabaron en Nueva York y abrieron sedes anarquistas en Union Square, librerías de segunda mano en la Cuarta Avenida, etc.

Me inicié en la cultura política deambulando por aquella zona. De eso hace 80 años. Entonces no lo sabíamos, pero el Gobierno de Estados Unidos también empezaba a pensar que la expansión del fascismo podía llegar a ser imparable. No lo veían con el mismo alarmismo que yo, con mis 10 años de edad.

Hoy sabemos que el Departamento de Estado mantenía sentimientos encontrados con respecto a cuál era la verdadera importancia del movimiento nazi.

Se mantenía, de hecho, un consulado en Berlín; había un cónsul de Estados Unidos en Berlín que enviaba comentarios algo embarullados sobre los nazis, en los que sugería que quizá no fuesen tan malos como se decía. Se trataba del famoso diplomático George Kennan. Lo mantuvieron hasta lo de Pearl Harbor, fecha en la que se lo revocó.

(…)

Resulta que poco después, aunque era imposible haberlo sabido entonces, en 1939, el Departamento de Estado y el Consejo de Relaciones Exteriores comenzaron a hacer planes para lo que sería el mundo posterior al conflicto, sobre qué aspecto debía tener.

Por aquel entonces asumían que en los primeros años el mundo posterior a la guerra estaría dividido entre una zona bajo control alemán, es decir, un mundo controlado por los nazis, la mayor parte de Eurasia, y un mundo controlado por Estados Unidos, que consistiría en el hemisferio occidental; el antiguo Imperio británico, con cuyo control se habría hecho el país americano, y algunas áreas de Extremo Oriente. Y esa sería, en resumen, la forma del mundo posterior al conflicto mundial.

En la actualidad sabemos que esta perspectiva se mantuvo hasta el cambio de rumbo que iniciaron los rusos. En Stalingrado, entre 1942 y 1943, y en la gran batalla con carros de combate de Kursk, un poco después, quedó muy claro que Rusia iba a vencer a los nazis.

Así que se cambiaron los planes; la imagen del mundo posterior al enfrentamiento se trastocó para convertirse en lo que hemos estado viendo desde entonces, en este último período. Pero eso fue hace 80 años.

Hoy no nos enfrentamos al auge de algo como el nazismo, pero sí estamos ante la propagación de lo que alguna vez se ha llamado la Internacional Reaccionaria, de carácter ultranacionalista, que sus partidarios proclaman sin ningún pudor, incluido Steve Bannon, el promotor teatral del movimiento.

Obtuvo una nueva victoria con la elección de Netanyahu en Israel, que refuerza la alianza reaccionaria en ciernes, todo bajo los auspicios de Estados Unidos (…).

En Oriente Próximo, la alianza se compone de los Estados más reaccionarios de la región, a saber, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos; Egipto, bajo la dictadura más brutal de su historia, e Israel, que sería el epicentro, todos ellos enfrentados a Irán.

En América Latina encaramos amenazas muy graves, como la elección de Jair Bolsonaro en Brasil, que ha puesto en el poder al más extremo y extravagante de los ultranacionalistas que campan en la actualidad por el continente.

Y Lenín Moreno, presidente de Ecuador, dio un paso recio para ubicarse dentro de la alianza de la extrema derecha al expulsar a Julian Assange de su embajada en Londres. La policía británica lo detuvo al instante, así que tiene por delante un futuro muy escabroso, a menos que haya una reacción popular importante.

México es una de las pocas excepciones en América Latina a esta tendencia. También en Europa Occidental los partidos de derecha, algunos de ellos de naturaleza muy alarmante, están creciendo.

Asimismo, hay un desarrollo a la contra. Yanis Varoufakis, antiguo ministro de Finanzas de Grecia, un individuo de gran relevancia, muy importante, ha hecho un llamamiento, junto con Bernie Sanders, a la formación de una Internacional Progresista que enfrente a la internacional de derechas en formación.

En la esfera estatal, parece que la balanza se decanta abrumadoramente hacia el lado equivocado. Pero los Estados no son meras entidades, y al nivel de las personas de a pie, las cosas son bastante distintas. Eso es lo que puede marcar la diferencia.

