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Paz y Ciencia

sábado, 6 de octubre de 2012

El contexto psicótico

 
 
"Quien mira hacia afuera, sueña. Quien mira hacia adentro, DESPIERTA" Carl Jung

EL CONTEXTO PSICÓTICO
 
 
El proceso de psicotización entraña la creación por parte del sujeto psicótico de un contexto al que llamaremos contexto psicótico. Acerca de esta cuestión es preciso diferenciar las psicosis caracterizadas únicamente por ideas delirantes de aquellas en las que tambiénexisten pseudopercepciones, especialmente si estas son alucinaciones. En este segundo caso, la presencia de alucinaciones supone una más profunda psicotización del sujeto, pues dichas alucinaciones supone una más profunda psicotización del sujeto, pues dichas alucinaciones funcionan como pruebas, como hechos empíricos que dotan de mayor certeza al delirio. Toda alucinación, por ejemplo, una voz alucinada, implica para el sujeto psicótico la existencia de un sujeto emisor de la voz, sujeto con el que el sujeto psicótico se relaciona de una manera exactamente idéntica a la que establece con los sujetos reales, generando dicha relación un contexto, en este caso psicótico. Lo mismo puede decirse respecto a las alucinaciones correspondientes a otrás áreas sensoriales: calambres, olores, etc. constituyen para el sujeto psicótico evidencias de la existencia de sujetos que le perjudican o le elogian y exaltan, etc. Además, como toda denotación psicótica no puede ser interpretada más que delirantemente (la interpretación correcta de una denotación psicótica sería la crítica de esta), la ideas delirantes formadas a partir de alucinaciones suponen la ampliación del contexto psicótico. Por eso, cuando más elaborados sea el sistema delirante alucinatorio, más amplio se puede decir que es el contexto psicótico, llegando en algunos casos a constituir la totalidad del mundo del sujeto.
Cuando las ideas delirantes resultan de la interpretación psicótica de denotados correctos, lo que ocurre es que se hacen interpretaciones de conductas aisladas de su contexto real, interpretaciones que, además, envirtud de la certeza de que se las dota, adquieren el carácter de implicaciones. Por ejemplo, para el delirante de celos el descubrimiento de una colilla en un cenicero implica la infidelidad de su pareja sentimental.
Y es que, desde la perspectiva de lo hasta ahora planteado, el sujeto delirante no parte de una hipótesis cuya verosimilitud ha de contrastar mediante datos extraídos de un determinado contexto, sino que parte de una tesis que considera acertada y que corrobora mediante pseudoargumentos (Díez Patricio, 1993). Esta tesis de partida constituye la macroestructura del discurso delirante ("soy perseguido por la CIA"; mi novia me es infiel", etc.) y cuyo tema es el tema del delirio (persecución, infidelidad, etc.). Precisamente, el tema del delirio proporciona coherencia al sistema delirante, el cual, en realidad, está basado en un conjunto inconexo de interpretaciones. Ninguna relación ha de tener el que haya una colilla en el cenicero del salón con el hecho de que una mujer mire a la calle desde la ventana de su dormitorio, pero para su pareja delirante de celos estos dos hechos constituyen una unidad temática y son pruebas irrefutables de la infidelidad de aquella.
 
Antonio Díez Patricio (Prólogo de Carlos Castilla del Pino): "Análisis del Discurso Psicótico". Asociación Española de Neuropsiquiatría, 2006, Madrid.
 
Es, evidentemente, un enfoque descriptivo pero rico. Un léxico psiquiátrico, sin entrar en lo psicodinámico. Esto lleva a que este tipo de psiquiatras vean a la persona que porta síntomas psicóticos, o que el psiquiatra intepreta como psicóticos, como una situación, o mejor dicho, una persona con un trastorno mental grave. Cuando una persona entra en el bucle de ingresos, salud mental pública, ingreso, y así sucesivamente, sucede algo contrastado: la persona se croninifica. Se está atendiendo a los síntomas, pero lo los síntomas NO son la persona. El trabajo psicodinámico, que dominaba hasta cierto punto, Carlos Castilla del Pino, va más allá de la máscara de los síntomas. Dichos síntomas son por algo, tienen porqués.
Ayudar a la persona a pensarlo es importante. También estoy de acuerdo en que, por ejemplo, en un delirio encapsulado, es difícil entrar. El mundo interno de una persona va mucho más allá de lo descrito en el epígrafe. Rodrigo Córdoba Sanz.
 
 


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