Rodrigo Córdoba Psicólogo Psicoterapeuta Zaragoza (Gran Vía 32). Presencial y Online Teléfono: +34 653 379 269 rcordobasanz@gmail.com Página Web: www.rcordobasanz.es
"El verbo griego ψύχω, psycho, significa «soplar». A partir de este verbo se forma el sustantivo ψυχή, que alude en un primer momento al soplo, hálito o aliento que exhala al morir el ser humano. Dado que ese aliento permanece en el individuo hasta su muerte, ψυχή pasa a significar la vida. Cuando la psique escapa del cadáver, lleva una existencia autónoma: los griegos la imaginaban como una figura antropomorfa y alada, un doble o eidolon del difunto, que generalmente iba a parar al Hades, donde pervivía de modo sombrío y fantasmal. Según cuenta muchas veces Homero, la psyché sale volando de la boca del que muere como si fuera una mariposa (que en griego se escribe también psyché); razón por la cual algunas personas ven en la mariposa un psicopompo."
Beneficios del Arte: Arte para sanar la Psique
Al frente de esta experiencia está el artista Pedro Cuevas, quien reabrió en el hospital un centro cultural donde los internos canalizan sus emociones a través del arte.
La reapertura de este espacio, hace un año y medio, cambió la rutina dentro de este hospital de salud mental ya que desde entonces se ha logrado "una mejoría absoluta, alucinante" en los pacientes asiduos a las salas de creación, según aseguró Cuevas.
Todo comenzó cuando Daniel Camarero, uno de los médicos del hospital, decidió reabrir el antiguo centro cultural del Borda que llevaba años en desuso. Camarero y Cuevas se conocieron y el médico le ofreció restaurar el lugar y ponerse al frente de la dirección artística, mientras que él se ocuparía de la dirección general del centro cultural.
"Al principio era imposible, acá no hay estructura, leyes o normas. Los pacientes hacen lo que quieren. Pero poco a poco fuimos aprendiendo a equilibrarnos", explicó Cuevas.
"El tema es que tengan ganas. A veces prefieren quedarse tirados en la cama. Hay que convocarlos, ir a buscarlos. No hay un grupo estable, estructura ni horarios", aclaró.
Gracias a las donaciones de materiales de pintura y escultura y, sobre todo, al entusiasmo han conseguido que los pacientes se acerquen y creen un auténtico museo, donde exhiben orgullosos las obras creadas de forma totalmente libre.
Esta oportunidad de expresarse opera grandes mejorías en la salud mental de los internos, que ven cómo su situación mejora sustancialmente. Se empiezan a generar vínculos de amistad, humanos. Gente que estaba sin visitas, semiabandonada, ahora tiene amigos. Tienen cariño, nuevas expectativas", comenta Cuevas.
Su visión es que el arte sirve como terapia poderosa, capaz de "sacar el conflicto".
"Pienso que con el arte se puede exorcizar todo tipo de problemática que esté en la cabeza. También con un psicólogo, hablando, pero hablar es una forma de expresión, como el arte lo es", sostuvo.
Y, como él, hay muchos creadores comprometidos en prestar su apoyo al centro cultural: "En este momento somos un elenco estable de 50 artistas, y en total han pasado por aquí unos 300. Vienen a donar su obra, dar su arte, su tiempo, hacer algo por el otro".
Todo este esfuerzo tiene el premio diario de ver a los pacientes mejorar, y el aliciente que suponen las exposiciones en el exterior, que consiguen lanzar e integrar a los internos como artistas reconocidos, dándoles una "nueva vida", señaló.
Han expuesto en varios puntos de Argentina, también en Londres y Berlín, van a salas de exposición, cárceles, otros hospitales. Y las ventas acompañan, aunque considerando las condiciones de cada caso para no desvirtuar la esencia del centro cultural.
"No es que hagamos un negocio acá: esto es un museo. Si de repente alguien quiere una obra, se ve el tema, se hace un seguimiento, se cobra el dinero y esa cantidad va para el paciente", explicó Cuevas.
