El manejo psicoterapéutico parte del psicoanálisis, en consecuencia, el
estudio de la psicogénesis aporta varias alternativas al abordaje terapéutico:
1) La función que realiza la droga en la subjetividad el sujeto; 2) La falta
o sustitución del objeto buscada en el consumo; 3) La existencia de un
déficit narcisista de la autoestima, como defensa a los estados depresivos
y maníacos derivados del consumo; 4) La metapsicología inherente al
fenómeno y la adicción; 5) La presencia del núcleo psicótico estructural
y su posible función psíquica, y 6) La patología narcisista propiamente,
reconocida hoy, como un trastorno formal de la personalidad.
Desde el enfoque de la falla o sustitución del objeto se alude a que el
adicto, mediante el consumo, intenta remediar su defecto fundamental,
por lo que tales pacientes mostrarían estructuras con déficit narcisista de
la autoestima. Quien pierde la libertad de abstenerse, debido a la catexia
libidinal que ha depositado sobre la sustancia y el haberla convertido en
objeto exclusivo y excluyente, sufre la amenaza de que su abandono le
produzca un vacío. Ahora no podrá renunciar a ella, porque detrás no existe
apoyo, sólo la depresión de una persona que queda sin objeto.
De este modo, el objeto que tortura no puede ser sustituido por el que
repara. Consumir sustancias y más especialmente la adicción a ellas,
representa una sustitución de cosas faltantes y, por lo general, provoca una
regresión narcisista y una idealización personal. La adicción representa un
tipo de organización narcisista de las estructuras infantiles, que debilita y
tiende a desplazar la parte adulta de la personalidad. Su estructura consiste
en las partes infantiles buenas que han desviado su adicción de las figuras
parentales y la han colocado en la parte mala del Self en un primer momento, como una forma de refugio ante el sufrimiento depresivo. “En esencia, la dependencia de los objetos buenos es reemplazada por la pasividad hacia las partes malas del Self, en el camino de la desesperación”.
Respecto de su etiología, se han discutido los elementos buenos o malos de algunas adicciones, que dependen de la impregnación que inconscientemente se atribuye a la droga. Y no obstante que la dependencia
se explica desde el marco de la neuroquímica cerebral, por la tolerancia,
abstinencia, el anhelo de consumo y otras características relacionadas con
el daño corporal, se debe cuestionar qué papel tiene la droga en el aparato
emocional del paciente. Y dado que vivimos en un mundo de objetos,
resulta esencial cuestionar ¿qué tipo de objeto simbólico representa la
sustancia para el paciente?. De modo que el llamado objeto totalitario
conforma una enfermedad mortal del Sistema de los Objetos, producida
por el aprisionamiento del sujeto por uno de los elementos del sistema,
que investido de manera excesiva, desplaza a los demás objetos. Cuando
está ausente, el objeto es deseado en medio de una sensación de carencia
y debilidad, lo que le hace ser un fuerte instrumento de dependencia y por
tanto refuerza la adicción. Su característica esencial es despojar al sujeto
de todo el poder sobre la situación, condición que no ocurriría si el sistema
vital del paciente no estuviera previamente enfermo.
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