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Paz y Ciencia

jueves, 17 de agosto de 2017

Vatsayana y Kamasutra

Hace más de cinco mil años se inventó el Kamasutra. Instrucciones para hacer el amor. Y lo escribió un hombre de profunda meditación. Inventó ochenta y cuatro posturas para hacer el amor. Naturalmente, hay que ir cambiando la forma de hacer el amor, en caso contrario, la mujer se aburre y, a veces llora por la impotencia de la impotencia sexual de la persona con la que hacer el amor.

Para hacer el amor, necesitaríamos música, por ejemplo Jazz, una luz tenue, bailar, enroscándose poco a poco estimulando todas las zonas del cuerpo de la mujer, o de dos mujeres o dos hombres (a menudo más creativ@s, ahora diré por qué).
La postura del misionero es muy aburrida y poco estimulante para la mujer, la mujer tiene la capacidad de orgasmos múltiples, de ese modo, el hombre, con brevedad termina y deja con la excitación, y luego frustración a la mujer. Es una posición milenaria de posesión donde el hombre erige su fortaleza, alzando su musculatura sobre el cuerpo de la mujer.
La mujer no pierde energía y, el hombre, se tiende sobre la cama y queda dormido. Hay que pensar, ponerse en la piel de la mujer. El hombre, parece ser, que a además de tener esa motivación de poder y ser dominante, piensa primero en él. En otras ocasiones está acogotado, asustado, tiene miedo a no resultar suficiente y un largo etcétera. Habría que pensar si esto se debe a un acto reflexivo o un problema de pareja que corta temporalmente este tipo de comunicación.

La sexualidad del hombre es local, como una anestesia local. En una mujer todo el cuerpo es sexual, y a menos que todo el cuerpo comience a temblar de alegría, que cada célula  de su ser empiece a estar implicada, no puede tener una explosión orgásmica.

Que el cuerpo del hombre esté por encima es feo, el hombre es más fuerte y pesa más, por tanto, la agilidad sinuosa de la mujer encima puede llevarla a una mayor excitación ya que, de ese modo, se puede procurar de más posibilidades.

Es más romántico y excita más que la mujer sea la parte activa. Déjale que se desinhiba. No tiene que comportarse como una señora, esa imagen la inventó el hombre; la mujer ha sido creada por la existencia. Tienes que llenar brecha entre sus orgasmos. Esta brecha sólo se puede llenar de una manera permanecer acompañando, asistiendo las explosiones orgásmicas para facilitarlas más y potenciarlas. Tú deberías finalizar el juego con tu orgasmo, pero no comenzar con él. Mantén el respeto hacia su intimidad sexual, deja que enloquezca de pasión, saque sus inhibiciones, esto excita y es reparador, con el tiempo, llegarás a la conclusión de que la mujer, en la sexualidad, es potencialmente muy superior a la mujer, y no pongas las orejas gachas, la sociedad, en casi todas las facetas la tratan como un segundo plano. ¿Es esto natural? Habría que hablar con alguna amiga o amigo feminista, gay, lesbiana o hetero, ell@s te pueden ayudar a pensar y salir de la pobreza espiritual, y por ende, sexual.

Esto mantendrá vuestra relación más estrecha, cómplice y plena.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Zaragoza
653 379 269

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