Hace falta proteger las democracias efectivas, incidir en ellas, aprovechar las oportunidades que ofrecen, para que la clase de activismo con el que hemos conseguido progresos trascendentales en el pasado nos pueda salvar también en el futuro.

A continuación quisiera poner el acento en un par de observaciones sobre la tremenda dificultad de mantener e instituir la democracia (…) y sobre la importancia que esto tendrá para el futuro.

Pero primero quiero decir unas palabras en torno a los desafíos que tenemos por delante, de los que ya hemos oído hablar bastante y todos conocemos. No hace falta entrar ahora en ellos en detalle, pero describir tales contrariedades como “graves en extremo” podría ser un error.

El término no captura la enormidad de la clase de dificultades que aún tenemos ante nosotros, y cualquier discusión sobre el futuro de la humanidad debe empezar con el reconocimiento de un hecho crítico, el de que la especie humana afronta ahora un dilema que nunca antes se había presentado en su historia, al cual hay que responder sin dilación, a saber, el de cuánto tiempo va a seguir sobreviviendo el ser humano.

En fin, como todos saben, llevamos viviendo 70 años a la sombra de la amenaza nuclear. Cualquiera que repase los archivos disponibles no podrá sino quedar admirado de que aún sigamos aquí.

Cada dos por tres nos ponemos demasiado cerca del desastre terminal, nos libramos por minutos. Parece un milagro que hayamos sobrevivido, pero los milagros no duran para siempre. Hay que poner fin a esto.

La actual revisión de la postura nuclear de la administración Trump acarrea un drástico incremento de la amenaza de conflagración, que tendría como resultado el final de la especie.

(…)

Bien, había tres grandes tratados sobre armas; el Tratado sobre Misiles Antibalísticos o ABM, el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio o INF y el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas o Nuevo Start.

Estados Unidos acabó con el Tratado ABM en 2002. Cualquiera que crea que los misiles antibalísticos son armas defensivas se engaña con respecto a la naturaleza de estos sistemas.

También se ha retirado del Tratado INF, firmado por Gorbachov y Reagan en 1987 y que entonces supuso una reducción abrupta de la amenaza bélica en Europa, la cual estaba destinada a extenderse rápidamente.

Unas multitudinarias manifestaciones civiles crearon la atmósfera para un tratado destinado a significar un antes y un después. (…) Pero, bueno, la administración Trump abandonó el INF, y Rusia también lo hizo poco después.

(…)

Queda el Nuevo Start, que ha sido calificado por nuestro mandamás –quien se ha descrito modestamente a sí mismo como “el mejor presidente de la historia de EE. UU.”– como el peor tratado de la historia, la designación que suele usar para referirse a cualquier cosa que hayan hecho sus predecesores.

En este caso, ha añadido que deberíamos quitárnoslo de encima. Si llega a renovarse en el cargo en las próximas elecciones, habrá mucho en juego, pues, de hecho, es mucho lo que hay en juego en la renovación de ese tratado, que ha sido todo un éxito a la hora de reducir en un grado importantísimo el número de armas nucleares (…).

Entretanto, el calentamiento global sigue su inexorable curso. A lo largo de este milenio, cada año, con una excepción, ha sido más caluroso que el anterior.

Hay artículos científicos recientes, como el firmado por James Hansen y otros, que indican que el ritmo del calentamiento global, que ha estado incrementándose desde alrededor de 1980, puede estar aumentando de manera abrupta, quizá pasando de un crecimiento lineal a uno de tipo exponencial, lo que significa que se duplicaría cada dos décadas.

Nos estamos acercando a las condiciones de hace 125.000 años, cuando el nivel del mar estaba aproximadamente a ocho metros por encima de donde está hoy. (…)

Mientras sucede todo esto, podemos leer con regularidad cómo la prensa celebra eufóricamente los progresos de Estados Unidos en la producción de combustibles fósiles. Ahora ha rebasado a Arabia Saudí, así que estamos a la cabeza de la producción de combustibles fósiles.

Los grandes bancos, como JP Morgan Chase y otros, están inyectando dinero para realizar nuevas inversiones en este tipo de combustibles, incluidos los más dañinos, como las arenas de alquitrán de Canadá.

