Vivir refugiado en un mundo de sombras es lo que Platón nos enseñó con el Mito de la Caverna.
El sufrimiento psíquico nace en el plano de la subjetividad, en la manera de pensar, sentir, soñar, imaginar, representar y todo lo que relacione al sujeto con el objeto.
Los objetos son imágenes internas, introyectadas de la realidad exterior.
El mundo exterior se ve a través de esos objetos que moran en el mundo interno.
Vivir en un mundo de objetos subjetivos significa estar representando la realidad en función del fantaseo, es decir la distorsión de la realidad en función de un componente estimativo, no denotativo, de la realidad.
Esto produce un desajuste en la función de estar en el mundo.
No entraré en la génesis de estos estados de ensoñación, de omnipotencia o de pensamiento mágico pero si diré que la persona puede decir que vive en un sueño.
En función de la naturaleza de esos objetos internos que se plasman en la forma de representar la realidad se viven unos sentimientos u otros. Si esos objetos son réplicas de relaciones persecutorias la realidad se torna amenazante. Esos objetos dicen de la imagen interna que el sujeto tiene de su identidad, ya que le conectan con la realidad empírica. En el centro entonces está el sujeto con el bagaje de su trayectoria vital, la forma de vivir, que es fundamentalmente irracional, emocional y estimativa.
Un ejemplo paradigmático de este mundo refugiado en una realidad interna con deslizamientos sobre la realidad exterior es lo referente a la psicosis.
La psicosis funciona en una forma de proceso primario, es decir, análogo al sueño la persona no elabora su discurso sino que dice lo que piensa e imagina no necesariamente lo que se ve o se oye. La realidad se convierte pues en esa estampa proyectada en la pared, iluminada con una luz desde el promontorio, reflejando los objetos que hay fuera de la caverna.
Resulta interesante y el concepto de resistencia divaga sobre la dificultad para acceder a esos objetos internos y el resultado de la gestión entre su yo y la realidad exterior, que produce trastornos en el sujeto.
El mundo interno es una ventana abierta al inconsciente que cuesta trabajo de abrir, en una psicoterapia se invita al analizando a que poco a poco se vaya dejando conectar con su realidad interna para conocer la forma que tiene de filtrar la realidad exterior. Son componentes que el cognitivismo designa como automáticos y que son el mayor componente del funcionamiento psíquico, esto es detectado también por los estudios de las neurociencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario