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Paz y Ciencia
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domingo, 30 de enero de 2022

JOAN GARRIGA: GESTALT-CONSTELACIONES







En 1999, Bert Hellinger presentaba por primera vez en España las Constelaciones Familiares a través del Institut Gestalt. Desde entonces, el Institut ha sido pionero en introducir y divulgar esta metodología, no sólo por el estado español sino también en Latinoamérica. Joan Garriga, socio fundador del Institut y director del área de Constelaciones, es uno de los mayores expertos en esta metodología, basada en los movimientos del corazón.

¿Qué entendemos al hablar de los movimientos del corazón?

Lo más nuclear en la vida de las personas son los vínculos, los afectos y las conexiones, el amor y el desamor. Así, hay movimientos de expansión del corazón, que nos alegran y dan felicidad, y movimientos de retracción cuando hemos estado expuestos al dolor, al propio o al de nuestros familiares o personas queridas. Ante este sufrimiento, encojemos el corazón y también nuestra identidad y estima. Las Constelaciones trabajan con estos movimientos y favorecen la expansión de los movimientos amorosos, hacia todo aquello que somos aunque aparentemente parezca rechazable, y hacia las personas de nuestra familia, a pesar de pudieran haber tenido comportamientos lesivos, superando la idea infantil de dividir el mundo entre buenos y malos y entre los que merecen ser queridos y los que no. Se trata de una herramienta ágil y rápida que permite comprender las dinámicas que envuelven nuestros problemas y encontrar soluciones.

¿Cuáles serían las dinámicas que más distorsionan a las familias?

La raíz de las principales dinámicas conflictivas viene de que en la historia familiar se han producido sucesos dolorosos que no han sido integrados (eso significa amados): no se ha logrado la digestión emocional para construir fuerza sobre grietas y seguir adelante con alegría. Hechos importantes pueden ser muertes infantiles o trágicas, violencia, problemáticas relacionadas con la sexualidad, infelicidad en las parejas, etc. A veces, son cosas que suceden por azar. Una vez trabajé con una mujer superviviente del atentado de Atocha, cuyo movimiento profundo era ir hacia las víctimas, hacia la muerte. Además era víctima de sus hijos que la pegaban, pero ésta violencia había que entenderla como un intento desesperado de tratar de retener a la madre en la vida. Las Constelaciones muestran que la mayoría de las problemáticas son intentos amorosos desesperados e infructuosos de generar soluciones en asuntos que no han sido solucionadas.

¿Esa forma de expresar amor es lo que en Constelaciones se llamaría el amor ciego?

Muchos problemas no derivan de la falta de amor sino de la falta de “buen amor”, que se reconoce porque es capaz de respetar a los otros, de asumir su realidad, de permitir por ejemplo que los padres u otros seres queridos como abuelos y hermanos lleven sus propios dolores y penas y mirarlos con amor. El “mal amor o amor ciego” es aquel que dice: “Ya que tú no está bien yo tampoco, o yo me sacrifico”. Para los hijos es muy difícil soportar que los padres no estén bien y no implicarse en ello con sus propios problemas. En los sistemas hay secretos, cosas no integradas o personas excluidas y todo es un campo de información que llega a todos, a los hijos, a los nietos, etc. de manera inconsciente. Entonces, existe un amor que los lleva a implicarse de manera invisible e inconsciente con los excluidos o con las cosas no integradas, desde un amor ciego que no es capaz de aceptar la realidad.

Ponga un ejemplo…

Una dinámica que hace sufrir mucho a las familias es cuando por desgracia la pareja de padres no se respetan plenamente y el hijo tiene que estar en medio de los padres, o bien escoger a uno o al otro. De hecho, el principal mal es la arrogancia, el creerse mejor que el otro, lo cual genera desprecio y falta de reconocimiento. Cuando los padres no pueden apreciarse uno a otro, eso genera muchos conflictos porque el hijo les quiere a los dos y busca formas de lealtad hacia ambos. A veces el hijo desprecia a uno, pero al final puede acabar convirtiéndose (extrañas alquimias del amor) en el despreciado. Por ejemplo, puede menospreciar al padre porque es alcohólico o mujeriego y, más adelante, él se hace alcohólico o un tanto irresponsable. Por otro lado la dinámica de fondo más importante en los problemas es no elegir plenamente la vida; en las familias hay personas que experimentan una sujeción débil a la vida o no quieren vivir o desean seguir a otros que murieron antes, como en una reciente constelación en la que la madre seguía al hijo que había abortado con seis meses por una malformación. Esta mujer en el plano de lo profundo y por amor ciego se sentía culpable y no deseaba vivir desatendiendo a sus otros hijos vivos. En Constelaciones la presencia de los muertos puede ser fuente de apoyo cuando el amor es claro o de implicaciones graves cuando es ciego.