Pese a la dedicación que ha volcado en sacar adelante el centro cultural, este artista no quiere que su viabilidad dependa de su persona.
Se confiesa un ser inquieto, apasionado de los viajes, y su intención es dotar al centro cultural de autonomía para que siga adelante cuando él decida levantar el vuelo.
"En algún momento me voy a ir. Yo estudié para ser operador comunitario y nos enseñaban a insertar un proyecto en un lugar con carencias, que el proyecto se autoabastezca y que uno pueda irse a otro lugar dejando que quede funcionando. Mi idea es que no dependa de mí", sentenció.
La reapertura de este espacio, hace un año y medio, cambió la rutina dentro de este hospital de salud mental ya que desde entonces se ha logrado "una mejoría absoluta, alucinante" en los pacientes asiduos a las salas de creación, según aseguró Cuevas.
Todo comenzó cuando Daniel Camarero, uno de los médicos del hospital, decidió reabrir el antiguo centro cultural del Borda que llevaba años en desuso. Camarero y Cuevas se conocieron y el médico le ofreció restaurar el lugar y ponerse al frente de la dirección artística, mientras que él se ocuparía de la dirección general del centro cultural.
"Al principio era imposible, acá no hay estructura, leyes o normas. Los pacientes hacen lo que quieren. Pero poco a poco fuimos aprendiendo a equilibrarnos", explicó Cuevas.
"El tema es que tengan ganas. A veces prefieren quedarse tirados en la cama. Hay que convocarlos, ir a buscarlos. No hay un grupo estable, estructura ni horarios", aclaró.
Gracias a las donaciones de materiales de pintura y escultura y, sobre todo, al entusiasmo han conseguido que los pacientes se acerquen y creen un auténtico museo, donde exhiben orgullosos las obras creadas de forma totalmente libre.
Esta oportunidad de expresarse opera grandes mejorías en la salud mental de los internos, que ven cómo su situación mejora sustancialmente. Se empiezan a generar vínculos de amistad, humanos. Gente que estaba sin visitas, semiabandonada, ahora tiene amigos. Tienen cariño, nuevas expectativas", comenta Cuevas.
Su visión es que el arte sirve como terapia poderosa, capaz de "sacar el conflicto".
"Pienso que con el arte se puede exorcizar todo tipo de problemática que esté en la cabeza. También con un psicólogo, hablando, pero hablar es una forma de expresión, como el arte lo es", sostuvo.
Y, como él, hay muchos creadores comprometidos en prestar su apoyo al centro cultural: "En este momento somos un elenco estable de 50 artistas, y en total han pasado por aquí unos 300. Vienen a donar su obra, dar su arte, su tiempo, hacer algo por el otro".
Todo este esfuerzo tiene el premio diario de ver a los pacientes mejorar, y el aliciente que suponen las exposiciones en el exterior, que consiguen lanzar e integrar a los internos como artistas reconocidos, dándoles una "nueva vida", señaló.
Han expuesto en varios puntos de Argentina, también en Londres y Berlín, van a salas de exposición, cárceles, otros hospitales. Y las ventas acompañan, aunque considerando las condiciones de cada caso para no desvirtuar la esencia del centro cultural.
"No es que hagamos un negocio acá: esto es un museo. Si de repente alguien quiere una obra, se ve el tema, se hace un seguimiento, se cobra el dinero y esa cantidad va para el paciente", explicó Cuevas.
Pese a la dedicación que ha volcado en sacar adelante el centro cultural, este artista no quiere que su viabilidad dependa de su persona.
Se confiesa un ser inquieto, apasionado de los viajes, y su intención es dotar al centro cultural de autonomía para que siga adelante cuando él decida levantar el vuelo.
"En algún momento me voy a ir. Yo estudié para ser operador comunitario y nos enseñaban a insertar un proyecto en un lugar con carencias, que el proyecto se autoabastezca y que uno pueda irse a otro lugar dejando que quede funcionando. Mi idea es que no dependa de mí", sentenció.
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