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Paz y Ciencia

viernes, 18 de enero de 2013

La paz deviene con el amor

Existe una cura para el estrés...
La calma es el estado ideal con el que debemos recibir todas las experiencias de la vida. El nerviosismo es lo opuesto a la calma y está tan extendido hoy en día que se ha convertido en un mal mundial casi generalizado.

El mejor remedio para el nerviosismo es cultivar la calma. Quien es calmado por naturaleza no pierde en ninguna circunstancia su capacidad de razonar ni su sentido de la justicia o del humor.
La serenidad es una hermosa virtud. Debemos modelar nuestra vida de acuerdo con el diseño de un triángulo: la base es la felicidad, y los otros dos lados son la calma y la dulzura.
Ya sea que actuemos rápida o lentamente, en soledad o en medio de ajetreo humano, nuestro centro interior debe ser equilibrado y sereno. Cristo es un ejemplo de este ideal. Dondequiera que fue, siempre manifestó paz y pasó por todas las pruebas imaginarias sin perder su serenidad.
LA PAZ INTERIOR
PARAMAHANSA YOGANANDA

1 comentario:

Silvia Parque dijo...

¿No perdió Jesucristo la serenidad, con los mercaderes?