El hombre siempre está buscando algo, en último término, un sentido.
El hombre está siempre orientado hacia lo que él mismo no es, bien en un sentido que realiza, bien otro ser humano con el que se encuentra; el hecho mismo de ser hombre va más allá de uno mismo, y está trascendecia constituye la esencia de la existencia humana.
Kant añadió que el hombre debía buscar ser digno de la felicidad. Yo diría que el hombre quiere ser feliz para tener un motivo para ser feliz.
En cuanto lo encuentra, la felicidad y el placer surgen por sí mismos.
Kant escribe en Metafísica de las Costumbres que la felicidad es la consecuencia del cumplimiento de la obligación y que la ley debe preceder al placer para que éste sea experimentado.
Víctor Frankl
viernes, 22 de julio de 2016
El hombre responsable
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