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Paz y Ciencia

lunes, 15 de abril de 2013

El modelo del trauma de los trastornos mentales


El modelo del trauma de los trastornos mentales

De Wikipedia, la enciclopedia libre
 
Los modelos del trauma de los trastornos mentales enfatizan los efectos del trauma psicológico, especialmente en la infancia o adolescencia, como un factor clave en el desarrollo de gran parte de las enfermedades mentales. Los modelos del trauma se basan generalmente en que las experiencias traumáticas en el hogar son más comunes y serias de lo que generalmente se cree. Tales modelos se asocian con los hallazgos de John Bowlby, quien desarrolló la teoría del apego. Además, hay un considerable cuerpo de evidencia que sustenta la conexión entre las experiencias tempranas de malos tratos con problemas posteriores (Cassidy & Shaver, 1999). En los años 1960 los modelos del trauma se asociaron a la psicología humanista y la antipsiquiatría, especialmente en lo que respecta al entendimiento de la esquizofrenia y el rol de la familia. Los trastornos de la personalidad también han sido considerados bajo esta perspectiva. En términos generales, los modelos del trauma se presentan como contraparte a una psiquiatría de la que, se dice, se encuentra demasiado enfocada en la genética, la neuroquímica y la medicación.

Índice

Historia

En los años 40, 50, 60 y 70 varios profesionales de la salud mental, mayoritariamente psiquiatras, propusieron modelos de trauma para entender la esquizofrenia: Harry Sullivan, Frieda Fromm-Reichmann, Theodore Lidz, Gregory Bateson, Silvano Arieti, Ronald Laing y otros. Estos profesionales sostenían que la esquizofrenia viene inducida por experiencias vividas en familias profundamente perturbadas. En los años 1950 la teoría de Sullivan sobre la esquizofrenia consistía en que ésta estaba ligada a las relaciones interpersonales, y era ampliamente aceptada en los Estados Unidos. Aunque el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales o DSM no establece que la etiología específica de la esquizofrenia y otras psicosis serias haya sido determinada, los modelos psicogénicos propuestos por estos investigadores ya no están en boga dentro de la profesión psiquiátrica. A partir de los años 1960 los tratamientos farmacológicos desplazaron gradualmente a los enfoques psicológicos, y alrededor de los años 1980 la teoría de que las dinámicas familiares podrían estar implicadas en la esquizofrenia se convirtió en un tabú (Hahlweg y otros 2000). Antes de su muerte, en 2001, a la edad de noventa años, Lidz, uno de los principales defensores de la teoría psicogénica de la esquizofrenia, lamentaba que la investigación actual en biopsiquiatría esté buscado en el lugar equivocado.[1] Al igual que Lidz, Laing mantuvo hasta su muerte que la causa tanto de las personalidades esquizoides como de la esquizofrenia tenía que ver con los aspectos morbógenos en las relaciones familiares.
En 1975 Silvano Arieti ganó el Premio Nacional de Escritura en el ámbito científico por su libro Interpretación de la Esquizofrenia, que presenta un modelo psicológico para entender todas las variantes regresivas de la psicosis. Según investigaciones más recientes, el abuso infantil en el hogar juega un papel causal en la depresión, trastorno de estrés post-traumático, desórdenes alimenticios, trastornos adictivos y los trastornos de personalidad múltiple (Kenneth S. Kendler y otros 2000). Cuanto más grave sea el abuso, más probable será que aparezcan síntomas en la vida adulta (Mullen y otros 1993). En el ámbito psiquiátrico mayoritario se parte de la hipótesis que el abuso infantil está poco relacionado con las psicosis más graves, como la esquizofrenia. Sin embargo, algunos profesionales de la salud mental mantienen que las psicosis están más íntimamente relacionadas con este tipo de abuso que las neurosis (Davis, Burdett y otros 2004).

Una crítica común al modelo

Los críticos del modelo del trauma argumentan que la lógica por la cual se afirma que un trauma infantil causa enfermedad mental adolece de un fallo grave. Si esta afirmación fuese cierta, debaten los críticos, el abuso a millones de niños debería haber originado muchos casos de enfermedad mental, pero no hay evidencia de esto. Silvano Arieti respondió a esta objeción observando que las únicas personas ante las cuales los seres humanos son vulnerables de jóvenes, son aquellas a las que están ligados emocionalmente en su infancia. Un fragmento de Interpretación de la Esquizofrenia, publicado inicialmente en 1955, arroja luz sobre el núcleo del modelo del trauma:
Antes de nada, debemos repetir aquí lo que ya hemos mencionado […], que en el caso de circunstancias en las que exista un peligro externo obvio, como las guerras, catástrofes, u otras adversidades que afectan a la colectividad, no se genera el tipo de ansiedad que daña al yo interno, por lo tanto, estos sucesos no favorecen en sí mismos la esquizofrenia. Incluso la pobreza extrema, la enfermedad física, o las tragedias personales, no conducen necesariamente a la esquizofrenia, a menos que tengan consecuencias psicológicas que dañen el yo interno. Incluso hogares rotos por defunciones, divorcios o abandonos pueden ser menos destructivos que hogares donde ambos progenitores están vivos, conviven bajo el mismo techo y se dedican a socavar el concepto que el niño tiene de sí mismo.
La primera edición del tratado de Arieti fue traducida al castellano por Editorial Labor en 1965.

