Estos conceptos son fundamentales y van íntimamente unidos en nuestra cultura, hasta el punto de que la represión sexual compone el paradigma de los dinamismo represivos, es decir, de la represión que concluye interioridades en el sujeto y que caracteriza una de las pautas generales de nuestro sistema social. Con el aprendizaje de la represión sexual tiene lugar el decisivo aprendizaje de toda represión, o, cuando menos, de la docilidad al estanlishment.
Las consecuencias de la represión en la dinámica del Yo, la erotización de los demás ámbitos que a partir de la represión acontece, etc.
La sexualidad como un nivel de conducta y, por tanto, de lenguaje (en sentido amplio); y la relación sexual como una forma de comunicación interpersonal, en la que, ciertamente, se descubre el mismo tipo de bloqueo parcial de comunicación que acontece bajo las otras formas de comunicación.
Por consiguiente, se está lejos de poder identificar la relación sexual con la deseada -relación de objeto- que se describe en la teoría psicoanalítica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario