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Paz y Ciencia

viernes, 1 de marzo de 2019

Altas Capacidades. Consejos genéricos para atajar rituales y obsesiones




1. Estar atentos a los cambios de conducta, las explosiones de ira sin motivo y los comportamientos extraños.
2. Si observáis un ritual, no lo ataquéis de frente, ya que esto no haría más que elevar la tensión nerviosa del niño. Desmontadlo poco a poco introduciendo cambios.
3. No juzguéis. De nada vale que intentéis hablar con el niño y luego le digáis que lo que hace es extraño, o que parece tonto por hacerlo. Recordad que está en juego la autoestima y la creación de la identidad del individuo.
4. Cuando haya superado una obsesión o un ritual, hacedle consciente de ello. La metacognición, que es el conocimiento y análisis de nuestra propia conducta, es muy importante a la hora de controlarnos. Así podrá identificar otros que se presenten en el futuro y atacarlos antes de que se enquisten.
5. Todos los niños necesitan rutina, una organización en el mundo (el suyo), en el que los conceptos de orden y tiempo están aún algo confusos, y en el caso de los niños con alta capacidad mucho más, ¡pero cuidado!, una rutina puede variar en el orden de los pasos. Hacedlo para que dentro de ella haya cabida al cambio y la flexibilidad. Pensad que, en el mundo de los sueños el tiempo no existe. Hay que darle contexto al caos.
6. Reforzad todo lo positivo constantemente. Los trastornos obsesivos surgen por una visión negativa del mundo que conduce al miedo. Hacedle ver las cosas buenas.
7. Hacedle ver que tienen el control de la situación y que lo que acontece, tiene tanto que ver con ellos, como con la situación en sí. Fomentad el autocontrol y la expectativa de buen control interno, al manifestarles que de ellos depende la respuesta a la situación.
8. Incorporar a su rutina diaria el dedicar un momento para hablar de las cosas buenas del día. Podéis comentarle algún aspecto positivo del vuestro para que el niño comente luego alguno del suyo. Es una buena manera de reforzar la relación de diálogo y de enseñarle a ver los aspectos positivos y no solo los negativos.
9. Planteadle trabajar la emoción del miedo, desde una perspectiva que por un lado le lleve a la comprensión de lo que es una emoción, y por el otro a entender que el miedo no es negativo. Socialmente se habla mucho sobre la negatividad de las emociones, mientras que para nosotros no es así, ya que las emociones están para cumplir una función, la de ayudarnos a enfrentarnos a una situación y ser capaces de dar una respuesta de adaptación a la misma. Por tanto las emociones, no son ni positivas ni negativas, y cuanto más nos empeñemos en tildarlas de negativas, es probable que más se enraícen y nos perjudiquen.

Rodrigo Córdoba Sanz. Psicólogo y Psicoterapeuta.
Zaragoza (Zona Centro).
Teléfono: 653 379 269
E-mail: rcordobasanz@gmail.com
Página Web: www.rcordobasanz.es


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