La mayoría de las personas son como mariposas que revolotean sin propósito alguno. Nunca parecen llegar realmente a ningún sitio ni detenerse más de un instante antes de que una nueva distracción las atraiga. La abeja trabaja y se prepara para los tiempos difíciles; pero la mariposa vive únicamente al día. Cuando llega el invierno, la mariposa desaparece, mientras que la abeja ha almacenado alimento para vivir. Debemos aprender a recolectar y almacenar la miel de la paz y el poder de Dios.
Paramahansa Yogananda
La Paz Interior
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