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Paz y Ciencia

martes, 1 de diciembre de 2009

Carácter normal, carácter ideal

Entusiasmado por los cambios culturales y de época les acerco una descripción del carácter normal con una reflexión final. Es curioso cómo se construían los caracteres normales y cuan lejos se está ahora de encontrar ese ideal.

La descripción de carácter normal y el carácter normal ideal, por Tallaferro:

"Su vida sexual es el propósito normal, primordial y el que le da mayor placer, derivando éste de una total potencia eréctil y orgástica. El carácter genital o normal, que no es rígido ni espasmódico en ningún sentido, tampoco lo es en las expresiones sexuales y, como puede llegar a la satisfacción total durante el orgasmo, es capaz de una monogamia sin coerción ni represión; pero también es capaz de cambiar de objeto si existe una base racional para ello, ya que no está fijado a él por sentimientos de culpa, sino por una necesidad y con el fin de obtener un placer. Permanece junto al objetode su amor porque lo satisface plenamente, razón por la cual lo respeta y defiende. Puede dominar sus deseos poligámicos sin reprimirlos, siempre que no estén en contradicción con el objeto amado, es decir, que el conflicto real, determinado por esa situación, lo soluciona siempre de acuerdo con la realidad.
En el individuo con un carácter normal el trabajo fluye espontáneamente, puede dedicarse a él largo tiempo y halla en el descanso un valor idéntico al de la actividad. Trabaja porque quiere hacerlo y rinde más que el neurótico, por la sencilla razón de que obtiene placer y alegría en su trabajo.
El hombre de carácter normal puede estar muy alegre, pero si es necesario muy colérico; puede amar intensa y apasionadamente, pero también puede odiar enérgicamente. Esto se debe a que su yo es accesible por igual al placer y al displacer. Reacciona frente a la pérdida objetal con un grado adecuado de duelo, sin que sea dominado por él.
La elasticidad y la firmeza de su coraza se ponen de manifiesto por el hecho de ser capaz de brindarse al mundo con toda intensidad en un momento, y luego, cuando sea necesario, aislarse de él.
Con esto quiero señalar que el yo del carácter normal también posee una coraza, pero se diferencia del yo del carácter neurótico en que la "domina" y no está entregado o sometido a ella. Esta coraza caracterológica normal tiene la suficiente elasticidad como para adaptarse a las más diversas situaciones vivenciales.
La actuación normal del carácter maduro o genital no se basa en una acción reprimida, sino en una agresión sublimada y cabe decir que su posición es la adecuada, dentro de la realidad, a la cual, por otra parte, no siempre se somete. Un carácter maduro es capaz de criticarla e intentar modificarla. Su escaso temor a la vidaes el que lo preserva de hacer concesiones al ambiente que sean contrarias a sus convicciones (Reich).
El carácter normal ideal, entonces, sería aquel que encontrara las verdades más ciertas en las relaciones con el medio, sería un espejo plano y no deformador y quien lo poseyese sabría que no hay que soportar sino comprender; esto haría que la mayor parte de su vida fuese un continuo aporte de felicidades duraderas intensamente conectadas con la realidad.
Si los seres así dotados existiesen, podrían decir, como el prudente Ulises: "No le pido más a los dioses".

Pero, ¿Existe una mente normal en la realidad actual?
¿Hay alguna razón para esperar que exista una personalidad totalmente normal en un futuro, cuando el temprano desarrollo mental sea mejor comprendido y seriamente atendido?
A la primera pregunta contestó Ernest Jones así:
En mi larga experiencia nunca he encontrado una personalidad totalmente normal.
Y a la segunad, cuando se la formularon, respondió con la sencillez del sabio: No sé."

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