Francisco Peñarrubia, “Terapia
Gestalt. La vía del vacío fértil”
La psicología de la forma o de la
Gestalt
El que Fritz Perls eligiera el mismo concepto para
denominar su terapia, ha hecho pensar que existe un fuerte vínculo teórico
entre la psicología y la terapia gestálticas, lo cual no es cierto. La terapia
gestáltica no es la aplicación práctica de la Gestalt-psychologie alemana sino
que su relación es más bien metafórica.
Psicología de la forma: Es el estudio de los fenómenos perceptivos que
desarrollaron los psicólogos Wertheimer, Kohler y Koffka, primero en Alemania y
luego en EEUU, trasladados huyendo del nazismo. En esta segunda etapa,
trascendió la investigación perceptiva y se orientó al estudio del aprendizaje,
de la personalidad de los grupos (Kurt Lewin). En sus orígenes se ocuparon de
analizar las leyes de la percepción humana y la dinámica entre la figura y el
fondo: de ahí “Gestalt”, que suele traducirse pro forma o configuración. Considerando
el campo perceptivo como una interrelación de fuerzas, vemos cómo del campo del
fondo emerge una fuerza que tiende a ponerse de relieve hasta que ocupa el
primer plano: la figura. Esta figura y su fondo (indisociables) forman una
composición o configuración a la que se llama gestalt. Percibimos totalidades
(gestalten), y esta concepción globalizadota y unitaria de los fenómenos
suponía una innovación respecto al pensamiento científico de la época, anclado
en el asociacionismo. “El todo es una realidad diferente a la suma de las
partes”, reaccionando así contra el dualismo del objeto y el sujeto y todas las
divisiones parciales propias de la ciencia.
La psicología de la forma le ha prestado a la terapia
gestalt algunos conceptos. Las dos ideas más relevantes que Fritz tomó son: figura-fondo
y la de la gestalt incompleta. La primera sirvió en su momento a Perls
para diferenciarse del lenguaje psicoanalítico. En este sentido es una analogía
de conciente-inconciente, o darse cuenta enfocando (percibiendo) lo que antes
era borroso e informe. Lo originar es el sentido globalizador, holístico, que
los psicólogos de la forma descubrieron en la percepción y que Fritz aplicó a
la visión del ser humano: percibir al individuo en su totalidad, con la misma
pauta integradora con que el organismo tiende a mantenerse en equilibrio
armónico mediante procesos de autorregulación.
Al extrapolar la ley
de cierre (ley perceptiva) vemos en el impulso de toda persona la necesidad
de completar su existencia. Este impulso puede malograrse, por ejemplo, por
factores sociales, e interrumpir el proceso de una persona a hacer lo que
quiere hacer. Sería una figura que emergió del fondo, que no pudo completarse,
y que vuelve de rechazo a sumergirse en el fondo. Esto, que llamamos una
gestalt incompleta, atenta contra la tendencia natural a completar la propia
experiencia, y en este sentido puede ser un primer paso de desajuste, de
proceso de alineación neurótica. Por otro lado si el sediento ve agua donde no
la hay, igualmente una persona insatisfecha continúa elaborando asuntos
inconclusos del pasado en su actividad presente, impidiendo que nuevas figuras
emerjan aquí y ahora y puedan ser vividas gratificantemente para, una vez
completadas, volver al fondo.
Perls en su trabajo, sistemáticamente alude a los
asuntos inconclusos (unifinished business) como otra
versión operativa de lo que en psicoanálisis se entiende como compulsión
a la repetición. En sus primeros escritos Fritz defendía la
concentración como antídoto a la acumulación de asuntos pendientes y por lo
tanto perturbadores.
La tensión de lo incompleto lo toma de los trabajos de
Blyma Zeigarnik, psicóloga
soviética, alumna de Lewin, que investigo situaciones inacabadas, concluyendo
que “la tendencia creada por las situaciones inacabadas no afecta solamente al
comportamiento y a la memoria sino a la totalidad del área intrapsíquica de la
personalidad”.
