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Paz y Ciencia

viernes, 18 de diciembre de 2009

Piera Aulagnier. La violencia primaria, secundaria y los enunciados

El fantaseo propio de lo primario opera a partir de una denegación, pero la razón de ser de esta última es la existencia de la admisión fugitiva y previa de algo sabido, visto, aprehendido, que se remodela. Como fundamento del proceso primario, observamos el trabajo de los dos mecanismos fundamentales del funcionamiento psíquico: la denegación y la escisión. Denegación de la autonomía irreductible de lo "exterior a sí", escisión entre lo que la experiencia preanuncia y revela y lo que la figuración representa, deniega y se oculta.
Pág. 108.
Decir que ya en lo primario se abre camino el principio de realidad, presente desde que se produce un reconocimiento de lo "exterior a sí", confirma la precocidad del papel de prótesis que desempeña la psique materna y su discurso que se anticipa al Yo, impone a la psique una interpretación del mundo que implica una violencia para él y permite, así, la organización de un espacio al que el Yo pueda advenir.
Pág. 110.
... en la primera fase de la vida, al no disponer aun del uso de la palabra, es imposible contraponer los propios enunciados identificatorios a los que se proyectan sobre uno: ello permite, así, que la sombra se mantenga durante cierto tiempo al resguardo de toda contradicción manifiesta por parte de su soporte (el infans). Sin embargo, la posibilidad de contradicción persiste, y quien puede manifestarla es el cuerpo: el sexo, en primer lugar, como hemos señalado, y también todo aquello que en el cuerpo puede aparecer bajo el signo de una falta, de una carencia: falta de sueño, de crecimiento, de movimiento, de fonación y, en un momento relativamente precoz, falta de "saber pensar". Toda falla en su funcionamiento y en el modelo que la madre privilegia puede ser recibida como cuestionamiento, rechazo, de su conformidad con la sombra; en el caso límite, se presenta el rechazo inaceptable, la muerte. De ese modo, la madre asigna a las funciones corporales un valor de mensaje, veredicto de lo verdadero o falso del discurso mediante el cual ella le habla al infans; en todos los casos, su autonomía puede ser experimentada como negación de la verdad de un discurso que se pretende justificado por el saber materno acerca del cuerpo del niño, de sus necesidades, de su expectativa.
Pág. 120.
La Violencia de la Interpretación. Piera Aulagnier.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cómo me gustaría que temas como éste, fueran explicados de manera sencilla, no es necesario una complicada elaboración linguística.

Psicoletra dijo...

Lo intentaré ;)