PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

viernes, 2 de julio de 2010

La envidia, relación asimétrica

La envidia requiere un contexto en el que los dos actores de la interacción ocupan posiciones asimétricas. Sin duda, hay muchas relaciones asimétricas que no suscitan envidia, sino incluso una sumisión gustosa y gratificante, una inferioridad libre de responsabilidades, que, al menos hasta determinado límite, es aceptada de bien grado. Pero en la envidia la asimetría, que juega en favor del envidiado, es vivida por el envidioso como intolerable, porque no se acepta, porque se tiende a no reconocerla y a negarla. En la interacción envidiosa la asimetría juega en contra del envidioso, con independencia de que, por la eficacia de su actuación, se depare en ocasiones al envidiado un perjuicio en su imagen pública hasta el punto de situarlo en una posición incluso inferior a la real del envidioso. De hecho, inicialmente, la mera presencia, real o virtual, del envidiado en el mundo, empírico o imaginario, del envidioso, le provocac a éste efectos deletéreos, a los cuales me referiré luego con suficiente detalle.
He hablado de la presencia real o virtual del envidiado. En efecto, la relación con el envidiado no tiene necesariamente que ser real, entendido este término en el sentido fuerte, de relación empírica. Muchas veces la envidia suscita alguien con quien no se tiene relación real alguna, y por eso hablo de presencia virtual. En estos casos, es la mera existencia del envidiado, su posición social, sus éxitos, sus logros, sus dotes de empatía, entre otros muchos "bienes" posibles, los que generan lo que se ha llamado el sentimiento (en realidad, la actitud) de envidia.
Pero ¿cuál es la peculiaridad de esta asimetría en el caso de la situación de envidia? El envidioso está en posición inferior respecto del envidiado, pero tal inferioridad, si él la reconoce -cosa que está lejos de ocurrir siempre-, es rechazada mediante argumentos falaces o racionalizaciones. Por ejemplo, se atribuye a la "mala suerte", frente a la "buena suerte", no al mérito, del envidiado, o a la "injusticia" del mundo. Al envidioso se le priva (injustificadamente, por supuesto) de lo que el envidiado posee (injustificadamente también). A diferencia de otras situaciones asimétricas en las que el actante inferior asume su posición de buen o mal grado, o de forma pactada, el envidioso no la tolera. Como veremos, la raíz de la actitud envidiosa ancla en el profundo e incurable odio a sí mismo del envidioso.
págs.208-210 Conductas y Actitudes. Carlos Castilla del Pino

No hay comentarios: