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Paz y Ciencia

lunes, 13 de mayo de 2013

Carlos Castilla del Pino: Humanismo y Psiquiatría



¿En qué medida es este hombre que a mí me consulta un anormal y un desadaptado por su exclusividad anormalidad? ¿Qué entraña de responsabilidad para él la índole de frustración que le acontece, de la que se queja y de la que sus trastornos son, simplemente, su expresión directa o indirecta?
¿Es correcto, tanto en orden a la práctica médica cuanto la ética, ofrecer a este hombre, como solución a sus conflictos, que son siempre conflictos con su medio, la conformidad con el sistema, es decir, su domesticación?

No es en modo alguno una mera coincidencia, sino resultado lógico de un modo de pensar y de una actitud precisa, que se tenga que ser eso que para entendernos se suele llamar de izquierdas para hacerse estas preguntas y para planteárselas como problemas. Así, por ejemplo, mientras un Herbert Marcuse, o Mitscherlich, o Caruso, o Gabel, señalan este mismo tipo de consideraciones que yo acabo de hacer ante ustedes, y en voz alta, un psiquiatra de derechas, cuyo nombre voy a evitarles, no tiene otra cosa que ofrecer a los que paternalmente llama jóvenes rebeldes que esta fórmula: mucha paciencia y mucha esperanza. Que ya llegarán ellos también a ser como aquellos contra los cuales se rebelan ahora. La rebeldía, viene a decirnos con palabras de viejo conservador, disfrazadas de juez benévolo, es tan solo un pecado de juventud.

Carlos Castilla del Pino: <>

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