Y el hecho se presenta con grandes entusiasmo y emoción. Estamos alcanzando el estado de “independencia energética”; podemos controlar el mundo, determinar el uso de combustibles fósiles en todo el globo. Pero apenas se puede encontrar una palabra sobre qué va a implicar todo esto, lo cual es bastante obvio.

(…)

Recientemente hemos visto, en una expresión espectacular, que se puede hacer, que puede alcanzarse una solución.

Un grupo organizado de jóvenes, el Sunrise Movement, llegó al punto de hacer una sentada en las oficinas congresuales, llamando la atención de las nuevas personalidades progresistas, dispuestas a llevar sus proclamas al Congreso.

Bajo una gran presión popular, la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, secundada por el senador Ed Markey, puso el New Deal Verde en la agenda.

Desde luego que recibe ataques desde todos los flancos, pero no importa. Hace un par de años era inimaginable que tan solo se discutiera.

Como resultado del activismo de este grupo de jóvenes, ahora está en el centro del programa; va a haber que implementarlo de una manera o de otra, porque es algo esencial para la supervivencia.

Quizá no se hará exactamente del modo propuesto por ellos, pero sí en alguna variante. Se trata de un cambio tremendo logrado por el compromiso de un reducido grupo de jóvenes.

Entretanto, el Reloj del Apocalipsis del Bulletin of Atomic Scientists se ha puesto, desde el pasado mes de enero, a dos minutos de la medianoche.

Es lo más cerca que ha estado del desastre terminal desde 1947. El anuncio de este ajuste mencionaba las dos principales amenazas, ya conocidas, la de la guerra nuclear, que aumenta cada vez más, y la del calentamiento global, que va aún peor.

Y además, por primera vez, se añadía una tercera, el menoscabo de la democracia. Y resultaba muy apropiado, porque la democracia efectiva es la única esperanza para superar tales peligros.

Las grandes instituciones, públicas o privadas, no se harán cargo si no es bajo una presión ciudadana de carácter masivo, lo cual implica que el funcionamiento de las vías democráticas ha de mantenerse vivo y utilizarse del modo ilustrado por el Sunrise Movement, por las manifestaciones masivas de principios de los 80, del modo, en fin, en que continuamos haciéndolo hoy.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo Psicoterapeuta. Zaragoza Gran Vía y Online de Teléfono: 653 379 269                               
 IG: @psicoletrazaragoza Website: www.rcordobasanz.es

martes, 29 de diciembre de 2020

Ángela Davis. Feminista, activista, comunista y negra

Angela Davis: “La esperanza revolucionaria se encuentra en las mujeres que son abandonadas por la historia”.


Política, activista, profesora de Historia de la Conciencia en la Universidad de California, exmiembro de las Panteras Negras, dirigente histórica del Partido Comunista de Estados Unidos. Angela Davis, considerada una de las grandes luchadoras en contra de la discriminación racial y a favor de los derechos humanos, estuvo recientemente en el CCCB de Barcelona. Bajo el título de ‘La revolución hoy’, nos invita a reflexionar sobre el papel del feminismo y del concepto de interseccionalidad en las luchas por la justicia social.


¿Vosotros habéis empezado en algún momento a tratar los efectos de la colonización? ¿Vosotros os habéis enfrentado en algún momento a la herencia del franquismo? Os puedo decir que cuando vi las imágenes de la represión policial del día 1 de octubre aquí en Cataluña fue en lo primero que pensé. Tenéis trabajo que hacer. Pero esto va bien. Es algo bueno. Estáis teniendo la ocasión de reflexionar sobre el pasado”.

Son días intensos los que estamos viviendo, en Barcelona y en toda España. Muchas emociones encontradas y agotadoras siguen floreciendo en las calles y en nuestras almas, de modo que participar en el debate con Angela Davis no significó solo presenciar un evento único con una mujer extraordinaria, sino también celebrar el significado profundo que hoy, en el siglo XXI, tienen las palabras ‘revolución’, ‘resistencia’ y ‘feminismo’.