Tabla psicohistórica

Los psicohistoriadores, que estudian los diversos tipos del maltrato a niños a lo largo de la historia, presentan modelos del trauma sobre personalidades esquizoides, narcisistas, masoquistas, limítrofes, depresivas y neuróticas.[2]
Basándose en descripciones de registros históricos, la gráfica de abajo muestra las etapas históricas, o "psicoclases", en que los psicohistoriadores creen que formas graduales de maltrato infantil se han desarrollado, cada vez menos abusivas, en las naciones más avanzadas. La gráfica no se aplica a las sociedades prehistóricas. Tampoco se aplica al mundo griego y romano, donde hubo una gran variación de prácticas en puericultura. Las principales formas de crianza de niños, descritas por Lloyd deMause son:
Image-Evolution of psychogenic modes.png
Con la excepción de la "forma de ayuda" (marcada de amarillo arriba), para los psicohistoriadores estas formas de crianza se relacionan con los principales trastornos psiquiátricos, como puede apreciarse en la siguiente Tabla de Personalidades Históricas:
Forma de crianzaPersonalidadMadre/Dios
Mundo Tribal y Mundo Antiguo : Infanticidio
Esquizoide
Devora, seduce y mata al niño (Sacrificio: A espíritus [alter egos])
Narciso
Mundo Cristiano : AbandonoMasoquistaAbandona al niño que la quiere (Sacrificio: Autotortura)
Edad Media : AmbivalenteLimítrofeDomina, pega, y adora al niño (Sacrificio: Apego servil)
Renacimiento : IntrusiónDepresivoDisciplina al niño obediente (Sacrificio: Obediencia)
Moderno : SocializaciónNeuróticoManipula al niño (Sacrificio: Separación incompleta)
Posmoderno: Ayuda o apoyoIndividuadoProfesa fe en el niño y lo ama (No hay sacrificio del yo verdadero)
Según la teoría psicohistórica, cada una de las psicoclases ilustradas arriba coexiste en el mundo de hoy día: desde las formas más abusivas de crianza en algunas tribus de las islas de Oceanía y de la Selva Amazónica, hasta las formas más evolucionadas en Suecia.

Nuevas tendencias

La expresión "modelo del trauma" fue acuñada por el psiquiatra Colin Ross para resolver el problema de la morbosidad colateral en el campo de la salud mental (Ross 2000). Un cuadernillo informativo que se da a pacientes ingresados en el Instituto Ross del Trauma Psicológico describe la base del modelo del trauma con términos de sentido común:
El problema que muchos pacientes afrontan es que no crecieron en una familia normal, razonablemente saludable. Crecieron en una familia incoherente, abusiva y traumática. Las mismísimas personas hacia las que se dirigía el apego del niño para sobrevivir eran también los perpetradores de malos tratos que lo lastimaron feamente […]. El conflicto básico, el dolor más hondo y la causa más profunda de los síntomas es el hecho de que la conducta de mamá y papá duele, no encaja y no tiene sentido.
En Esquizofrenia: Un Enfoque Innovador de su Diagnóstico y Tratamiento (2004), Ross afirma que algunos pacientes diagnosticados con esquizofrenia tenían síntomas relacionados con los trastornos de personalidad múltiple, que Ross y otros colegas suyos creen que tienen que ver con abusos y malos tratos a sus pacientes.
Por otra parte, la psicóloga Alice Miller ha puesto a futuros progenitores y antiguas víctimas al tanto de las desastrosas consecuencias que tiene el abuso infantil. De los proponentes del modelo del trauma, Miller es la autora que más señala a los padres como los responsables de los trastornos de los hijos, en que incluye estados no psiquiátricos como caer presa de alguna secta. La introducción a su primer libro, El drama del niño dotado publicado en 1979, contiene un párrafo que resume su perspectiva:
La experiencia nos enseña que, en la lucha contra las enfermedades psíquicas, únicamente disponemos, a la larga, de una sola arma: encontrar emocionalmente la verdad de la historia única y singular de nuestra infancia”.
John Modrow, un ex paciente esquizofrénico que se recobró de su perturbación, ha refrendado el enfoque de los pioneros de los modelos del trauma, especialmente el de Harry Sullivan, y el rol que juegan los padres en la caída emocional de un hijo.

La contrahipótesis biologicista

La psiquiatría biologicista desecha los modelos exclusivamente de trauma. En su lugar, la mayoría de los psiquiatras afirman que lo que desencadena los trastornos mentales son complejos factores genéticos en interacción con factores del entorno. Actualmente, la profesión psiquiátrica considera que las circunstancias familiares durante la infancia temprana son prácticamente irrelevantes (Johnstone 1993). Según algunos críticos, la meta del tratamiento psiquiátrico moderno no consiste en entender cómo los progenitores pudieron haber generado en parte el problema o cómo puede resolverse dicho problema mejorando la relación, sino reducir la carga que una crisis psicótica supone para la familia medicando al individuo trastornado. Tal y como dos investigadores del trauma lo han expresado: "la ideología del reduccionismo biológico" en psiquiatría consiste en "exculpar a la familia" (Aderhold y Gottwalz 2004).
Además de Aderhold y Gottwalz, el reduccionismo biopsiquiátrico en boga en nuestros días está siendo cuestionado por otros profesionales en salud mental

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