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Paz y Ciencia

viernes, 25 de enero de 2013

Saber mentir es una buena señal

Aunque parezca extraño, que tu hijo mienta es una buena noticia. Entre los dos y los cuatro años, los niños y niñas empiezan a mentir, lo cual es un indicador de su estadio de desarrollo. Hasta entonces, para un niño pequeño la palabra cubo va pegada al cubo en sí mismo: no hay separación entre una realidad y la palabra que la nombra. Poder decir intencionadamente (y no por equivocación, que eso sí ocurre) "Esto es una pala" refiriéndose a un cubo es algo que no les cabe en la cabeza hasta que están más desarrollados. El cambio se da al descubrir que las palabras, los signos, se refieren a la realidad, pero no son la realidad misma. Entonces el niño disfruta al comprobar que, con las palabras, puede inventar la realidad. Como dijo Umberto Eco, "los signos son los que se utiliza para mentir" o, lo que es casi lo mismo, para crear. Por esta razón, los investigadores han comprobado que mentir a una edad temprana es un indicador de inteligencia.

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