Kurt Goldstein, neurocirujano de la escuela gestáltica,
(también trabajo en la 1ª Guerra Mundial) es la influencia más directa de la
Gestaltpsychologie en Perls. Rechaza la dicotomía entre lo biológico y lo
psíquico entre lo normal y lo patológico:”lo normal debe definirse, no por la
adaptación, sino, por la capacidad de inventar formas nuevas”. Destacó la
unidad del organismo y su capacidad de regularse, demostrando que la ausencia
funcional de una parte del cuerpo es compensada por una reorganización total de
las partes restantes, lo cual explica el organismo pueda seguir existiendo
aunque haya sufrido lesiones considerables. A esto llamo “tendencia a la conducta ordenada” y “autoactualización”.
La influencia de la psicología de la forma puede
reconocerse en general en la psicología humanista, W. Metzger (1809-1982), uno
de los últimos psicólogos de la escuela de Berlín, detalla el aporte de la
teoría gestáltica a la psicoterapia en seis rasgos distintivos: 1) la gestalt
no es arbitraria (no se puede forzar su propia naturaleza, sólo puede
desarrollarse aquello que ya existía), 2) las fuerzas configuradoras son
interiores, 3) los momentos de trabajo no son arbitrarios (los seres vivos
tienen sus tiempos e instantes fecundos en los que son accesibles al influjo y
la guía), 4) la velocidad de trabajo no es arbritaria (el crecimiento y
maduración tienen su propio ritmo y no pueden acelerarse), 5) es preciso
tolerar los rodeos, 6) el proceso es recíproco.
El
Psicoanálisis
Sería más certero considerar a Perls como neofreudiano
que como seguidor de la Gestaltpsychologie. Aunque no completó su propio
análisis de una forma convencional, tuvieron gran importancia en su desarrollo
los períodos de psicoanálisis con Karen Horney y Wilhelm Reich. Perls se formó
como psicoanalista y ejerció más de 20 años como tal, fundo incluso el
Instituto Sudafricano de Psicoanálisis. Seguramente por esta devoción inicial
al grupo psicoanalítico y a su creador, S.Freud, no perdonó la frialdad con que
éste lo recibió en 1936. A partir de ahí su relacion con la teoría
psicoanalítica será controvertida. La experiencia de Fritz pertenece a la gran
corriente de disidentes que han creado las bases de la terapia occidental (Jung,
adler, Reich, Ferencxi, Klein, etc). Perls se opone a muchos de los puntos
fundamentales tanto de la teoría como de la técnica freudiana, las divergencias
más notables son:
* El inconciente.
No es tanto que Perls lo niegue sino que propone abordarlo por otras vías,
indagando el proceso de no darse cuenta en el presenta más que el contenido
material de lo reprimido. Se ha
dicho, en este sentido, que el concepto de darse cuenta (awarweness) gestáltico
corresponde al concepto freudiano de preconciente (lo que puede ser traído a la
conciencia en cualquier momento) y no al de inconciente (lo que comúnmente no
puede ser traído: es tarea de la técnica psicoanalítica lograrlo). A un
gestaltista le interesa más lo que la otra persona sabe o siente de sí que lo
que ignora. Y en cualquier caso esto se aborda escuchando al cuerpo, a la
emoción, a los fenómenos de superficie observables en el momento, no a través
de la técnica analítica (asociación libre, interpretación de sueños, etc).
* Perls no acepta
la primacía de la sexualidad infantil ni de la represión en el origen de la
neurosis, le otorga más importancia a las necesidades orales y cutáneas
(hambre y necesidad de contacto), así como a lo inconcluso (lo prohibido por el entorno) como sinónimo de
neurótico, de conflicto entre organismo y medio. Tampoco acepta la universalidad del complejo de Edipo ni la angustia de
castración.
* No considera la transferencia
como motor de la cura sino como un rodeo inútil. La neutralidad del analista le resulta menos eficaz que una actitud
activa que le devuelva al paciente sus proyecciones, le confronte con su
ceguera actual en la relación terapéutica y le apoye en su espontaneidad.
* La resistencia
no es tanto algo a derribar sino una fuerza creativa a recuperar
favorablemente. Perls abogaba por convertirla en asistencia.