Davis se ha convertido indudablemente en un icono en contra de la opresión y discriminación contra la población negra y a favor de la justicia social, aunque sostiene que todo pasó por “casualidades de la vida”. Su trayectoria es amplia y consolidada: lleva publicando libros imprescindibles desde los años 70 -como Mujeres, raza y clase (Akal, 2005), Democracia de la abolición (Trotta, 2016), o La libertad es una batalla constante, editado por Capitán Swing y recién llegado a las librerías-, es profesora de Historia de la Conciencia en la Universidad de California, es política y, por supuesto, activista.

“Espero que nadie se enfade si hoy no doy fórmulas sobre cómo hacer una ‘revolución’. Ojalá pudiera hacerlo, pero creo que no existen tales fórmulas. Lo que quiero esta noche es reflexionar con vosotros sobre el sentido de revolución”, arranca su intervención en el CCCB de Barcelona, titulada ‘La revolución hoy’.

De inicio subraya la necesidad de reflexionar sobre el pasado, recuperando para ello el recuerdo de un debate abierto a activistas negras y organizado en el Sur de California hace 50 años bajo el lema ‘¿Reforma o revolución?’. Un debate —recuerda— moderado por una mujer. “Nosotros queríamos la revolución. No queríamos solo una reforma. Queríamos acabar con la estructura capitalista y estábamos seguros de que esto se cumpliría en un futuro previsible. Nadie podía convencernos de que esa revolución no estuviera a punto de pasar. Luchábamos, nos organizábamos, leíamos, teorizábamos, convencidos de que la revolución estaba en el horizonte. Queríamos socialismo y queríamos justicia racial, aunque —y lo digo entre paréntesis— todavía no sabíamos cómo incluir los temas de género y muchos otros temas en nuestro análisis. Era muy feliz participando en todo ese proceso. Pero ya sabéis cómo acabó, ¿verdad? La revolución no llegó nunca.”

Esta “terrorista peligrosa”, así es como el FBI del entonces presidente de Estados Unidos Richard Nixon la definió en 1971, hace una pausa y repite: “La revolución no llegó nunca […] Descubrimos cuánto más profundo y complicado tenía que ser el proceso revolucionario y surgieron muchas nuevas preguntas.”

Y sigue Angela Davis con su discurso: aunque la revolución no sucedió, ese momento sirvió para reflexionar sobre temas muy importantes. El primero es la necesidad vital de trabajar las heridas del pasado. Si en el caso de España se refiere al legado del franquismo, en la lucha contra el racismo apunta con el dedo hacia la identificación de las relaciones entre capitalismo y esclavitud, consciente de que el cambio revolucionario es imposible siempre que no se trate la base desde la que los aparatos opresores -la policía, las prisiones y, por tanto, las estructuras sociales- preservan esas historias de racismo. Preguntas y temas del pasado que han vuelto a surgir de manera prepotente no solo en Estados Unidos y África, sino también en Europa.

«LA NO ACEPTACIÓN DE LOS REFUGIADOS POR LOS PAÍSES EUROPEOS ES EL ECO DE LAS HISTORIAS COLONIALISTAS»

“La llamada crisis de los inmigrantes hoy en Europa, en África, en Australia, en Estados Unidos, nos dice en qué medida todavía está presente esa historia. La no aceptación de los refugiados por los países europeos es el eco de las historias colonialistas. Cuando vemos la violencia contra la comunidad negra en los Estados Unidos no podemos pensar que se vaya a anular contratando a mejores policías o a policías que sean ‘menos’ racistas o que hayan participado en un taller antirracista. Si mientras tanto mantenemos el aparato policial intacto y ese aparato incorpora algunas de las historias de colonialismo, será difícil solucionar los problemas que tienen sus raíces en el esclavismo”.

Y continúa: “Ya veis cómo estamos en los Estados Unidos no hemos pensado nunca seriamente en el daño irreparable que se hizo con la esclavitud de personas de ascendencia africana y de los pueblos indígenas. Hay que sentir pena, pero no hay otra relación social posible, porque son presentadas y dibujadas como personas por las que solo tenemos que sentir pena […] Estamos hablando de revolución, ¿no? Estoy intentando sugerir que la manera en que pensamos nuestro mundo marca la diferencia”.

