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Paz y Ciencia

domingo, 16 de enero de 2011

Camino a la Libertad

Camino a la Libertad es una estupenda película con una fotografía maravillosa, colmada de valores humanos, con una pizca de política, un aderezo de sufrimiento y un paseo eterno hacia la liberación de dos dictadores que pelearon el soviético, con Stalin y sus Gulag (campos de exterminio) y Hitler por otra parte, ambos con el oscurantismo, la falta de derechos humanos y el fanatismo desgarrador más desolador, unos años dignos de recordar para entender nuestra historia. La banda sonora BSO de CAMINO A LA LIBERTAD (The Way back) está compuesta por Burkhard Dallwitz.

Hace poco hablaba con una persona que decía que el Testamento de Vladimir Ilich Ulianov (Lenin) era más "ético" de lo que la historia había transmitido, quizá porque desde entonces se asoció a los dos personajes, esta persona defendía a Lenin, aunque fuera quien puso la semilla de un socialismo que se entendió mal. El propio Stalin, un sanguinario de la familia fanática de Hitler no dejó que Lenin se entendiera bien en el pueblo y se manipuló su pensamiento.

Camino a la Libertad trata de una serie de luchadores, polacos, estadounidenses, siberianos criminales y alguna sorpresa más, que se fugan de un Gulag, en medio de Siberia para ir a un país donde no estuviera  Stalin o Hitler en el poder, ya que Polonia, el lugar de donde procede el cerebro de la operación de evasión estaba ocupada por el este y el oeste. Su mujer había sido torturada y había sido acusado de espía con una pena de 20 años.

Al llegar al campo, presidido con la cara de Stalin y la estrella roja revolucionaria, se les comunica en un tono poco amistoso que no son los perros o las verjas lo que les contendrán sino los espesos bosques siberianos, las temperaturas y la connivencia de los pueblos de los alrededores con el régimen.
Tras una primera parte donde se explica el mundo dentro del gulag y los problemas asociados a esa vida de tortura, aparecen las primeras ideas de fuga entre Ed Harris, norteamericano y el protagonista de la película, el pensador de la fuga y el guía, ese polaco del que os hablaba antes.
Se escapan con argucias maravillosas y caminan entre los bosques bordeando las aldeas, un criminal siberiano con el tatuaje en el pecho de Lenin y Stalin parece el personaje en disonancia, pero su "pica", es decir su navaja les ayuda en no pocos momentos.
Incluso este criminal que se presenta al principio como un psicópata muestra ciertos valores de altruismo de protección a su guía y de camaradería que casi parecen tiernos en esa aventura tan rocambolesca.

Llegan a la frontera con Mongolia y allí pierden a uno de los fugados, nuestro amigo el criminal siberiano (Colin Farrell)  dice que no podría vivir en libertad y se vuelve hacia su país, caracterizado de forma estupenda, los otros siguen pero se dan cuenta de que Mongolia también está ocupada por los rusos, lo que trunca los planes y dificulta sus objetivos. Ahora tienen que atravesar Mongolia, el infierno del desierto del Gobi e ir hacia China, luego a la India, atravesando el Himalaya.
Las escenas son realmente hermosas, por su vibrante viveza y por el altruismo que se va desarrollando dentro de este grupo de fugitivos que desarrollan una comunidad de apoyo mutuo dentro de su diversidad. El objetivo, el propósito, la meta, la fuerza motriz es la libertad y ver a sus familiares o recuperar su patria. Voy a dejar aquí la descripción y la recomendación de una película que es absolutamente preciosa por su forma y contenidos.

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