Hallamos componentes contrarios al síndrome de tensión. La tranquilidad puede ser tan pronunciada que llegue a inducir un dolor en el sujeto. Un mejor apetito que hace ganar pero incluso sin proporción.
Hay, además, una intensificación del deseo sexual. El estado que estoy describiendo parece, psicológicamente, para liberar la tensión.
El enfermo hace un esfuerzo sin haberlo resuelto. Es típico del enfermo asociar una aparente autonomía.
lunes, 4 de julio de 2016
Recuperación depresiva
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