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Paz y Ciencia

viernes, 8 de julio de 2016

Trastorno Paranoide de la Personalidad


 Aquí podemos ver un artículo escrito por Vicente Rubio Larrosa. Jefe de Servicio de la Unidad de Trastornos de Personalidad de Zaragoza. Una Unidad pionera. 

El tema tratado es el de la "Personalidad Paranoide". Tener ciertos momentos de suspicacia o desconfianza en momentos puntuales de estrés puede resultar normal. 
Para ello, haré una aclaración.
Existen ideas delirantes e ideas deliroides.
 Las ideas delirantes son aquellas en la que las personas creen firmemente en lo que piensan, siendo un trastorno del contenido del pensamiento. Las ideas deliroides son trastornos dentro de un contexto, cuando una persona tiene profunda angustia, es hipersensible, pueden aparecer ideas, que incluso pueden ser tratadas en psicoterapia por tener un componente más psicológico, si cabe, que las ideas delirantes. Las ideas deliroides aparecen cuando hay una fragilidad del Yo, bien sea por elementos que remiten a la autoestima del sujeto como a "vivenciar" un ambiente hostil. Suele ser frecuente alguna experiencia traumática. También hay que decir que dichas experiencias se retroalimentan entre sí, esto es, la persona paranoide puede proyectar en el otro su automagen vaga y difusa de la que se defiende con esos pensamientos. Más sensibilidad equivale a más riesgo y el riesgo depende, también, de la sensibilidad. 
La actitud del paciente paranoide, su clínica es distinta a la psicosis, aunque existe comorbilidad entre el trastorno paranoide y los otros trastornos de personalidad del Cluster C: Trastorno Esquizoide y Esquizotípico. Rodrigo Córdoba Sanz.
Psicólogo y Psicoterapeuta. Zaragoza. Núm. Col.: A-1324


La sintomatología esencial consiste en una tendencia generalizada e injustificada a interpretar las acciones de los demás como agresivas o amenazantes para él.

  • Epidemiología: La prevalencia en la población general oscila, según los diferentes estudios entre el 0,5% y el 2,5%. Estos pacientes raramente buscan tratamiento por si mismos y cuando son enviados a consulta por su cónyuge o por su jefe. En el trabajo pueden serenarse y simular como personas que no experimentan malestar alguno, dato este por lo que se estima que este trastorno es más abundante de lo que parece. Los familiares de pacientes esquizofrénicos muestran una mayor incidencia de trastorno paranoide de la personalidad. Se ha comprobado una mayor incidencia en grupos minoritarios, sujetos pertenecientes a sectas, inmigrantes y sordos.
  • Manifestaciones clínicas.- Estas personas son sujetos que se creen explotados por los demás, son desconfiados, patológicamente celosos, reaccionan a menudo de forma agresiva. Afectivamente son individuos fríos, egocéntricos y rígidos. No tiene mucho deterioro social ya que suelen guardar para sí sus ideas, y sólo en casos graves se ven afectadas las relaciones de tipo social.

    Tienen una cierta incapacidad para perdonar los agravios o perjuicios, presentan un sentido combativo y tenaz de los propios derechos al margen de la realidad, hay una predisposición a sentirse excesivamente importantes con una actitud autorreferencial constante, sienten preocupación por conspiraciones sin fundamento, son querulantes, rencorosos, reticentes a confiar en los demás por temor injustificado a que la información que compartan vaya a ser utilizada en su contra, se enorgullecen de ser racionales y objetivos, lo cual no es cierto. Se muestran muy impresionados por el poder y el rango social y expresan desdén por aquellas personas que consideran débiles, enfermas o con defectos. En situaciones cotidianas pueden parecer muy competentes pero habitualmente generan conflictos a los demás.
  • Diagnostico diferencial.- El trastorno paranoide se diferencia habitualmente del trastorno delirante por la ausencia de ideas delirantes concretas, no sufren alucinaciones ni trastornos formales del pensamiento como los esquizofrénicos paranoides. Se distingue del trastorno limite de la personalidad en que rara vez es capaz de implicarse en relaciones apasionadas con otras personas.
  • Curso y pronostico.- Lo más frecuente es que el trastorno perdure a lo largo de la vida del sujeto, siendo en algunas ocasiones un preludio de cuadros esquizofrénicos. En situaciones de estrés la sintomatología se exacerba. En general su vida se caracteriza por problemas de convivencia y de dificultad de trabajo en equipo, protagonizando frecuentemente problemas laborales y de pareja.
  • Tratamiento.- Psicoterapia. Es el tratamiento de elección, si bien hay que manifestar la gran dificultad que tienen estos pacientes para tomar conciencia de que su forma de comportarse esta alterada, ya que interpretará que las sugerencias de los que le rodean para que inicie un tratamiento entran dentro de un complot en su contra. Así pues estará permanentemente en una postura defensiva. No es conveniente realizar muchas interpretaciones ya que aumentará la susceptibilidad, su carácter rígido le impedirá comprender y asumir muchos de los consejos que se le ofrezcan. Muchos no toleran el carácter agresivo de la terapia de conducta que se utiliza para el entrenamiento en habilidades sociales.
  • Farmacoterapia.- Será útil para tratar la agitación y la ansiedad así como las situaciones casi delirantes que tendrá el paciente, por lo que se recomiendan benzodiacepinas y dosis bajas de antipsicóticos atípicos. Hay estudios que demuestran la eficacia de la pimocida para reducir la ideación paranoide.

Vicente Rubio Larrosa.
Jefe del Servicio de Psiquiatria. Unidad de Trastornos de la Personalidad. Hospital Ntra. Sra. de Gracia. Zaragoza.

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