Queda claro que un cambio, según Davis, resulta revolucionario siempre y cuando tenga en consideración la memoria y el terreno de la conciencia. Escuchándola nos preguntamos inmediatamente si este terreno ha sido habitado alguna vez y, de ser así, por quién. La respuesta surge bastante rápido: allí acamparon casi exclusivamente hombres blancos y no mujeres negras, aunque a menudo, ya en los años 60, los movimientos sociales fuesen impulsados sobre todo por mujeres.

«ES REALMENTE UN BUEN MOMENTO PARA EL FEMINISMO» 

“El movimiento feminista de corriente mayoritaria ha cometido errores muy serios. Cuando escribí en 1981 el libro Mujeres y racismo, todo el mundo pensó que era feminista. ‘No, no soy feminista -decía entonces-, soy una revolucionaria negra.’ No veía cómo las dos cosas tenían que ver una con otra. Pero luego me di cuenta de que estaba hablando de cierto tipo de feminismo: un feminismo burgués. Un feminismo que todavía, desgraciadamente, es blanco y burgués. El error cometido por el feminismo mayoritario y el hecho de que constantemente mire hacia representaciones categorizadas significa que hay una racialización clandestina que se está moviendo dentro de este tipo de feminismo”, sostiene.

“Cualquier tipo de feminismo que privilegie a las que ya tienen privilegios es irrelevante para las mujeres pobres, las mujeres trabajadoras, las mujeres negras y las mujeres trans de color. Si se crean estándares de feminismo para los que ya están arriba en la jerarquía económica, ¿esto cómo se relaciona con las mujeres que están abajo del todo? La esperanza revolucionaria se encuentra precisamente entre esas mujeres que se sienten abandonadas por la historia y que actualmente se están levantando para que sus exigencias sean escuchadas”, añade.

Angela Davis llega entonces al centro de su discurso, identificando en la interseccionalidad el papel del feminismo y definiendo el feminismo interseccional como el instrumento de trabajo necesario para el reconocimiento no solo de la interrelación de nuestras identidades, sino también de las luchas por la justicia social.

«ESTAMOS VIVIENDO LA ERA DE LAS MUJERES» 

“Es realmente un buen momento para el feminismo. Creo que esta es la era en que necesitamos un análisis feminista, una metodología feminista, mucho más que nunca. Y pienso en el feminismo no tanto como en una cuestión de identidad sino como en una cuestión de metodología. El feminismo puede viajar; quiero decir que no está enganchado a cuerpos peculiares, es más bien una manera de mirar hacia el mundo. Es un marco teórico, si eres un investigador o un académico; y es una herramienta práctica y organizativa, si eres un activista.”

Desde esta nueva perspectiva, propone pensar las identidades como identidades políticas para superar las categorizaciones de feminismos y descubrir cómo este cambio necesario en la narración de las diferencias -esta revolución- nos permitirá desmontar el marco dentro del que hemos estado trabajado: el marco de la diversidad, un marco que en sí mismo ya subraya diferencias entre nosotras.

“Creo firmemente, y los hombres deberían aplaudirlo, que estamos viviendo en la era de las mujeres. De verdad lo creo […] Pero tenemos también que seguir cuestionando sobre todo lo que nos parece ‘normal’. La revolución sobrepasa los procesos normativos basados en las clases sociales, en el género, en la raza, en la sexualidad, en la habilidad, y es por esta razón por lo que siempre habrá una revolución esperándonos en el futuro”, finalizó.

 


Una parte importante de este articulo se ha podido escribir gracias a la invitación al seminario organizado por el CCCB el día 10 de octubre, en el que he participado junto a otras 30 personas, bajo sugerencia de la editorial Capitán Swing. Agradezco mucho a ambos la invitación ya que sin el acceso a este seminario no hubiera podido profundizar y ahora compartir ciertos temas de un debate tan necesario.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo Clínico y Psicoterapeuta. Humanista y pensador. Experto en trastornos de personalidad, ansiedad, depresión  Llamar para solicitar más información: (+34) 653 379 269 Instagram: @psicoletrazaragoza.    Página Web: Psicólogo Zaragoza-TLP