Trastorno límite de personalidad
¿Qué es un trastorno de personalidad?
La personalidad es el conjunto de rasgos psicológicos que conforma todo el universo de sentimientos y cogniciones del individuo, configurando sus estilos y patrones de comportamiento y la manera en que percibe y se relaciona con el mundo, consigo mismo y con los demás.
Nos referimos a un Trastorno de la Personalidad, cuando esta forma de ser de la persona le genera problemas: en su experiencia interna (se siente mal consigo mismo, con angustia o insatisfacción persistente), en la afectividad (con emociones muy intensas, inestables, o respuestas afectivas inadecuadas), en los comportamientos y en las relaciones con otras personas.
En los trastornos de personalidad este modo de ser y funcionar en la vida es persistente a lo largo del tiempo y muy poco flexible. Habitualmente tiene su inicio en la adolescencia y genera malestar en la persona y en su contexto.
¿Qué es un Trastorno Límite de la Personalidad (TLP)?
El Trastorno Límite de la Personalidad es uno de los once trastornos de personalidad descritos en los manuales diagnósticos actuales.
La palabra límite, limítrofe o borderline es una antigua denominación que se continúa usando aún, pero que resulta controvertida y a veces genera confusión. Actualmente se utilizan también términos como Trastorno de inestabilidad emocional de la personalidad o Trastorno de la Regulación Emocional.
Las características principales que definen al TLP son la inestabilidad emocional y la impulsividad en las relaciones interpersonales, en los comportamientos y en la imagen de si mismo.
La vulnerabilidad emocional favorece que la persona presente una alta sensibilidad a los estímulos emocionales
¿Cuáles son las causas del Trastorno Límite de Personalidad?
El TLP es un concepto complejo y todos los autores especializados coinciden en señalar que existen múltiples factores de tipo biológico, psicosocial y de aprendizaje que interactúan entre sí para dar lugar al desarrollo de una personalidad inestable (modelo bio-psico-social).
Constituye una alteración del sistema de regulación emocional, resultado de factores biológicos (vulnerabilidad emocional) y factores del entorno (ambiente invalidante) que interactúan a lo largo de la vida del individuo desde su nacimiento.
Las características del trastorno (síntomas) que se han descrito en apartados anteriores son producto de estas dificultades en la regulación emocional.
La vulnerabilidad emocional favorece que la persona presente una alta sensibilidad a los estímulos emocionales, que su respuesta emocional alcance una gran intensidad y que el retorno a la calma emocional sea más prolongado. A ello suele añadirse un déficit en las habilidades para modular las emociones.
El ambiente invalidante se refiere al entorno y las circunstancias en las que la persona se ha desarrollado, fundamentalmente durante la infancia. Las vivencias de la infancia y la adolescencia tienen también un efecto en la biología, ya que actúan modelando el cerebro y sus circuitos neuronales de una manera muy plástica. Por otro lado son un aspecto clave del aprendizaje emocional, que puede propiciar que no se desarrollen recursos para el manejo emocional eficaz: reconocer y tolerar las emociones, gestionar emociones y confiar en las propias respuestas emocionales.
Las experiencias traumáticas tienen una mayor posibilidad de producir patología cuando son repetidas y se mantienen durante largos periodos de tiempo
Algunos estudios retrospectivos han encontrado que los pacientes con TLP presentan tasas más elevadas de experiencias traumáticas precoces –abuso físico o sexual– que otros pacientes (por ejemplo, pacientes depresivos o con otros trastornos de personalidad).
Esto no quiere decir que todos los pacientes con trastorno TLP hayan sufrido malos tratos ni que todas las personas que han sufrido malos tratos en su infancia desarrollen TLP.
Se sabe que las experiencias traumáticas tienen una mayor posibilidad de producir patología cuando son repetidas y se mantienen durante largos periodos de tiempo. También se sabe que si en el entorno del niño que sufre esas experiencias hay falta de figuras protectoras y no se dan experiencias reparadoras y benefactoras, habrá más riesgo de que posteriormente aparezca esta patología.
Rodrigo Córdoba. Psicólogo Clínico Zaragoza. Teléfono: 653 379 269 Gran Vía 32, 3° Izqda. Instagram: @psicoletrazaragoza. Página Web: Psicólogo Zaragoza
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