¿Cómo se reorientan este tipo de revelaciones, de comprensiones, durante una Constelación?

Lo que más ayuda a las familias es que haya un orden, ordenar el amor, la buena geometría de las relaciones humanas. Se logra muchas veces interiorizar una posición o un movimiento emocional liberador frente a los padres por ejemplo o ante los hermanos, etc. También se pueden percibir las energías y movimientos profundos y cambiarlos, por ejemplo se puede sentir que uno sigue al hermano a su destino en lugar de respetarlo o al hijo como la mujer que he mencionado. Son movimientos y comprensiones de solución en el sentido de que uno se siente atrapado en una prisión donde no tenía claridad y de repente se sitúa en otro lugar físico, emocional, cognitivo y espiritual, porque las constelaciones también tienen un componente de rendición ante lo que la vida ha querido. Muchas veces la solución no es otra que el asentimiento a la voluntad de la vida tal como ha decidió ser y actuar y el proceso emocional que conlleva. A menudo uno se siente peleado con la vida, pero la lucha con ella es un mal negocio porque la vida siempre acaba ganando. Con respecto al futuro si tenemos de posibilidad de crearlo pero funciona mejor cuando estamos libres de las ataduras de un pasado sobre el que podemos cambiar nuestra actitud en la dirección de más vida y más dicha

domingo, 17 de febrero de 2019

Adultos "entramados"



Uno de los descubrimientos más significativos de Bert Hellinger es que los hijos adoptan sentimientos y comportamientos de miembros antepasados de la familia y los suelen mantener durante toda su vida, aunque estos en principio les sean totalmente ajenos. El término que Bert Hellinger utiliza para designar este fenómeno es "la trama". Los hijos, aun entrada la edad adulta, están "entramados" con estas personas. De esta manera, se puede explicar cómo las relaciones ocultas con otros miembros de la familia son el origen de muchos fenómenos como depresiones, sentimientos de culpa, perturbaciones psíquicas o inclinaciones al suicidio. En tanto alguien no ha reconocido con quién se encuentra unido, sus propios sentimientos y su comportamiento le serán muchas veces incomprensibles. Estará influenciado invisiblemente por estas relaciones y algunas veces incluso dominado por ellas.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta.
Zaragoza (Zona Centro).
Teléfono: 653 379 269
E-mail: rcordobasanz@gmail.com

domingo, 23 de octubre de 2016

Un espacio para el crecimiento



La pareja no nos va a dar la felicidad pero nos puede ayudar a crecer. De hecho, la pareja es un espacio ideal para el crecimiento de las personas, pues con ella nos despedimos del niño o la niña que fuimos e ingresamos en el mundo de los adultos.

Si no podemos desengancharnos de la pareja, en realidad, es por carencias afectivas, porque somos como niños en nuestro fuero interno. La pareja no es una mamá ni un papá.
Para conseguir intimidad con nuestra pareja se trata de compartir un periplo vital, de manrea real y respetuosa. Porque es seguro que tendremos que revisar algunos de nuestros modos de funcionar, algunas costumbres y pautas de relación, algunos hábitos y creencias, algunos temores y exigencias.

La relación de pareja no es una relación de ayuda. pero es una relación que ayuda. Ayuda al desarrollo personal, a veces a través de la alegría, pero otras veces del sufrimiento y la desazón conscientemente aceptadas. Probablemente, nada ayuda más al propio crecimiento que asumir de manera consciente el dolor y hacerle espacio entre nosotros, como nos decía el Maestro Espiritual Gurdjieff, en lugar de defendernos de él a toda costa y todo el tiempo, edificando barreras de protección que acaban por alejarnos de nuestro corazón.

Más que lo expansivo (las ganancias), es lo retroactivo (las pérdidas) lo que moldea las curvas de nuestro ser al limar las asperezas de nuestra identidad cristalizada.
Para Joan Garriga, el crecimiento es apunta hacia la expansión, hacia lo extraño, a la inclusión como propio de lo ajeno, al amor a lo diferente. Y, en la pareja, el otro es diferente, el otro es siempre un misdterio ha descubrir. Decía Shakespeare: "Quien para sí crece, del crecimiento abusa".

Los seres humanos nos reconocemos mejor en el diálogo que en el monólogo. El monólogo adolece de contraste. Cuando nuestro diálogo interno se torna un torbellino y nos pensamientos no encuentran reposo podemos enloquecer y resbalar hacia el abismo por exceso der inmersión en nuestras fantasías y déficit de contacto con lo real. Desde  pequeños descubrimos como sabemos atestiguados, como espejos, cuando nos descubrimos en su mirada, en la interacción, en el diálogo con el otro.

