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Paz y Ciencia

jueves, 24 de enero de 2013

El florecimiento de la conciencia humana

[...] Los humanos se iban a sentir cada vez más atraídos y fascinados por ellas [las plantas].
A medida que se desarrollaba la conciencia de los seres humanos, es muy probable que las flores fueran la primera cosa que valoraron sin que tuviera un propósito utilitario para ellos; es decir, sin estar relacionada en modo alguno con la supervivencia. Sirvieron de inspiración a incontables artistas, poetas y místicos. Jesús nos dice que nos fijemos en las flores y aprendamos de ellas a vivir. Se dice que Buda dio una vez un "sermón silencioso", levantando una flor y mirándola. Al cabo de un rato, uno de los presentes, un monje, empezó a sonreir. Dicen que fue el único que comprendió el sermón. Según la leyenda, aquella sonrisa fue transmitida por veintiocho maestros y, mucho después, dio origen al zen.
Eckhart Tolle: "Un nuevo mundo, ahora".

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