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Paz y Ciencia

jueves, 26 de agosto de 2010

El pensamiento esquizofrénico.


“El instrumento psicoanalítico constituye una actitud de duda filosófica sobre la cual se elabora el psicoanálisis”. W.R. Bion.


A continuación les transmitiré algo leído recientemente sobre Wilfred Bion, se trata del capítulo “Desarrollo del pensamiento esquizofrénico”, capítulo 4 del libro “Volviendo a Pensar” En él trabaja teóricamente aspectos relevantes para entender el pensamiento de las esquizofrenias, considerando que tienen una comprensión desde el prisma del modelo que creo Melanie Klein y que él utiliza en sus interpretaciones.

Transferencia:
Las relaciones con el analista son prematuras, precipitadas y muy dependientes. Cuando el paciente las intensifica por la presión de sus instintos de vida y muerte, dos fuerzas concurrentes de fenómenos se manifiestan: Primera, la identificación proyectiva, con el analista como objeto, se transforma en hiperactiva; resultando estados dolorosos y confusos tales como Rosenfeld los ha descripto. Segunda, las actividades mentales y otras mediante las cuales el impulso dominante (sea instinto de vida o instintos de muerte) lucha para expresarse; están sometidas en seguida a una mutilación por el impulso dominado momentáneamente.
Encontrándose el paciente impulsado por el deseo de escapar de los estados confusionales, y atormentado por las mutilaciones, se esfuerza en restaurar las restringidas relaciones; la transferencia se vuelve otra vez informe, como es característica de ella. No importa si el paciente pasa derecho a mi consultorio, como si apenas estuviese consciente de mi presencia, o se muestra una afabilidad expansiva y sin humor; la restricción de las relaciones es evidente. La restricción y la expansión se suceden alternativamente durante todo el análisis.

La Divergencia:
En resumen: dejando a un lado el efecto del ambiente externo, la personalidad esquizofrénica depende de la existencia en el paciente de cuatro características: a) Un conflicto nunca resuelto entre los instintos de vida y de muerte; b) un predominio de impulsos destructivos; c) odio a la realidad interna y externa; d) una relación de objeto frágil pero tenaz. Esas características extrañas hacen que el paciente esquizofrénico progrese de la posición esquizoparanoide a la depresiva, de una manera muy distinta de la personaliadd no psicótica. Esta diferencia surge del hecho de que este conjunto de características conduce al uso masivo de la identificación proyectiva. Por consiguiente, es a la identificación proyectiva que quiero referirme ahora, pero mi examen de ella, será limitada a su despliegue por el esquizofrénico contra todo aquel aparato de percepción que, según Freud, es activado por las exigencias del principio de realidad.

Divergencia de la personalidad psicótica de la no psicótica:
Ya mencioné la concepción de Melanie Klein de la posición esquizoparanoide, y el papel importante desempeñado en ella por las fantasías infantiles y ataques sádicos al pecho materno. Ataques idénticos se dirigen contra el aparato de percepción, desde el principio de vida. Esta parte de la personalidad es recortada, dividida en fragmentos pequeños, y entonces usando la identificación proyectiva es expulsada de la personalidad. Habiéndose librado del aparato de percepción consciente de la realidad interna y externa, el paciente logra un estado en que no se siente ni vivo ni muerto.
Este aparato de percepción consciente está íntimamente relacionado con el pensamiento verbal y con todo que provee, en la etapa primitiva a que me refiero, la base de su comienzo.
La identificación proyectiva de la percepción consciente, y los comienzos del pensamiento verbal, asociados con ella, constituyen el factor central en la distinción entre la personalidad psicótica y la no psicótica. A mi parecer, esto ocurre al principcio de la vida del paciente. Estos ataques contra el yo y contra la base del pensamiento verbal naciente, y la identificación proyectiva de los fragmentos, aseguran que desde este punto en adelante habrá una divergencia cada vez más amplia entre las partes psicóticas y no psicóticas de la personalidad hasta que, al fin, se siente que no hay manera de atravesar el abismo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Uff!

Psicoletra dijo...

jajaaja. Ese "uff" me lo guardo en el tarro de las esencias. Es una reacción muy propia.
un saludo, Rodrigo Córdoba Sanz.

Azu dijo...

Lo siento Rodrigo, pero aparte de lo que hay, no son horas.

Psicoletra dijo...

Quizá sea un poco duro para personas sin formación analítica pero ya sabes que aquí se escriben cosas técnicas también. Un abrazo.