Con la pareja como vehículo crucial seguimos descubriéndonos, encontrándonos a nosotros mismos.Sólo podemos encontrarnos en la interacción, a través del otro, dispuestos a ser confrontandos y desnudados.

Ocurre a menudo, en el campo de la pareja, que los perros salvajes que, según, debíamos escuchar para volvernos sabios, siguen ladrando en el sótano de cada uno: miedos, penas, tristezas, deseos vehementes, enojos, envidias, celos, etcétera, todos derivados de las dificultades en los vínculos amorosos primeros.

Es habitual, que haya un acuerdo tácito de cuidar el uno al otro, de manera paritaria, y que se pueda reparar el daño del otro cuando hay momentos difíciles. Eso es acompañar. En ese caso, los miembros de la pareja se protegen, pero al mismo tiempo da lugar a una paradoja extraña: mientras se protegen, se impiden mutuamente el desarrollo.

Podemos crecer mientras nos protegemos, pero el crecimiento es mayor, si cabe, cuando dejamos de hacerlo. Para aprender de la experiencia, porque el verdadero crecimiento ocurre cuando cada cual se enfrenta a aquello de lo que cree adolecer. Así, un día, uno de los dos incumple el pacto nunca explicitado y estalla el conflicto. Sobreviene la crisis y hay dolor, pero también la oportunidad de reorganizar, crecer, ampliar; la oportunidad de aprender y ensayar nuevos espacios internos, identidades, sentimientos y nuevas conductas. Nuevas sombras, al fin, alumbran nuestra humanidad.

Rodrigo Córdoba Sanz sobre el texto de Joan Garriga: "El buen amor en la pareja".





miércoles, 5 de diciembre de 2012

Amor que nos une y que separa




Cuando se encuentran un hombre y una mujer, el hombre se da cuenta de que le falta algo y la mujer se da cuenta de que le falta algo: ¿Qué es, al fin y al cabo, un hombre sin mujer y qué es una mujer sin un hombre? El hombre es referido a una mujer y qué es una mujer sin hombre? El hombre es referido a una mujer y la mujer es referida a un hombre. Al unirse, cada uno obtiene lo que le falta. El hombre obtiene a la mujer y la mujer obtiene al hombre. Para el hombre, admitir que le falta la mujer, y para la mujer, admitir que le falta el hombre es humilde. No resulta fácil. Cada uno reconoce con ello sus límites.

Algunos quieren rehuir esta confesión; el hombre, por ejemplo, desarrollando en sí lo femenino y la mujer desarrollando en sí lo femenino y la mujer desarrollando en sí lo masculino. Porque entonces el hombre ya no necesita mujer y la mujer ya no necesita hombre. Entonces pueden ser sin el otro.

Una relación de pareja está conseguida cuando el hombre y la mujer admiten que les falta el otro, que necesitan al otro para ser completos. Si se regalan mutuamente lo que al otro le falta son perfectos y completos.

El amor de hombre y mujer alcanza su plenitud en la consumación sexual. La consumación sexual es aquello a lo que se dirige la relación de pareja. Es la consumación más profunda de la vida y muy superior a cualquier otra, también la  consumación más espiritual. A través de ella estamos en armonía con lo esencial del mundo. Porque ¿Qué nos compromete más con lo esencial de la vida y con qué crecemos más que con esta consumación y sus consecuencias?

Hay algo más relacionado con esta consumación. A través de la consumación sexual surge un vínculo. Después de ella, la pareja ya no logra desunirse. Después de ella, la pareja ya no logra desunirse. Por eso no se la puede tratar como si fuera cualquier cosa. Tiene vastas consecuencias.

Qué significa el vínculo y cuán profundo es podemos comprobarlo por el dolor y el sentimiento de culpa y de fracaso que experimenta una pareja en caso de separación. No pueden separarse sin sentir y reconocer ese vínculo.

Qué efecto tiene sobre las relaciones posteriores podemos comprobarlo porque un hijo de la segunda relación representa a la pareja de la primera. Tiene los sentimientos de esa pareja y los expresa frente a sus padres. Es decir que no se puede jugar con las relaciones anteriores. Siguen actuando.

Podemos observar también que cuando una pareja se separa y sus miembros se relacionan con parejas nuevas y estas a su vez se separan, en la segunda separación el dolor y el sentimiento de culpa son menores todavía, y al cabo de cierto tiempo ya no importan. Por regla general, en una nueva pareja, sus miembros no se atreven a tomar del mismo modo íntimo a la nueva pareja como en el caso de la primera.

Hay una solución para ellos si, en la primera separación, siguen respetando y amando a la pareja anterior. No siempre lo consiguen los dos miembros a la vez. En este caso, resta para ambos algo doloroso

Bert Hellinger: "Felicidad que permanece"