En general Fritz aporta una visión más confiada del
impulso, del cuerpo, del movimiento y la emoción. Desconfía más de la palabra y
de la racionalización. No concibe la compulsión a la repetición como expresión
de un supuesto “instinto de muerte” sino como una tendencia de toda necesidad
de completarse (efecto Zeigarnik). No aplica la interpretación a los sueños
sino que explora sus elementos para que el soñante capte su mensaje
existencial. Finalmente reacciona al rol distante del terapeuta sabio y neutro
(la regla psicoanalítica de la abstinencia) con una presencia transparente y
humana, desde luego más adecuada a la personalidad de Fritz, a su intuición y a
su liberación de aparatos teóricos constreñidores en favor de una actitud
creativa aquí y ahora.
Convergencias entre Perls y los sucesores de Freud:
Jung
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Niega
que las actividades del niño en ala etapa preedifica sean sexuales sino de
crecimiento y nutrición, insinuando que la nutrición es el origen de los
demás impulsos Concepto similar desarrolla Perls en su libro “Hambre”.
También critico Jung el método freudiano por determinista y retrospectivo,
mientras que el psicoanálisis funcional debe mirar hacia el futuro y
esforzarse en hallar el significado presente y del futuro. Fue el primero en
hablar de proceso recíproco entre el paciente y el analista, resaltando lo
interpersonal.
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Rank
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Comparte
la reducción de la duración del tratamiento, los elementos del sueño tomados
como proyecciones del soñante y la importancia dada al desarrollo de la
identidad individual. Acortó y centró el tratamiento en aprender a afirmar la
propia voluntad del paciente, en una especie de 2º nacimiento a través de la
individualidad y la voluntad. Su
concepción de los problemas del neurótico como resultado de su incapacidad
para adaptar o expresar su lado creativo, resulta afín con la gestalt, así
como entender la terapia como posibilidad de desarrollar las potencialidades
del paciente.
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Ferenczi
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Comparte
la atención a las reaccione corporales del paciente, su técnica activa (que
incluye intervenciones físicas y cálidas) y la búsqueda del propio estilo del
terapeuta (elasticidad y técnica).
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El autor luego resalta las
convergencias con :
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Adler (1870-1937)
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Destacó
los aspectos psicosociológicos del desarrollo humano. Insiste en la unidad indivisible de la
persona, en su singularidad, así como en la capacidad del organismo para
crecer, superando los complejos. Se distancia de la teoría de la libido,
rompe con Freud. Adler no compartía la opinión de que la causa de la neurosis
eran conflictos sexuales o luchas entre las instancias psíquicas (ello, yo,
superyo) o represión de exigencias sexuales a lo inconciente. Lo inconciente
aparece poco en Adler como sustantivo, las mas de las veces es solo un atributo.
Nociones
centrales. Sentimiento de hacerse valer, estilo de vida y plan de vida, en
los que se expresan estrategias inconcientes del individuo en su trato con el
ambiente.
Considera
el déficit (la inferioridad) como motor que pone en marcha la tendencia
humana universal a afirmar la autoestima, a aspirar hacia lo alto. Su
concepción tiene una fuerte impronta finalista, funcional; sus preguntas no
son sobre el “porque” sino el “para que” tanto del estilo de vida
(estrategias de la primera infancia ante las demandas del medio familiar)
como del plan de vida (orientación básica de la existencia). Perls compartía
su interés en la educación pero criticó es sentido planificador como
“fascinación por el futuro”.
Indagaba
el estilo pedagógico de los padres. Utilizaba preguntas de evitación, para
conocer lo que se quiere evitar por medio del síntoma actual; el diálogo
socrático para contrarrestar el rigorismo moral, aliarse conspirativamente
con el niño pequeño del paciente, ponerse del lado del síntoma y rescatar su
función, lo que en otras terapias llaman “reencuadramiento” y que Adler
utilizaba para mostrar al paciente su contribución activa en mantener el
síntoma. Este estilo paradójico, así como el uso del chiste y el humor,
resuenan en Perls y su intento de que el paciente asuma la responsabilidad de
la cual, hasta ahora, había logrado sustraerse.
