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Paz y Ciencia

jueves, 28 de febrero de 2019

Bajón tras fase maníaca




El curso natural de la enfermedad bipolar implica que a cada episodio maníaco le sigue uno de abatimiento y bajo estado de ánimo, cuya duración suele ser proporcional a la intensidad de los síntomas maníacos. En el caso del trastorno bipolar es cruelmente cierta la frase "cuanto más subas más dura será la caída". En algunas ocasiones estas fases alcanzan la intensidad suficiente para ser consideradas como auténticas depresiones, pero generalmente son algo más leves. En algunas ocasiones lo que realmente ocurre es un malestar psicológico por echar de menos algunos síntomas de la euforia que resultaban muy placenteros y encontrarse "frenado" (y es cierto, el paciente va mucho más "lento" en comparación con la velocidad excesiva de la manía). Es muy importante señalar que estas fases raras veces se tratan con antidepresivos -por el riesgo de volver a provocar una nueva fase maníaca- y que el propio paciente nunca debe tomar antidepresivos por su propia cuenta. Es mucho mejor una recuperación lenta y sin riesgos. Por lo tanto, será crucial la regularidad de los hábitos, evitar a toda costa la siesta, realizar algo de ejercicio físico y tratar de implicarse en actividades rutinarias de ocio -si la persona no está en condiciones para volver a trabajar o retomar los estudios- para evitar la apatía característica de estas fases.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta. Trastorno Bipolar y Trastorno Límite.
Zaragoza (Zona Centro).
E-mail: rcordobasanz@gmail.com
Página Web: www.rcordobasanz.es

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