La fecundidad del trabajo de Melanie Klein es considerable. En 1929 presenta, a la Sociedad británica, "La personificación en el juego de los niños" en el que se apoya en un trabajo de Sandor Radó para confirmar sus tesis sobre la imago materna. El trabajo de su atormentador berlinés sobre la melancolía describía la escisión de la imagen materna en una buena y una mala madre por las frustraciones orales que inflige la madre.
El 5 de febrero de 1930 es cuando Melanie Klein expone ante la Sociedad británica uno de sus textos más conocidos "La importancia de la formación del símbolo en el desarrollo del Yo". Se trata del análisis de Dick, un niño presentado como esquizofrénico por Melanie Klein, que de hecho sufre una profundísisma inhibición y una retracción que evoca el autismo o una profunda depresión. Poco importa la cuestión del diagnóstico. Lo que es más extraordinario es la comprensión profunda de Melanie Klein que llega a tratar al niño por su inhibición, y no por una regresión, y por la liberación de su "defensa autística", como diríamos hoy. La tesis que presenta en su artículo sostiene que existe un estadio precoz del desarrollo psíquico en el que el sadismo actúa sobre todas las fuentes del placer libidinal. El mismo año, Freud sostiene en Malestar de la cultura que el Superyó nace de la agresividad innata en el niño. Y hace referencia a los trabajos de Melanie Klein.
En 1931, Melanie Klein se compromete en el proyecto de la publicación de un libro que contendrá sus métodos y sus ideas. Trabaja arduamente durante varios años para añadir, a alguos trabajos, la descripción de las angustias precoces en el chico y la chica, y su repercusión en el desarrollo. El libro El psicoanálisis de los niños, aparece en 1932 en Hogarth Press, en inglés y en Verlag, en alemán. La realidad psíquica del niño está descrita con sus angustias paranoides, sus capacidades introyectivas y proyectivas, y la posición depresiva se anuncia ya con las ideas de reparación. Melanie Klein profundiza el tema de la homosexualidad y retoma los conceptos freudianos de instinto de vida y de instinto de muerte. Para ella, la angustia es la resultante del instinto de muerte, en sí mismo, fuente del instinto agresivo primario no sexualizado. La presencia de esos instintos y el peligro que representan para el mundo interno y los objetos provocan la angustia.
Este año de 1932, Freud y Melanie Klein confluyen en un alejamiento firme de la biología y en una concepción trágica del ser humano. El origen de esas deducciones no era el mismo en los dos psicoanalistas. Para Melanie Klein, que frecuenta cotidianamente las angustias de enterramiento y de aniquilamiento del niño, la noción de instinto de muerte es casi natural, mientras que para Freud se trata de una revisión desgarradora que no conseguirá, ni de lejos, la convicción de sus discípulos.
El Psicoanálisis de Niños es bien acogido en Gran Bretaña, menos bien en los Estados Unidos -Franz Alexander acusa a Melanie Klein de utilizar la sugestión.
DOMINIQUE J. ARNOUX: "MELANIE KLEIN. Vida y pensamiento psicoanalítico". Biblioteca Nueva. Asociación Psicoanalítica de Madrid
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