En "Sexualidad y Represión", Castilla del Pino abre con un breve prólogo:
"Los objetores del psicoanálisis como doctrina confunden todavía la exigencia, que ha de posturársele, como teoría sin contradicción, con el hecho de que se ocupe de procesos contradictorios y, desde un punto de vista lógico, absurdo"
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