PEACE

PEACE
Paz y Ciencia

jueves, 19 de agosto de 2010

Tres problemáticas del tocar (María Magdalena)

Bajo el nombre de María Magdalena, la tradición ha confundido a tres mujeres del Nuevo Testamento.
María de Magdala es una antigua enferma, una posesa que Jesús curó haciendo salir de ella a "siete demonios" (Lucas VIII,2; MarcosXVI,9); desde entonces le sigue por todas partes con el grupo de santas mujeres y con el de los doce discípulos masculinos.
María de Betania unta con un valioso perfume los pies y los cabellos de Jesús durante la cena que ella y su hermana dan en honor de la resurrección de su hermano Lázaro. Judas se lamenta del despilfarro y Marta se lamenta de que su hermana no le ayude en las labores de la casa. Jesús responde que María, al adelantarse a embalsamar su cuerpo, anticipa su próxima muerte (e, implícitamente, su resurrección) y que, sentándose a sus pies para escuchar su palabra, ha elegido la mejor parte (San Juan XII, 3; Lucas X, 38-42).
Igualmente, una pecadora anómina, también de Betania, a quien Jesús ha curado de la lepra, entra en la sala del banquete que da Simón, un fariseo, en honor de Jesús; baña con lágrimas los pues de Jesús, los seca con sus cabellos, los cubre de besos y baña de perfume; el huésped se sorprende de que Jesús no haya adivinado que "esta mujer que le toca" es una prostituta; Jesús replica que ella le ha honrado mejor que él y que ha demostrado amarle mucho y por esta razón él le ha perdonado sus pecados (San Lucas VII, 37-47). Identificando, sin razón filológica ni teológica válida, a esta cortesana arrepentida con María de Magdala, la tradición ha seguido la creencia popular según la cual una actividad de tocar entre dos personas de sexo diferente necesariamente tiene una connotación sexual.
De hecho, tres problemáticas del tocar son representadas por las tres mujeres de los Evangelios: la problemática de la seducción sexual, por la pecadora; la problemática de los cuidados que se dan al cuerpo en cuanto constitutivos del Yo-Piel y del autoerotismo, por María de Betania; la problemática del tocar como prueba de la existencia del objeto tocado, por María de Magdala.
La prohibición edípica (no te casarás con tu madre, no matarás a tu padre) se constituye por derivación metonímica de la prohibición del tocar. La prohibición del tocar prepara y hace posible la prohibición edípica proporcionándole su fundamento presexual. La cura psicoanalítica permite comprender especialmente qué dificultades, fracasos, contracargas pulsionales o sobrecargas pulsionales se han tenido que vencer para que se operara esta derivación en cada caso.

Didier Anzieu. "El yo piel". pág. 157. Biblioteca Nueva, 2007.

No hay comentarios: