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Paz y Ciencia

jueves, 2 de mayo de 2013

Polaridades


 
POLARIDADES

 

  • Las polaridades son extremos de identificación. En la medida en que uno se identifica con un polo, aliena el otro polo como extraño a sí mismo. La integración requiere admitir a ambos como propios, y el medio de conseguirlo, una vez más, es la identificación con lo alienado. El resultado esperable es la instalación en ese punto cero de indiferencia, que permite identificarse hacia uno u otro lado según las exigencias de la situación. (P. de Casso)

 

En cualquier aspecto de la naturaleza, y en cualquier forma de nuestro organismo todo tiene su opuesto, noche-día, ying-yang, bueno-malo, claro-oscuro, fuerte-débil.

 Todas, formas polares, son parte de nuestra naturaleza, y en si mismas no son incompatibles, somos nosotros quienes a través del juicio previo limitamos nuestra conciencia considerando adecuada una de las partes.

 

Para que un fenómeno sea perceptible ha de estar en oposición con otro, diferenciarse, distinguirse de otra cosa, ser diferente. El contraste, la diferencia constituye de manera fundamental la configuración del mundo, la forma de los fenómenos. El principio fundamental para su formación es la polaridad, el antagonismo primordial.

 

Nuestro proceso de conciencia, tras percibir la sensación que origina cualquier fenómeno, elabora un proceso mental de análisis, desmenuza la realidad en dos partes y discrimina sobre la bondad de una de ellas, eligiendo (identificación), y rechazando (alienación), el otro lado, el contrario. A  través de esta primaria discriminación rechazamos el todo, la unidad, y polarizamos nuestro existir.

 

En la unidad, todo y nada se fusionan en uno, la nada no tiene manifestación o límite con lo que no es polar, en la unidad no hay reconocimiento, no hay discriminación posible, no hay empeño ni objetivo, solo hay Ser porque no hay un algo externo que añorar, lo polar entonces no es el fenómeno, sino el conocimiento que tenemos de él a través de nuestra conciencia.

 

La polaridad de la conciencia queda reflejada en la anatomía de nuestro cerebro. Unidos por el cuerpo calloso tenemos dos hemisferios cerebrales, distinguidos por su naturaleza y por sus propias funciones, y que gobiernan el lado contrario del cuerpo.

El hemisferio izquierdo se encarga del pensamiento lógico y el lenguaje, lectura y escritura, es analítico y racional, se encarga del tiempo, del cálculo y de los números. Es la capacidad analítica del “hemisferio verbal”.

En el hemisferio derecho tenemos las facultades opuestas, aquí concebimos un todo partiendo de una pequeña parte, es la concepción de ideas y estructuras complejas, pensamiento analógico, imaginación,  y capacidad creativa. Según la actividad predomina uno u otro.

Esta especialización de los dos hemisferios nos explica la polaridad; el izquierdo es masculino, yang, sol, es la actividad. El hemisferio derecho es yin, receptivo y femenino, es lo lunar, el lado nocturno e inconsciente, y rige el lado izquierdo del cuerpo.

Para integrar el concepto de polaridades Perls utiliza la teoría de la indiferencia creativa de Sigmund Friedlaender. Filosofía basada en la afinidad de los contrarios, plantea que cada acontecimiento consta de un punto cero a partir del cual surge la diferencia de estos contrarios, los cuales demuestran en su contexto específico una gran afinidad el uno por el otro. Encontramos ese punto cero a partir de confrontar la diferencia de los contrarios y descubrir su simetría invisible. Su punto de unión, el lugar en que ambos se neutralizan, el punto medio. 

 

  • Si permanecemos atentos al centro, podemos adquirir la capacidad creativa para observar ambas caras de los sucesos y para completar la mitad incompleta. Si evitamos una visión unilateral, alcanzamos una comprensión mucho más profunda de la estructura y de la función del organismo. (Perls)

 

  • Aquello cuya identidad, unidad y totalidad no podemos distinguir, se manifiesta como fenómeno en antagonismo polar. No es posible percibir la unidad, la identidad de lo claro y de lo oscuro como fenómeno diferencial. La unidad de la diferenciación polar es simultáneamente su centro, la indiferencia, en ella se esconde el verdadero misterio, la voluntad creativa, aquello que polariza, que objetivamente no es nada y sin la cual nada existe en el mundo. (Frambach)

 

  • El arte de la vida que nace del centro indeferenciado, surge principalmente del balanceo entre opuestos polares, de un movimiento que tiende hacia el equilibrio. Se trata de no dejarse atraer de forma unilateral y sesgada por uno de los polos respectivos, sino en centrarse libremente en su centro y moverse de la misma manera hacia ambos, como si fueran alas (El ángel medio burlón de Friedlaender). Equi-disposición imparcial y ecuanimidad. No se trata de aislar los opuestos como excluyentes entre sí, sino de de centrarnos con flexibilidad en su centro indiferente, son una unidad de contrarios, diferenciados polarmente, siendo la indiferencia creativa la que proporciona el magnetismo de los extremos. (Frambach)

 

En terapia gestalt las polaridades están profundamente arraigadas en el funcionamiento del organismo. Estos dualismos son disposiciones  de conducta y pensamiento. Las polaridades están relacionadas con la historia particular de cada uno de nosotros y con la percepción de nuestra realidad interior. Esta realidad determina que se desarrollen polaridades cuyas características pueden ser, ego sintónicas o aceptables para la conciencia, y ego distónicas o inaceptables para el sí mismo. A partir de polaridades en pugna se generan conflictos polares que pueden ser tanto intrapersonales como interpersonales.

 

La terapia gestáltica busca la integración armónica de las polaridades complementarias de cualquier comportamiento humano (por ejemplo: agresividad y ternura) más que la eliminación de una en provecho de la otra, intentando lograr una solución que una ambos polos para formar una figura más importante que la simple combinación de los opuestos: una creación nueva.

En este contexto las cualidades no son contradicciones irreconciliables, sino distinciones que serán integradas en el proceso de la formación y destrucción de la gestalt. Un concepto importante retomado del psicoanálisis Freudiano y que sirve para entender las polaridades es el de catexis.

  • "La catexis se refiere a la actitud repelente / atrayente del individuo sobre las cosas de su deseo, por un lado, y miedo, por otro. Que esta catexis sea positiva o negativa depende solamente del concepto mental de la persona o de su percepción" (Castanedo,).

 

Desde el punto de vista de la actitud del terapeuta, Freud recomendaba a los analistas “atención flotante” y “escepticismo benevolente”. El gestaltista combina una implicación activa y a la vez una permanencia en ese punto 0, lo cual no es nada fácil. Fritz era un buen ejemplo de ello, como atestigua Claudio Naranjo:

  • “Perls mostraba un grado asombroso de indeferencia creativa como psicoterapeuta por su capacidad de quedarse en el punto cero sin verse atrapado en los juegos de sus pacientes. Pienso en el punto cero como el refugio del terapeuta gestáltico en medio de una participación intensa, no solo como una fuente de fortaleza, sino como su último apoyo.”

 

Con la polaridad, a través de la afirmación vamos creando un “yo idealizado”, y a la vez,  negamos aspectos propios del organismo que al tomar conciencia de ellos, nos conectan con lo que evitamos, “yo negado”. Mantener esta negación implica un gran esfuerzo organísmico, tensión interna, ya que hay en nosotros capacidades, características propias que no nos permitimos usar.

 

De esta forma, ante necesidades que van apareciendo en el campo, y que necesitan de recursos de los cuales disponemos, el organismo va a tratar de "negarlos" y buscar una solución neurótica, que signifique manipular el entorno para dotarse de recursos del mismo, en vez de usar recursos propios incorporados a su “yo negado”.

Es de esta manera que el organismo pierde la capacidad de autorregulación, ya que no solamente somos un proceso mental de conceptos y teorías aprendidas, sino que somos organismo y de él bloqueamos nuestras capacidades sensitivas, musculares, y la  manifestación de emociones, evitando el darnos cuenta de aspectos propios que no queremos reconocer en nuestro organismo.

 

  • Perls dice que los opuestos existen por diferenciación de “algo no diferenciado” y que el punto 0 es el punto donde comienza la diferenciación. En la aplicación terapéutica esta diferenciación es importantísima: la llamamos polarización, es decir, que los opuestos se definan con claridad, que extremen sus posiciones para poder reconocer estos contendientes, para poder establecer un diálogo entre ambos, donde se reconozcan, se escuchen, se entiendan y puedan llegar a algún tipo de acuerdo (Peñarrubia).

La diferenciación en opuestos es “una propiedad esencial de nuestra mente y de la vida misma. Polaridades básicas son:

  • Integración / Desintegración. 

  • Deseo /aversión.
  • Los principios polares del intercambio energético del organismo.
  • Apego  / Desapego.
  • Alegría / Tristeza.
  • Contacto / Retirada.
  • Top Dog / Under dog.  (Opresor / Oprimido). (Dominancia / Sumisión)
  • Presente / Futuro, siendo el presente el centro del tiempo existencial y creativo.
  • Necesidades sociales / necesidades biológicas.
  • Lado derecho / Lado izquierdo.
  • Parte superior (contacto) / Parte inferior (apoyo).
  • Autoestima elevada (delirio de grandeza)….vanidad, orgullo, gloria,  / Baja autoestima (sentimiento de pequeñez).
  • Sádico / Masoquista.
  • Masculino / Femenino. 
  • Ir  / Venir  (aquí / allí).  
  • Culpa / Responsabilidad.
  • Exceso de control / Impotencia.
  • Apoyo / Confrontación (Frustración)

 

Figura y fondo también son polos de una polaridad, como delante y detrás. La diferenciación polar en figura-fondo encuentra su indiferencia en su propia base. No hay que confundir la base con el fondo. El fondo es difuso mientras que la base es indiferente. Es en filosofía Budista la séptima conciencia, el manas, que tiene dos aspectos, uno inferior, referido al mundo de los sentidos, el fondo de donde surge la experiencia, y uno superior, iluminado por la intuición, que corresponde en Gestalt a la formación de la figura. El manas actúa como transmisor de la experiencia sensorial al octavo nivel de conciencia.

No se trata de un fenómeno diferenciado ni perceptible. Es aquello que se diferencia, el punto medio creativo y origen de toda diferenciación.. Perls se refiere a la base indiferente como “el vacío fértil” o “la nada”, es en filosofía Budista la octava conciencia, la conciencia universal, alaya-vijñana.

El sí mismo se encuentra, espontáneamente, en el modo de en medio, integra los polos actividad y pasividad, hacer y padecer, en la medida en que ofrece una base para el sentir, pensar y hacer, libres y espontáneos, como una imparcialidad relativa a partir de su indiferencia y de su centro.

  • Pero el sí mismo es en realidad el integrador, es la unidad sintética, como lo llama Kant. Es el creador de la vida. Este sí mismo, que podemos relacionar en el modo del medio (como el no hacer de la filosofía oriental), es creativo, y lo podemos considerar como semejante al yo de la indiferencia creativa de Friedlaender. “No se trata de la Gestalt que forma, sino de la formación de la Gestalt, es decir, el sí mismo es la relación dinámica entre el fondo y la figura, que deben entenderse como polaridades.  Estableciéndose el vacío fértil cuando esta polaridad de la figura es la base, no el fondo, la base indiferente que ni diferencia, ni se posiciona en la percepción. (Frambach)

 http://youtu.be/o6OULHNV3js Enrique Urquijo y los Problemas -Aunque tú no lo sepas-

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