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Paz y Ciencia

sábado, 22 de enero de 2022

THICH NHAT HANH: CÓMO AMAR

 



Si viertes un puñado de sal en una taza de agua, el agua no se puede beber. Pero si viertes la sal en un río, las personas pueden seguir sacando agua para cocinar, lavar y beber. El río es inmenso y tiene la capacidad de recibir, abrazar y transformar. Cuando nuestros corazones son pequeños, nuestra comprensión y compasión son limitadas, entonces sufrimos. No podemos aceptar o tolerar a los demás y sus deficiencias, y exigimos que cambien. Pero cuando nuestros corazones se expanden, estas mismas cosas no nos hacen sufrir más. Brindamos mucha comprensión y compasión y podemos abrazar a los demás. Aceptamos a los demás tal como son, luego tienen la oportunidad de transformarse. Entonces la gran pregunta es: ¿cómo ayudamos a nuestros corazones a crecer?

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Cada uno de nosotros puede aprender el arte de nutrir la felicidad y el amor. Todo necesita alimento para vivir, incluso el amor. Si no sabemos cómo nutrir nuestro amor, se marchitará. Cuando alimentamos y favorecemos nuestra propia felicidad, estamos también nutriendo nuestra capacidad de amar. Es por eso que amar significa aprender el arte de nutrir nuestra felicidad.

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Comprender el sufrimiento de alguien es el mejor regalo que puede hacerle a otra persona. Comprensión es el otro nombre del amor. Si no comprendes, no puedes amar.

LA REVERENCIA ES LA NATURALEZA DE NUESTRO AMOR

En Asia existe la tradición de tratar a tu pareja con el respeto que le darías a un invitado. Esto es cierto incluso si has estado junto a tu ser querido durante mucho tiempo. La otra persona siempre merece tu pleno respeto. La reverencia es la naturaleza de nuestro amor.


LOS CUATRO ELEMENTOS DEL AMOR VERDADERO

El verdadero amor está compuesto de cuatro elementos: amabilidad amorosa, compasión, alegría y ecuanimidad. En sánscrito, estas palabras son, maitri, karuna, mudita y upeksha. Si tu amor contiene estos elementos, será sanador y transformador, y será un amor revestido de santidad. El verdadero amor tiene el poder de sanar y transformar cualquier situación y de darle un significado profundo a nuestras vidas.


COMUNICACIÓN AMOROSA 

Amar sin saber amar, puede herir a la persona que amamos. Para saber cómo amar a alguien, debemos comprenderlo. Para comprender, tenemos que escuchar. Esa persona puede ser nuestro compañero, nuestro amigo, nuestro hermano o nuestro hijo. Puedes preguntar: “Querido, ¿crees que te entiendo lo suficiente? Por favor, díme tus dificultades, dime si estás sufriendo y cuales son tus deseos más profundos”. Entonces la otra persona tendrá la oportunidad de abrir su corazón.

LA ALEGRÍA ES SANADORA

Si una relación no puede proporcionar alegría, entonces no es amor verdadero. Si sigues haciendo llorar a la otra persona todo el día, eso no es amor verdadero. Ofrece solo cosas que hacen feliz a la otra persona. Debes conocer las necesidades reales de esa persona. Practica y aprende cómo generar la sensación de alegría... Si tienes suficiente comprensión y amor, entonces cada momento, ya sea tomando el desayuno, conduciendo el automóvil, regando el jardín o haciendo cualquier otra cosa durante el día, puede ser un momento de alegría.


NUTRIDO POR LA ALEGRÍA

Aprende a nutrirte a ti mismo y a la otra persona con alegría. ¿Eres capaz de hacer sonreír a la otra persona? ¿Eres capaz de aumentar su confianza y entusiasmo? Si no puedes hacer estas pequeñas cosas para ella, ¿cómo puede decir que la amas? A veces, una palabra amable es suficiente para ayudar a alguien a florecer como una flor.


REGAR LAS FLORES

Cuando practicamos el arte de vivir de manera consciente, regamos con agua los elementos positivos en nosotros mismos y en los demás. Vemos que la otra persona, como nosotros, tiene dentro tanto flores como basura, y así la aceptamos. Nuestro trabajo es regar las flores de nuestro ser querido y no traerles más basura. Cuando tratamos de cultivar flores, si no crecen bien, no las culpamos ni discutimos con ellas. Nuestro compañero es una flor. Si la cuidamos bien, crecerá maravillosamente. Si la cuidamos mal, se marchitará. Para ayudar a que una flor crezca bien, debemos entender primero su naturaleza. ¿Cuánta agua y sol necesita?



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