Guillermo Borja fue una personalidad genial. Es a través de esta personalidad desde la que trabajaba, sin tapujos ni artificios. Sin técnicas que enmascarasen el encuentro auténtico y genuino entre el paciente y él.
Reverbera en mi cabecita una frase, que no por conocida deja de ser genial cuando alguien la plasma en un libro: "Lo normal es la anormalidad".
Fue un genio porque hizo fuera de los cauces de lo estándar, obteniendo resultados verdaderamente asombrosos con psicóticos desahuciados.
Consiguió, por ejemplo, que un psiquiatra de la vieja guardia leyera a Claudio Naranjo, su maestro.
Hizo que un grupo de psicóticos hacinados llegaran a curarse a través de la autogestión. Ellos impartían clases y cultivaban su huerto, entre otras cosas.
También utilizó la musicoterapia con una metodología muy rigurosa.
Cualquier expresión artística es material de análisis y, también, una forma de catarsis, de liberación y de construcción, esto es, de creación.
Uno de los mensajes que más regocijo me ha hecho sentir es algo que hace muchos años ya se había demostrado, por ejemplo con Mary Barnes, esto es, la psicosis se puede curar. Lo demás son mitos y leyendas para dar salida al haloperidol y otras sustancias psicoactivas. Parece radical pero el propio Guillermo Borja lo consiguío, no sin esfuerzo.
He disfrutado mucho de este libro y he aprendido tanto o más. Tal vez los puristas del psicoanálisis (y de la Gestlt) lo consideren excesivo pero a mí me evoca un texto de Thomas Szasz: "El segundo pecado", que es, ni más ni menos, que hablar claro.
Salud. Rodrigo Córdoba Sanz, psicólogo y psicoterapeuta dinámico.
http://youtu.be/uUcUuB-QKYg Mozart para bebés
No hay comentarios:
Publicar un comentario