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Karen Horney (1885-1952) Primera analista de Perls
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Hace
una amplia interpretación cultural de la neurosis; en sus palabras resuenan
conceptos similares a los que luego utilizará Perls. Se opone a la
orientación biológica de Freud (como antes Adler, Jung y Rank). Se ocupó más
de la terapia que de la teoría. Destaca la importancia dada a la situación
presente del paciente, no solo acentuando la situación psicoanalítica
inmediata sino explorando la situación general de su vida, se aproxima a Alder,
aunque le dio igual importancia a la voluntad de poder que a la necesidad
neurótica de amor, resaltando el aspecto enfermo de ambas búsquedas. Afirmaba
que el paciente está enfermo no sólo por lo que le pasó en el pasado sino
también porque, al luchar contra ello, se fija metas que le conducen a tratar
de alcanzar falsos valores. Definió la noción de “imagen idealizada” (Fritz
llamaría autoconcepto) que se
convierte en el “yo idealizado”. “Y este yo idealizado es más real que su
verdadero yo, no solo porque es mas atractivo sino porque responde a sus
necesidades apremiantes”. En esta búsqueda de gloria, la persona pierde el
centro, cambia ser por parecer.
Esta focalización de la neurosis en el presente es también la manera
gestáltica de abordarla. Horney disiente de la concepción freudiana de la
transferencia y de la compulsión de repetición. La transferencia no es una
copia de la actitud que el paciente tuvo de niño con su padre, por ejem.
Sobre esa base primitiva se han desarrollado sus actitudes hacia la
autoridad, pero la actitud original ha sido ampliada y modificada en el curso
del crecimiento por las experiencias posteriores con figuras parentales, y el
cuadro transferencial definitivo es el resultado final de todas estas
experiencias. Insistía que el recuerdo no era la meta de la terapia, sino que
podía funcionar de resistencia. En relación con la gestalt, resaltemos la
resonancia que tiene el concepto perlsiano de top-dog (y luego de
autotortura) con lo que Horney llama “la tiranía del debiera”: “los dictados
interiores comprenden lo que el neurótico debiera ser; se dice
inconcientemente; olvida la despreciada criatura que realmente eres, lo que
importa es ese ser idealizado”.
La
mayor contribución es precisamente describir los efectos de las exigencias
culturales en la producción de la neurosis. Con Fromm y Sullivan se les
reconoce como la escuela americana de psicoanálisis (o neo-freudianos) sino
también como culturalistas y ambientalistas, concepto éste que podría
incluirse en la terapia de la gestalt.
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Wilhelm Reich
(1897-1957)
Analista
de Perls y uno de los maestros que
reconoce en sus registros
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Mientras
el psicoanálisis de Freud separaba estructura de energía, Reich siguió
trabajando en los problemas de la economíaenergética a través de la cual se
manifiesta y se mantenía la neurosis. Investigó cómo en las perturbaciones
psíquicas se solidificaba esta energía y se le impedía fluir, desarrollando
las nociones de potencia organísmica y estructura de carácter. Reich cifra la
salud anímica en la “potencia organísmica”, que no hay que interpretar
literalmente, sino como la capacidad de entregarse, sin bloqueos, a la
corriente de energía biológica que se descarga preferentemente en
contracciones musculares involuntarias. Afecta por tanto a la relación total
de un individuo con su cuerpo y con su pareja, es sinónimo de salud
(capacidad de amar) por oposición a la angustia y al espasmo.
Comparte
con Freud la represión de la libido infantil como origen de la neurosis, pero
añadiendo su concepción marxista: “Los padres sofocan la sexualidad de niños
y adolescentes, pero lo hacen inconcientemente por encargo de la sociedad
mecanizada y autoritaria”. La represión de la sexualidad no se instituyo en
los comienzos del desarrollo cultural, sino en una época relativamente
tardía, con la propiedad privada y el comienzo de la división de clases.
Estudia
la diversidad de resistencias individuales, denominando “coraza caracterial”
a la organización de pautas defensivas de cada persona. En esta coraza parece
ligada una parte de la energía y sirve de defensa de excitaciones
emocionales. Mas tarde buscando correlatos físicos registra la “coraza
muscular”. La terapia consiste en disolver la coraza y hacer que vuelvan a
circular las emociones, restaurando la capacidad de ser espontáneo, sin angustia
ni inhibición, esta potencia orgásmica, donde lo psiquico y lo corporal se
condicionan vegetativamente y al mismo tiempo funciona como un sistema unitario.
