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Paz y Ciencia

domingo, 8 de enero de 2012

El miedo a la soledad

No es infrecuente la sensación de vacío, tedio y hastío existencial que se produce cuando una persona está sola. La solución mágica suele ser buscar una pareja, y así ir encadenando una relación con otra. Desde luego que ese apoyo sostiene a la persona y le hace sentirse escuchada, querida, deseada, valorada, amada... Sin embargo en todo esto hay una trampa, la persona que tiene arraigado el sentimiento de soledad, se siente sola aunque esté con otra persona, de forma que la pareja se convierte en una "cosmética" u "ortopedia" del yo.
Si hacemos un análisis longitudinal, esto es, biográfico, podemos encontrar carencias en etapas sensibles del crecimiento, la infancia.
La persona que tiene miedo a la soledad se ve en un mundo inaccesible, incomprensible y tiene la vivencia de considerarse con pocos recursos.
Entiendo que esto es un problema del sentido de la existencia. Vidas alienadas que perturban al individuo, vidas mecánicas, sin brillo, sin un sentido.
Por todo lo anterior existe la posibilidad nada remota de que la persona tenga como leitmotiv la búsqueda de alguien de quien depender.
Este tipo de personas presentan crisis cuando sufren una pérdida y el trabajo consiste en ampliar el espectro para contemplar el sostén de su existencia, el sentido de su vida, el proyecto existencial. No es tan fácil como esto, desde luego, porque existen en estas personas serios problemas emocionales que dificultan el afrontar la vida de otro modo, por lo que hay que trabajar las dos facetas, la emocional y la existencial, evidentemente unidas.
Cabe destacar que aquí se ha mencionado un posible "recurso" de la persona, la búsqueda de una persona que le proporcione cariño, dicho así resulta absurdo puesto que es un determinante genético, una condición antropológica y social el hecho de estar en pareja y tener descendencia. Pero quería mencionar la faceta de llenar un vacío con una pareja, esto es distinto.

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