Esta superacion de la dicotomía mente-cuerpo, rescatando la importancia del
segundo, influyó en Perls, quien reconoce la enseñanza reichiana en su
valoración del “cómo” en vez del “qué” o del “porqué”.
Reich
utiliza el diván pero presta especial atención a la respiración, las
inflexiones de la voz, la postura, excepcionalmente toca al paciente para
señalar la tensión en la mandíbula o el abdomen.
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Otras
fuentes de la terapia
Sabemos de la afición de Fritz al teatro. el
adolescente Fritz, pésimo estudiante, cambia radicalmente al ingresar en el Askanischer
Gymnasium donde encontró un profesorado humanista y se conectó con Max Reinhardt: “El primer genio
creativo que conocí[1]”. Reinhardt nació en 1873
cerca de Viena, fue un actor y luego se dedicó a la dirección en teatro con
técnicas innovadoras, muchas veces criticado por sus espectáculos de masas y
sus innovaciones escenográficas, se le acusaba –como a Fritz- de caer en la espectacularidad en detrimento del
rigor, otros sin embargo, apreciaron su habilidad para componer los movimientos
de masas, dotarlos de armonía. El método de entrenamiento reinhardtiano se
destacaba por la escucha y la visión del recurso genuino del actor. Tenía un
especial instinto para descubrir el potencial de sus actores y desarrollarlo.
Respecto a Fritz, Reinhardt parece más diplomático en sus maneras, utilizándose
(como modelo) a través de su capacidad plástica de adaptarse al otro. Perls
modelaba la autenticidad del otro siendo él tal como era, sin otras
componendas. Pero ambos sabían escuchar y extraer lo genuino de las personas.
Debió ser parte del buen “ojo clínico” de Reinhardt encomendarle el rol de
Mefistófeles. Identificarse y jugar cualquier rol lo aprendió aquí y no de Moreno
o de otras fuentes.
Jacob
Levy Moreno, su creatividad y su
vocación interdisciplinaria (medicina, psicología, sociología, filosofía,
antropología…) le convierten en la influencia más poderosa de la psicología
humanista. No llegó a psicoanalizarse y se mantuvo crítico con el método y la
figura dominante de Freud. En relación con la terapia gestalt, ambos métodos
comparten el sustrato filosófico (humanismo, fenomenología), la actitud
terapéutica (una relación igualitaria, desestimando la transferencia en de la
relación autentica aquí y ahora), la importancia de la movilización corporal,
así como de la espontaneidad y creatividad (básicas en cualquier método
teatral), la exploración de las emociones no expresadas a través de actualizar
la escena o la situación pendiente, el valor de la catarsis como garantía de un
insight no meramente intelectual y el
uso del grupo (o de los yoes auxiliares y la audiencia) como contraste,
confrontación o ampliación de la conciencia del “protagonista”. A nivel técnico
no cabe afirmar que el juego y cambio de roles sea un préstamo del psicodrama
sino que es una herencia de Reinhardt.
También la técnica del “doblaje” es una aportación del
psicodrama. El doble se sitúa tras el protagonista, actúa como él y en momentos
habla en su lugar. La función de este alter ego es aumentar la conciencia del
protagonista (sus conflictos internos, sus sentimientos reprimidos) y ayudarle
a expresarse. En gestalt esta función puede hacerla el terapeuta aunque ni es
muy frecuente dicha intervención ni suele ser de esta manera, más bien el gestaltista
se guía por lo fenomenológico y7o propone un experimento (“prueba a cambiar tal
frase”, “repite eso como si estuvieras aún más enfadado”, etc). Hay más
similitudes en la actualidad terapéutica y en la comprensión del proceso, que
en el despliegue técnico, si bien hay técnicas semejantes y reconocibles. El
énfasis en al espontaneidad y en la expresividad es sin duda lo que más
profundamente comparten la terapia gestalt y el psicodrama, de ahí la
importancia capital del teatro en ambas.
El pensamiento diferencial de Friedlander. De su juventud bohemia Fritz rescate el
encuentro con el filósofo Friedlander.
Se apoya en él para reaccionar contra el pensamiento lineal
(causa-efecto) a favor de un pensamiento que tiene en cuenta los opuestos desde
una posición de neutralidad. La indiferencia creativa, expuesta por Perls sustenta la teoría gestáltica de las
polaridades (en lugar de la dicotomía del pensamiento dual). Al establecer un
puente entre los extremos o polos, la gestalt acentúa el valor de la diferenciación
y la posibilidad de la síntesis.
Fenomenología
y existencialismo. La filosofía
fenomenológica es antianalítica. Dice Husserl: “regreso del discurso de las
cosas, a las cosas mismas…” el pensamiento gestáltico comparte los mismos
criterios descriptivos y libres de prejuicios, así como la interdependencia del
objeto y del sujeto. El existencialismo acentuó este entendimiento del ser
humano como un “ser en situación” un “ser en el mundo” (Heidegger) y el valor
de la existencia en sí misma y por sí misma. La filosofía existencialista se
remonta Kierkgaard (1813-1855) y a Nietzsche (1844-1900). No hay respuestas
eternamente válidas sobre el sentido de la vida, sino cuestionamientos
continuos del ser humano sobre su soledad y su angustia en su autodevenir. La
esencia del hombre, no es sino aquello en lo que se convierte cada vez en
virtud de su obrar. La responsabilidad y la libertad hacen posibles la dignidad
humana.
Todos estos principios resultan afines a la terapia
gestalt, el mismo Perls incluía a la gestalt entre las terapias existenciales,
junto con la logoterapia de Frankl y la terapia del Dasein (análisis
existencial) de Binswanger. A la vez criticaba a los filósofos existencialistas
por necesitar de apoyos teóricos. Buber (1878-1965), su enfoque dialógico
influyó en Perls a la hora de sustituir el vínculo transferencial
psicoanalítico por el encuentro dialogal, el contacto y la realción puntual.
Desde que se popularizó la formula lapidaria de Simkim: “Gestalt= yo-tú, aquí y
ahora” Buber ha entrado a formar parte de nuestras referencias gestálticas. Las
referencias a los autores existencialistas parecen haber entrado en la gestalt
de la mano de Laura Perls.
Perls alude a los nuevos instrumentos intelectuales:
el holismo (concepción de campo) y la semántica (el significado del
significado) con los que se va a oponer al pensamiento pscioanalítico. La semántica general de Korzybski.
Esta teoría subraya la relacion existente entre el modo de pensar de un
individuo y su manera de expresarse (Petit). Las conocidas premisas de
Korzybski: el mapa no es el territorio (ni lo expresa en su totalidad) o el
mapa representa al cartógrafo, fueron tomadas metafóricamente por Perls para
señalar que la experiencia no cabe en las palabras con que se expresa, el lenguaje
es una representación convencional que no abarca los hechos en su totalidad
sino que mas bien refleja la personalidad de quien habla (el cartógrafo). Aquí
coincide la importancia que le da la gestalt a la expresión y a la comunicación
no solo verbal, en terminos de responsabilizarse de lo dicho y de reapropiarse
de lo proyectado.
El
holismo de Smuts (Jan Smuts
1870-1930). Mayor y más directa influencia tuvo esta doctrina en Fritz en su
etapa sudafricana. Holismo (del griego holos: totalidad) y define la evolución
como “el desarrollo y la estratificación graduales de series progresivas de
totalidades que se extienden desde lo inorgánico hasta los niveles más elevados
de la creación espiritual”. Smuts reacciona contra el principio causa-efecto
(que anula el progreso y la creatividad) y contra una idea de evolución basada
en el desarrollo de lo ya dado y por lo tanto predeterminada, proponiendo la
idea de evolución creadora. El holismo designa este factor fundamental, motor
de la creación de totalidades en el universo. No es solo creador sino
autocreador.
T. Gestalt {conciencia/espontaneidad}+{apoyo/confrontación} Relación
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Freud Reinhardt Rogers Zen Buber
Psicoanalisis Moreno Huma- Chama- Smuts
nismo nismo
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